divendres, 25 de novembre del 2016

NUESTRA ENHORABUENA



PACO PERALES

            Francisco Perales Ferre es en la actualidad Vicesecretario de la Junta Directiva de la Hermandad de Portadores de Nuestro Padre Jesús Nazareno, cargo para el que fue nombrado en la Asamblea General de esta asociación, celebrada el pasado mes de Octubre. La verdad es que desde ya hace muchos meses ha venido colaborando en las tareas de la secretaría, como sigue haciéndolo, por cuya colaboración, personalmente, como secretario,  nunca le estaré bastante agradecido. Pero, dicho esto, la verdad es que esta no es mas que una breve introducción para una merecidísima y especial laudatio.
            Paco Perales es un hombre sencillo, afable y cordial en el trato, servicial, trabajador nato, buen conversador, de fácil empatía y leal amigo, entre otras muchas cualidades.
            Paco Perales es músico por vocación, y a la música ha dedicado y dedica su vida desde hace muchos años, y le avala su intachable y rico currículo. Vinculado desde su infancia a la Música Vella de su Xàtiva entrañablemente amada, su intachable trayectoria profesional como director de distintas agrupaciones musicales y su denodado esfuerzo en ampliar sus conocimientos mediante  el estudio continuado e incansable  de ese  humano privilegio  que es La Música,  le situó al frene del Coro de la Generalitat, prestigioso en el mundo y prestigiado por su director.
            Y todo ello  bajo el signo indeleble de su irrenunciable fidelidad, por convicción íntima y sentida, por el don de la fe en Cristo y la firme adhesión a su Iglesia, fidelidad indeleble, digo, a la figura del Redentor en el lithostrotos  (Ecce Homo; Jn. 19, 5 (*)), o camino del Calvario (nuestro Nazareno: Jn. 19, 17); y por el amor también a nuestra Madre de la Seo.
            Entre sus cualidades no mencionadas, es notable el poco afán de notoriedad; por ello sé que Paco Perales me reñirá por esta laudatoria página; pero no puedo ocultar la satisfacción   y el orgullo de contar con la amistad y el hermanamiento ante Jesús Nazareno de quien, por innegables méritos propios, ha logrado el público reconocimiento de su valía, al ser elegido como miembro de número de la Real Academia de Bellas Artes de  San Carlos, de Valencia.
            La verdad es que ya hace días que nos había comunicado este hecho; pero como no tomará posesión del cargo de académico hasta dentro de unos meses, nos pidió que no lo comentáramos todavía; pero siendo así que la noticia ya ha sido publicada en la prensa diaria, no me resisto a dejar constancia en nuestro blog de la alegría, del orgullo y la satisfacción de ver reconocidos en la persona de un hermano portador sus valores humanos, su prestigio profesional y su bonhomía.
            Querido hermano en Cristo: recibe mi más cordial enhorabuena y, por supuesto, la de todos los hermanos portadores de Jesús Nazareno, de quienes hago aquí de portavoz por expresa decisión de la Junta Directiva.
            Con un fuere abrazo, recibe de cuantos parabienes fuere posible transmitir,  tantos cuantos mereces.
            Ex abundantia cordis os loquitur
            Miguel Mira Manzanaro

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(-) Jn.  19, 5: Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo: “He aquí al hombre”…

dimecres, 2 de novembre del 2016

LAS BiENAVENTURANZAS DEL PAPA FRANCISCO

Ayer, en Suecia, en la Misa que celebró el Papa, pronunció una homilía que, como siempre, no tiene desperdicio. No me resisto a transcribir la última parte de esa homikía:


