dilluns, 26 d’abril del 2010

ALGUNOS DATOS SOBRE NUESTRAS IMÁGENES

Debo advertir que la mayor parte de los datos que aquí se van a reseñar fueron recogidos en su día por D. Vicente Ribes, nuestro estimado hermano e historiador, en el libro editado en 2.002 "Hermandad de Portadores de Nuestro Padre Jesús Nazareno". Otras consideraciones, curiosidades o relatos los ha introducido quien redacta este resumen, bien por su personal memoria o bien por haberlos entresacado del libro de actas recientemente recuperado. Gracias por vuestro interés al entrar en este "blog". Miguel Mira.


"EL PILLET":

Reconstituida la Hermandad de Portadores después de la Guerra Civil, ya en la primera reunión de 7 de Marzo de 1.940, "se acordó adquirir una Imagen Procesional con el fin de continuar la tradición y que se confeccionaran dos banderas (pendones) para la procesión".

Una semana después, el día 14 de Marzo de 1.940, ya se da cuenta de las gestiones realizadas en diferentes casas catalanas y de que hubo necesidad de trasladarse a Barcelona para comprarla, a donde viajaron Doña Gabriela López, de Bellver, "con alguno de sus familiares" (no se reseñan) y "realizaron la compra de la actual imagen construida de material bendecible, de 120 cm. de altura y que representa una de las caídas de Jesús". Su coste, 750 pesetas. Esta es la imagen cariñosamente conocida por los portadores con el nombre de "El Pillet". No se puede afirmar a ciencia cierta el por qué de esa familiaridad, aunque parece derivada seguramente de esa actitud sencilla y atractiva de su gesto de previsora prudencia, que invita a dirigirte a él con indudable empatía. Pues bien, cuando se decidió adquirir una nueva imagen para ser turnada por los clavarios, esta primeramente adquirida quedó en posesión del Hermano Mayor, a la sazón D. Rafael López Martí, que habría de conservarla con carácter vitalicio. No consta en ningún acta esa decisión; pero sí que existe el dato del momento en que tal acuerdo se dejó sin efecto, puesto que en el acta de la reunión de fecha 12 de Marzo de 1.972 el segundo hermano en antigüedad, D. José Piqueres González, que ostentaba en esa fecha la presidencia de la Hermandad, propuso y obtuvo la aprobación de una moción según la cual esta imagen debería turnarse anualmente. Después de distintos turnos y vista la falta de control en los traslados, quedó establecido en el Reglamento de Régimen Interior el sistema de insaculación, a virtud del cual, actualmente, se sortea cada Viernes Santo, al finalizar la procesión general del Santo Entierro, entre los hermanos inscritos desde el puesto décimo primero inclusive después del Clavario Actuante hasta el final de la lista, que estén presentes en el momento del sorteo.

Volviendo atrás, diremos que la bendición de nuestra venerada imagen tuvo lugar el Domingo de Ramos, 16 de Marzo de 1.940, en las dependencias del molino de D. Rafael López Martí (Baixada de l'Estació), oficiando el M. I. Señor D. Juan Vayá Bonet, Abad de la Iglesia Colegial, trasladándose seguidamente en procesión a la Colegiata, procesión que debió ser lucida, ya que según el acta redactada por el entonces Secretario, D. Salvador Úbeda Pérez, "participó la Gestora Municipal en corporación, representación del Partido, Ejército, Institutos Armados y Judicatura, además del P. Gil, franciscano, que se desplazó adrede para asistir a dicho acto. Cerraba el cortejo la banda de música "La Primitiva" y una sección de Infantería con banda de tambores y cornetas". También actuó el motete, dirigido por el recordado maestro D. José Ramírez. Hoy está en el domicilio de D. Juan Carlos Perales Bellver y el 19 de Junio próximo le será entregada a la hermana portadora Da. Almerinda Pastor Ibáñez.


IMAGEN TITULAR:

Una diligencia sin fecha, pero datada sin duda en la primera semana de cuaresma de mil novecientos cuarenta y tres, redactada con toda seguridad por el ya citado secretario D. Salvador Úbeda, dice así:

"...una familia devota, el matrimonio D. Manuel García y Dª María Tomás han adquirido para la Colegiata una bien tallada escultura de Jesús en el paso de la Calle de la Amargura; la citada imagen... fue depositada para su montaje y vestido en el coro bajo del Real Monasterio de Santa Clara; es una hermosa figura del Salvdor en actitud de marcha y soportando el enorme peso de la cruz, de talla superior a un metro setenta y cinco centímetros, con larga cabellera de crepé castaño obscuro peinada a bucles y que viste túnica morada de una lana especial; la cruz de madera y tipo latino, tiene un fuste de cinco metros y brazos correspondientes ornados sus extremos con bellos adornos de metal oxidado..." Nada se dice del escultor ni del coste de la imagen. Solo sabemos que aquél se apellidaba Alemany y era de Valencia, y -según Sarthou Carreres, a quien cita el Sr. Ribes Iborra en su libro ya mencionado- la retocó el famoso escultor José Capuz. En cualquier caso, quienes hemos visto y vemos cada año la preparación de la imagen para la procesión, podemos dar fe de la perfección conseguida por el artista al plasmar en la escultura una anatomía realmente admirable y una expesión tan real que cuando le miras a los ojos, te devuelve la mirada..., una mirada serena que transmite confianza, una mirada que te invita a rezar, a amar, a perdonar ... y a pedir perdón.

La cruz fue sustituida en 1.986 por otra fabricada en el prestigioso taller "ORRICO", de Valencia, dado el mal estado de la originaria. La "larga cabellera" a que se refiere el Sr. Ubeda, es en la actualidad de pelo natural y es cuidada con singular mimo por las señoras de la Cofradía, como lo es también la sobria pero magnífica túnica de terciopelo bordado en oro. Nadie puede negarnos que nuestra imagen titular es verdaderamente admirable, y así lo mantenemos sus portadores; y no sólo -claro es- en cuanto tesoro artístico, sino -principalmente- porque, al mirarle, de modo tan real nos mira, que sentimos que nos llama, nos quiere y nos redime, agradeciendo nuestra mirada y esperando nuestra respuesta, nuestro amor y nuestra entrega; esperando que abracemos su cruz como El asumió y abrazó nuestra propia cruz de cada día.


NUESTRA IMAGEN DE TRASLADO:

Aquí practicamente nos quedamos sin palabras. No por la admiración que pudiera causarnos esa bella escultura tallada en madera, sencilla, austera y apreciada por esta Hermandad, sino porque nada, absolutamente nada, sabemos de su origen; desconocemos su autor, incluso no nos ha llegado a las manos papel alguno que refiera su no demasido larga historia. Tan es así que D. Vicente Ribes Iborra ni la menciona en el histórico de nuestra asociación editado, como hemos dicho, en 2002.

En el libro de actas, en la correspondiente a la reunión de 4 de Marzo de 1.962, se dice: "...por el presidente Sr. Úbeda, se da cuenta, en breves palabras, sobre el pago del montacargas para colocar en su hornacina la imagen de Jesús Nazareno, así como el elevado precio a que ha resultado la construcción del mismo y la carga que representa para los miembros de la Hermandad, tras el pago de las andas procesionales y de la nueva Imagen de traslado..."

Es decir: en 1.962 había que pagar esa nueva imagen de traslado. ¿Cuándo se adoptó el acuerdo y por qué?

El acuerdo hubo de adoptarse con anterioridad, pero el acta de 1.961 tan solo nos habla del montacargas; no dice nada de la imagen. En 1.959 y 1.960 no consta en el libro acta alguna, salta directamente del 58 al 61 (folios 14 vuelto y 15). Después ya no hay referencia alguna. Por tanto, si se paga en el 62, pero no se dice nada ni de su bendición ni de su adquisición, es de suponer que el cambio se decidiría ya fuera en 1.959 o en 1.960. Conjetura ésta que si bien tiene visos de verosimilitud, no podemos confirmar, sin perjuicio de que se pueda seguir investigando. Lo intentaremos.

El por qué del acuerdo: relataré lo que oí decir a D. José Piqueres, mi padre político, que -como sabéis- fue Presidente y luego Hermano Mayor por antigüedad. Al parecer, dicho sea con todo respeto a su memoria, a D. Elías Reig no le pareció demasiado bien la compra de la imagen adquirida en 1.940, porque según él no era "de reglamento", ya que tendría que ser de talla de madera. Tanto insistió, que finalmente los portadores accedieron a sustituirla y así se hizo. Quien esto escribe recuerda que la nueva imagen fue expuesta en el escaparate de la tienda de tejidos "La Pastora", de D. Ernesto García, en la calle entonces de Calvo Sotelo, hoy Carrer de les Botigues (si me equivoco, que me corrija alguien, por favor), y llamó la atención por ser diferente al estilo de la imaginería al uso, aunque a decir verdad es una buena escultura a pesar de que haya a quien no le complazca integramente.


Estas son nuestras imágenes y estos son retazos de nuestra particular historia.


Xàtiva, veintisiete de Abril de 2.010.

UN APUNTE SOBRE NUESTRAS ANDAS

Como sabéis, tanto la antigua imagen de Jesús Nazareno como las andas de plata y todos los accesorios y documentación de la Cofradía, se quemaron en el año treinta y seis. Una vez acabada la Guerra Civil, los portadores se reorganizaron y fueron recomponiendo la asociación y sus pertenencias. Aunque todo ello consta relatado en el libro en su día publicado por el hermano portador, el historiador D. Vicente Ribes, al releer el libro de actas que nos ha sido entregado por la familia Gil Gironés, encontramos algunas notas curiosas y reseña de distintos acontecimientos de importancia para la Hermandad.
Así, en diligencia de 17 de Marzo de 1.954, el Secretario de la asociación, a la sazón D. Salvador Úbeda Pérez, que Dios guarde, decía respecto al anda confeccionada por el Sr. Bayarri:
"...El anda que es un verdadero trono es de una factura maravillosa, de tamaño adecuado a la Imagen y no se sabe qué apreciar más, si la perfección de dorados, la riqueza artística de los ocho relieves que ocupan los cuatro laterales o la pureza de líneas y estilo..."
Es curioso que se relate a lo largo de varias actas tanto el interés por adquirir unas andas adecuadas a la imagen, como los incidentes habidos con el primer artista a quien se le encargó su confección, Sr. Rodilla, y los acuerdos para rescindir el contrato con éste por su informalidad; y, sin embargo, ni en el caso de estos maestros artesanos se menciona el nombre completo, ni tampoco en el espacio que se dedicó a la imagen titular en 1.943, donde no se menciona para nada al escultor, cuyo apellido -como sabéis- era Alemany, y así se indica en el ya referido libro del historiador Sr. Ribes Iborra. Tampoco se reseña cuál fue el coste de las andas, pero -eso sí- se dice que se pagaron a prorrata entre los portadores y que hubo algunos reticentes a quienes se les tuvo que llamar la atención. En 2.003, sesenta años después, se acordó una intervención sobre el trono, a fin de reparar algunos desperfectos por causa de la carcoma, otros en los dorados, otros en la madera de la parte superior, y para dotar de iluminación los relieves de talla en las cuatro caras, principalmente, tarea que le fue encargada al escultor D. Vicente Martínez Estellés, de Llosa de Ranes, salvo los dorados que fueron restaurados por Da. Lolita Martínez, Da. Irene Chinesta y Da. Ana Guaita, de manera totalmente desinteresada. El coste de la restauración sobrepasó los seis mil euros.

dimarts, 13 d’abril del 2010

HEMOS LEÍDO..., HEMOS OÍDO...

1.- El periodista Carlos Herrera, refiriéndose a un Pregón de la Semana Santa en Sevilla, entre otros atinados comentarios, lo reseña como "un pregón cristiano, ecuménico, sincero y sanguíneo", para afirmar en el inciso: "vengo años cayendo en la cuenta de que a los católicos nos convendría ser un poco más cristianos de lo que somos" Y rubrica estos párrafos con unos versos del propio pregonero (Antonio García Berbeito), que trancribo como prueba del hondo sentido de lo que se pregona:
Sigo aquí rezando, Señor,
oraciones que aprendí,
pero al preguntar por Tí
sigo dudando, dudando,
Señor; por entre la duda ando
entre preguntas desnudas,
esperando que Tú acudas
a despejarme neblinas:
yo te arranco las espinas,
arráncame tú las dudas.
2.- Para reflexionar: oido el pasado día 10 de Abril a D. Vicente Rovira, Cura Párroco de Nuestra Señora de los Angeles, de Silla:
Nuestras iglesias están llenas de crucificados y encontramos muy pocas imágenes de Cristo Resucitado. Sin embargo, Viernes Santo sólo es un día, y la Pascua se celebra durante cincuenta días...

dilluns, 5 d’abril del 2010

¡RESURRECCION!

Día 4 de Abril. Domingo de Resurrección.

¡Resurrexit sicut dixit!
Día festivo por excelencia; gente con atuendo “pascuero”, otros, mejor acicalados; otros vestidos de fiesta…y aun otros con guitarras en sus manos; músicos, tamborileros…, expectación, movimiento, algunos nervios… En la parte posterior de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, donde las escaleras, esperaba la pequeña imagen de María, La Madre. En la puerta principal, la imagen de Jesús Resucitado… y, al fin, las diez de la mañana. Una mañana luminosa de abril, aunque fría. Pero ese frío no se tradujo en el ambiente; antes al contrario, había alegría, había ese calor humano que brota de la satisfacción de saber que Cristo ha resucitado… Y la gente quería ver lo que pasaba.
Son ya varios los años transcurridos desde que comenzó a gestarse la idea de promover una celebración externa, popular, de la resurrección, idea nacida de las comunidades neocatecumenales radicadas en El Carmen; y la idea se tradujo en realidad; y la recién creada Cofradía, se incorporó a la Hermandad este mismo ejercicio.
Y la verdad es que hemos de constatar que el acto fue hermoso. Más que por las imágenes, sencillas por demás, por la participación, por la implicación de las personas, por la evidente explosión de fe que, cumplida la formalidad de un corto recorrido, se tradujo en la espontánea ovación al encontrar la Virgen a su Hijo y el sonar de cientos de campanas que portaban los cofrades y las buenas gentes que procesionaron a Cristo y a La Madre; y los cohetes ¡cómo no iban a explotar en esta tierra! Y las palomas: lástima que el viento las hiciera desviar su vuelo. Y el coro con sus guitarras: ¡Resucitó, Aleluya!
Puede que muchos acudieran por mera curiosidad; puede que no todos esperaran aquel resultado; pero os digo sinceramente que yo al año que viene volveré, si Dios quiere.
Al final, las imágenes retornaron a su sede: la Virgen portada por mujeres; Jesús,por hombres; y es de esperar que el fruto de este emotivo acto no se reduzca a una representación más dentro de nuestra Semana Santa. Dios quiera que el hecho trascendental en que –como dijo San Pablo- se fundamenta nuestra fe, no quede en la mera belleza plástica, que eso lo sabemos hacer muy bien, sino que haya dado un vuelco a nuestro corazón y reafirmado nuestra responsabilidad en el testimonio que esa fe comporta.
M. Mira

UNAS PINCELADAS

En crónica anterior me referí al término de las actividades para la vuelta a la cotidianeidad, pensando que la normalidad sería la que se impusiera; y no es que me equivocara, sino que –a veces- ocurre que se te presenta un detalle más o menos anecdótico que merece la pena dejar reseñado. Por ello, se me ocurre detallar aquí dos pinceladas que completen la mañana del Sábado Santo.
I.- Estábamos terminando la colocación de nuestra imagen titular en el camarín de su altar. Arriba, dos jóvenes portadores esperando para su correcta ubicación. Al pie, otros para situar la imagen sobre la tarima y manejar el torno elevador. Delante, como siempre, esperábamos ver aparecer el rostro de nuestro Nazareno y toda su figura imponente aun sin brazos y sin cruz, que se colocan después. Es normal que con el trajín la túnica quede torcida, ladeada, y que desde abajo se den las indicaciones para su corrección; pero arriba no se oye nada y hay que utilizar el sistema “inalámbrico”: las señas. Pero no quedaba la cosa del gusto de quienes cursaban las órdenes. Estaba con nosotros una joven veterana portadora, que cuando todavía no levantaba un palmo del suelo ya venía con su madre a ver vestir o guardar al Nazareno, y la señora que intentaba conseguir hacerse oir sin conseguirlo, le indicó cómo debía arreglarse la túnica para lograr lo que se pretendía, y la envió a dar el recado. Al llegar donde estaban los portadores, dio el recado, y éstos le dijeron que fuera ella la que subiera al camarín y ejecutara las instrucciones que venía a transmitir. Y, sin dudarlo, así lo hizo: se encaramó a aquella escalera y subió; y Jesús quedó perfectamente vestido. Cuál no sería nuestra sorpresa cuando al bajar la vimos bañada en lágrimas, hondamente emocionada por haber podido personalmente arreglar a su Nazareno, hasta el punto de que a quienes allí esperábamos se nos puso un nudo en la garganta. Y es que, en ocasiones, lo que puede parecer una rutina, algo que se repite de año en año, te das cuenta de que un acto tan sencillo es trasunto del fuerte sentimiento que anida en nuestro interior, de la fe que se nos ha inculcado y que hemos aceptado; del amor que –consciente o inconscientemente- traducimos al realizar esas pequeñas cosas que, queramos o no, luego se reflejan en nuestra actitudes de cada día. ¡Jesús Nazareno: cuida siempre de nosotros!

II.- Otro gesto para la satisfacción. Sabéis que estamos guardando todos nuestros objetos, andas y demás accesorios en un local de Da. Amparo López, en las Casas Baratas, por lo que le estamos sumamente agradecidos. Pues bien, el sábado, al terminar de desmontar y ya todo preparado para el transporte, los hermanos portadores Félix y Vicente Cortés Angulo ofrecieron a la Hermandad un local que tienen en la planta baja de la que fuera su casa en la Plaza del Mercado y que no usan y está vacío. Les tomamos la palabra y, con evidente gran complacencia por su parte, nos recibieron con puertas abiertas; y allí quedó depositado todo. No hay qué decir cuál es la satisfacción de esta Hermandad de Portadores por tan desprendido gesto. ¡Gracias!
Por cierto, aunque el nombramiento oficial no se hará hasta la próxima Junta General, como ya os dijimos, le corresponde el turno de clavario a Félix.
Repetimos: gracias y ¡Enhorabuena!

III.- La Misa Funeral por Manuel López Martínez, que ha sido nuestro utillero, en activo hasta pocos días antes de morir, será en la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced, el jueves, día 8 de Abril, a las ocho de la tarde. Rogamos vuestra asistencia; y, si no es posible, una oración por su alma.

M. Mira.

dissabte, 3 d’abril del 2010

VIERNES SANTO. PROCESIÓN GENERAL DEL SANTO ENTIERRO

Día 2 de Abril de 2.010. Viernes Santo.

La Procesión general.

La Plaza de la Seo era un hervidero de gente. Todas las imágenes confluyen ante la Colegiata y comienza la Procesión del Santo Entierro. El son de los tambores abre paso a La Borriquilla y, con la Entrada de Jesús en Jerusalén, se abre la tarde del Viernes Santo. Bullicio, fotógrafos y más fotógrafos, da igual que sean portadores de cámaras digitales que de teléfonos móviles, hoy todo el mundo es fotógrafo… Protagonistas: las hermandades, congregaciones y cofradías de esta ciudad; algunas, renovadas o en crecimiento; otras, un tanto ancladas en el tiempo pero presentes, aportando su idiosincrasia, sus costumbres ancestrales, su propia personalidad; y todas, predicando plásticamente a Cristo, su pasión y su muerte. Y hogaño, también la resurrección… y, así, desde el Siglo XVIII.
Ayer la procesión fue larga, lenta…; pero congregó a lo largo del recorrido en los puntos habituales (Pl. de la Sèu; Sant Pere; Benlloch; Trinitat; Moncada; Sant Francesc; La Bassa, incluso en la Pl. de St. Jaume vimos gente ansiosa de volver a ver pasar por allí nuevamente la procesión)mucha gente espectante; luego, menguan los espectadores. La verdad es que ya era tarde; llevábamos más de tres horas de lento caminar al paso de músicas y tambores, y volvimos a ver más gentes en las plazas de la Bassa (arriba) y de Santa Tecla; después, algunos grupos y, al final, otra vez expectación en la Pl. de la Sèu, en general, esperando al Cristo del Cachorro.
El orden es verdad que estuvo menos anárquico que otros años; pero fue a costa de la lentitud. Ciertamente, no damos en el clavo o, mejor, con la clave para resolver lo que ya viene siendo un problema endémico. Hermanados, sí, pero cada cual un tanto a su aire, incluso “pasando” de las instrucciones recibidas… Y esto ¿cómo se arregla? Pasos que no pueden avanzar más deprisa, otros que no pueden ir más despacio, y todos han de encajar en el marco del interés general y, a veces, está visto y probado que desencajan. ¿Un reglamento de régimen interno? Si hay que hacerlo, se hace; pero la larga experiencia acumulada no es proclive al optimismo. Sin catastrofismos. Con objetividad pura y dura.
No quiero hablar de la belleza de nuestras imágenes, de la variedad de nuestras vestas, de lo magníficas que son nuestras bandas de música; de los acompañamientos y del interés o desinterés de algunos cofrades… Ya se ha hecho desde estas crónicas “de aficionado”. Eso sí, quiero reiterar mi percepción de que con el paso de los siglos han cambiado tantas cosas que tal vez no haya cambiado nada, y a lo mejor eso es bueno, porque el centro de nuestra atención sigue siendo, aun de modo inconsciente, el fondo catequético de la piedad o religiosidad populares. Y, a lo mejor, por el contrario, algo falla, porque tenemos la responsabilidad de mantener las formas externas, pero -sobre todo- el espíritu, el primer objetivo de esta invención tan nuestra; y me parece que abundamos más en lo primero que en lo segundo. ¿O no?
Y el Sábado Santo, cada cosa en su sitio. El silencio del templo es cariñosamente profanado por los cofrades que trajinan para que las imágenes vuelvan a su altar y queden guapas para que los fieles, a través de ellas, eleven sus plegarias al cielo; para que los turistas las alaben y las fotografíen; para que todo vuelva a la normalidad, a la rutina del día a día hasta el año que viene. Y Dios dirá.
M. Mira

divendres, 2 d’abril del 2010

CON LA CRUZ A CUESTAS, y TRASLADO AL SEPULCRO

I.- Día 1º de Abril. Jueves Santo.

Segunda Estación: Jesús es cargado conla cruz.

A las ocho de la tarde se inició la Procesión de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Estábamos preocupados porque nuestro utillero había sido ingresado la tarde anterior en el Hospital de Xàtiva. Hace algún tiempo que el bueno de Manolo estaba algo achacoso, pero nadie esperaba que nos diera esta sorpresa, y menos que su estado se agravara hasta hallarse hoy a las puertas de la muerte. Rezaremos por su restablecimiento, aunque su gravedad es extrema.
Espectacular el redoble del grupo de percusión, seguido por el estandarte de guía y pendonistas, numeroso acompañamiento con velas, como hacía tiempo; también numerosos los portadores que hoy asistieron a la procesión, más de lo habitual, gracias a Dios. Clarines, motete y grupo viento-metal. A los portadores de anda no les acaba de convencer porque ellos lo querrían como ayuda; pero no fue pensado para eso… Trono con un precioso arreglo floral. Barras bien asistidas pero con apenas relevos; y, precediéndolas, Isaac con la leña para su sacrificio: simbólico paralelismo bíblico, de luenga tradición en la historia de nuestra procesión. No hemos recuperado el grupo de soldados romanos o Armats, como ya lo hicieron las cofradías del Ecce Homo y del Sepulcro ¿Será algún día…? Permitan mi escepticismo, porque no somos demasiada gente y las cosas complementarias vienen funcionando a costa de chequera.
Como observarían, la imagen ha vuelto a lucir rosario sujeto al cíngulo. Este objeto devocional se le colocaba como memorial por la antiquísima vinculación de la cofradía al Convento de Dominicos, hasta que siendo Abad D. Francisco Vicedo (si no me falla la memoria) nos rogó que no se le pusiera, por tratarse de un anacronismo, lo que le parecía incoherente. Desde entonces, quien era a la sazón Hermano Conservador, D. Rafael Gil García (q.e.p.d.), lo guardaba en su casa. Al fallecer, su hija, Da. Mari Pepa Gil, lo entregó recientemente a la Sra. Presidenta. Esta lo ordenó restaurar y obtuvo consentimiento del actual Abad, D. Arturo Climent, para colocárselo como había sido costumbre; y así se hizo.
Este año se ha restablecido el itinerario de la vuelta general, pasando así por la Pl. de St. Jaume.
En la presidencia, la satisfacción de contar con nuestro Hermano Mayor, D. Mario Mollá; y también la de contar con un hermano portador, sacerdote, D. José Gascó Casesnoves, en el lugar del Consiliario.
Este Jueves, cumplimos. No hubo aquellos feos cortes e interrupciones de otros años y los portadores de anda fueron equilibrados y bien compensados. Al final, la ya acostumbrada rifa de medallas entre los asistentes a la procesión. Eso sí, echamos de menos el clarín, por un problema que finalmente no pudo resolverse.
Mañana, si Dios quiere, veremos lucir el sol de Viernes Santo en la procesión de La Camilla. Todo se habrá cumplido.
M. Mira

Día 2 de Abril. Viernes Santo.

Ocho de la mañana. La Camilla.
Amaneció algo fresco, pero templó pronto y lució un buen día; flores en la mano de multitud de setabenses para acompañar en su traslado hasta el sepulcro al Cristo Yacente, cuya devoción nació de la acción de aquel alguacil que lo rescató del fuego. Fue adoptado por los funcionarios del Ayuntamiento, pero con puertas abiertas a todos sus devotos, bajo la tutela del municipio.
Lo acogió para su culto la Iglesia de los Santos Juanes desde hace algunos años. Antes, andaba de armario en armario en la casa consistorial. Y allí, en la parroquia, la cofradía ha restaurado –como ya dije en crónica anterior- la capilla donde se le venera y ha quedado muy dignamente expuesto al culto.
Y la asistencia, la gran multitud de setabenses que acuden a este acto, no solo se mantiene sino que parece multiplicarse gozosamente. De nuevo pudo Jesús descansar sobre esas mesas que manos devotas adornan en el itinerario para poder acariciar a Jesús muerto.
Un año más, cientos de claveles en las manos de los fieles, cientos de corazones palpitando por devoción, por el recuerdo de quienes les precedieron e imbuyeron esta costumbre, porque es una procesión muy del pueblo, porque…, en fin, porque sí, porque está bien que los cristianos salgamos a la calle cuando nos dé la gana y más cuando el Dios que nos da nombre sale también a la calle para recordarnos que El es quien con su muerte nos dio la vida, que con El todo lo podemos y nada podemos sin El. Y le llevamos al sepulcro porque El nos ha salvado de nuestros pequeños sepulcros, a veces inocentes, a veces blanqueados, y siempre fruto de nuestras debilidades…
Dies ire, dies illa… “Memoria eterna” sonó triste en los instrumentos de La Nova. Su autor dedicó esta marcha al entierro de Cristo; pero nos recelábamos que sería un presagio y que también había de sonar por una persona muy estimada en esta Hermandad, como así se confirmó por la tarde.
¡Cristo Yacente, que descanse Manuel en tu regazo!
M. Mira

dijous, 1 d’abril del 2010

CRISTO DE LA PALMA

Día 1º de Abril de 2.010. Jueves Santo.

13 horas. Todo preparado en casa de la Señora Clavariesa, la Cofradía de la Purísima Sangre de Cristo se dispone a trasladar hasta la Colegiata la imagen del Cristo de la Palma. La corona y el “I.N.R.I.” de plata han sido bruñidos con todo cariño, el ramo que nos señala hacia el cielo luce la palma blanca que le da su tradicional nombre; y el velo, que tantas veces anudó el querido Antonio Mollá al pie de la cruz, lo anudó hoy el Síndico Presidente. Y salimos a la calle de Ausias March. Canta el motete: Velum templi scisum est, et omnis terra trumuit…, el velo del templo se rasgó y tembló la tierra toda… No se canta completo, y nos consta que las partituras existen porque las restauró Félix Vela, que fuera director del Còr Polifònic. La procesión discurre como es costumbre con las velas encendidas de un buen número de cofrades y acompañantes, y se suceden los relevos para transportar el dulce peso de este secular crucifijo, historia viva en nuestras manos. Últimamente, se cuelan en las procesiones por donde menos te lo esperas los captores digitales, que pretenden fotogramas para el próximo concurso…; anoche había una turba de ellos, y aquí no podían faltar; y es que adoptan las posturas mas inverosímiles para obtener el ángulo de visión perfecto. Está bien, de algún modo están siguiendo a Cristo o a la Virgen, según el paso. La entrada del Santísimo Cristo en la Colegiata siempre es muy solemne. Le espera el coro ya dentro del templo y canta esas tres partes del Velum Templi, Omnis terra, Latro de cruce… Y el Abad Párroco, al pie del altar mayor, en el crucero, recibe a Jesús muerto en la cruz, árbol de la vida, y reza una oración: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos… Ya está dispuesto el Salvador para presidir las celebraciones litúrgicas del Jueves y del Viernes Santos.
¿Y nosotros?
M.Mira

LES CORTESIES

Día 31 de Marzo de 2.010. Miércoles Santo.

Les Cortesíes

Si yo hubiera podido pensar que el relatar aquí este acto tradicional, histórico, de tan popular arraigo, hubiera cabido dentro de una llamémosle “rutina de lo cotidiano”, hubiera cometido un error imperdonable.
El por qué es claro. Estábamos acostumbrados a la repetición anual de una misma representación sacra, que nos recuerda el encuentro de Cristo con su Madre camino del Calvario, bien que con la particularidad específica de nuestra ciudad de que la imagen de Jesús representa su paso por aquel ridículo juicio -esperpento de una justicia a conveniencia- en el “lisostrotos” (enlosado), y no al redentor llevado como cordero al matadero, que sería lo lógico… Pero así es la tradición por las razones sobradamente conocidas de la primitiva ubicación de los pasos procesionales, que no voy a repetir aquí yo ahora, y así se hace y así –si Dios quiere- se seguirá haciendo.
A lo que iba: tengo costumbre, desde hace muchos años, de acompañar a María en su Soledad por cofrade y por devoción. Les aseguro que ni en los años más proclives al “fervorín” he visto jamás una procesión como la de anoche. Al ponerme en la fila con mi cirio rojo-sangre y mirar hacia atrás, me quedé boquiabierto. Ni sumando la concurrencia de los cinco o seis años pasados hubiera obtenido semejante resultado: docenas de respetuosos acompañantes con su vela; y me percaté también de la general admiración por tan notable asistencia. El arreglador se lo tuvo que “currar” para mantener el requerido “tempo” de las paradas, obligadas por la actuación del Còr Polifònic, cantándole a María el motete de D. Salvador Pérez Fabra “Qui comparabo te”. Pero es que nuestra sorpresa no acabó ahí, porque a la hora de ver pasar los cofrades con Vesta, endémicamente en número exiguo, fue una explosión de gozo ver cómo esa barroca túnica morada se había elevado a la enésima potencia.
Pues bien, después de esta obligada digresión, hemos de reseñar el acto del Encuentro. Como siempre, congregó numerosísimo público en la Plaza de San Francisco; y como siempre, se repitió el ceremonial. Esta vez, no obstante, es de destacar que antes de la intervención de Els Armats del Ecce Homo, el Coro, delante de la imagen de la Virgen volvió a cantarle el inspirado motete. Se hizo el silencio. Impresionante. Enmudecieron los tambores. Las bandas de música que en esos momentos tocan a rabiar el Mater Mea, callaron. Y se oyó esa bellísima composición: Qui comparabo te…

“¿A quién te compararé,
o a quién consideraré que te asemejas, oh hija de Sión?
¿A quién he de equipararte para darte consuelo, hija de Jerusalén?

Luego, los “Armats” cumplimentaron a la Virgen con su secular ritual; saludaron las banderas; y, al final, las tres inclinaciones de la Madre ante Jesús preso…Y Cristo, camino del suplicio, porque se han de cumplir las escrituras.
Y María, sola, con la corona de espinas en la mano…
Ecce mater tua: ahí tienes a tu Madre. Y el discípulo la tomó consigo.
¿Y nosotros?
Un Encuentro este de 2.010 para recordar.
M. Mira