Las bienaventuranzas son de alguna manera el carné de identidad del cristiano, que lo identifica como seguidor de Jesús. Estamos llamados a ser bienaventurados, seguidores de Jesús, afrontando los dolores y angustias de nuestra época con el espíritu y el amor de Jesús. Así, podríamos señalar nuevas situaciones para vivirlas con el espíritu renovado y siempre actual:
  • Bienaventurados los que soportan con fe los males que otros les infligen y perdonan de corazón; 
  • Bienaventurados los que miran a los ojos a los descartados y marginados mostrándoles cercanía;
  • Bienaventurados los que reconocen a Dios en cada persona y luchan para que otros también lo descubran;
  • Bienaventurados los que protegen y cuidan la casa común;
  • Bienaventurados los que renuncian al propio bienestar por el bien de otros;
  • Bienaventurados los que rezan y trabajan por la plena comunión de los cristianos... 
Todos ellos son portadores de la misericordia y ternura de Dios, y recibirán ciertamente de él la recompensa merecida.

Queridos hermanos y hermanas, la llamada a la santidad es para todos y hay que recibirla del Señor con espíritu de fe. Los santos nos alientan con su vida e intercesión ante Dios, y nosotros nos necesitamos unos a otros para hacernos santos. Juntos pidamos la gracia de acoger con alegría esta llamada y trabajar unidos para llevarla a plenitud. A nuestra Madre del cielo, Reina de todos los Santos, le encomendamos nuestras intenciones y el diálogo en busca de la plena comunión de todos los cristianos, para que seamos bendecidos en nuestros esfuerzos y alcancemos la santidad en la unidad.

Saludos, M. Mira

dilluns, 24 d’octubre del 2016

SOBRE LA PIEDAD POPULAR



DEL PROYECTO DIOCESANO DE PASTORAL:

3.4.- LA RELIGIOSIDAD POPULAR
Proposición 13


Reconocer los valores de la religiosidad popular como auténtica expresión de la fe y procurar convertirla en cauce de evangelizaron:

-purificando sus aspectos más sólidos y significativos,

-ayudando a interiorizar sus variadísimas manifestaciones externas según la coherencia que el Evangelio exige entre prácticas exteriores y actitud del corazón,

-poniendo  de manifiesto que la fe posee una irrenunciable dimensión comunitaria inseparable de la vinculación a la Iglesia.


Objetivos específicos:
·        Fomentar los actos de devoción popular, arraigados en la verdadera
tradición de las comunidades cristianas, como las distintas manifestaciones de piedad en torno a la pasión del Señor o la veneración de la
Santísima Virgen María.
·        En relación con esto, valorar las asociaciones, cofradías y hermandades
existentes en las parroquias o comunidades, como ayuda para la evangelización del pueblo.
·        Cuidar las fiestas patronales para que sigan siendo una manifestación
popular de fe y se integren en la vida parroquial y comunitaria del pueblo de Dios.

 Acciones:
-A nivel diocesano.-

(147) Presentar las orientaciones pastorales de los obispos dé la provincia eclesiástica sobre  Religiosidad  popular y evangelización.
(148)  Ofrecer desde la Vicaría de evangelización materiales para la forma­ción cristiana de  los  miembros de las hermandades y cofradías.

-A nivel vicaría y arciprestazgo.

(149)  Programar encuentros periódicos de cofrades para la oración          común, la formación y la sensibilización socio-caritativa y misionera.
(150)  Organizar peregrinaciones a santuarios de la zona
(151)  Celebrar anualmente e actos  conjuntos como la Vigilia de la Inmacula­da o el Vía Crucis en Cuaresma y Semana Santa.

A nivel parroquial

(152) Cuidar el rezo del Rosario, tan frecuente en casi todas las parroquias  de nuestra diócesis, acompañándolo con la lectura de textos bíblicos o de autores espirituales, para facilita Ha contemplación de los misterios de Cristo.
(153) Fomentar otras manifestaciones de la piedad mariana, muy arraiga­das en nuestro pueblo, como el mes de mayo, el  del Rosario,  la Novena a la Inmaculada o la Felicitación Sabatina, procurando que todos estos actos se vivan en conexión  con la liturgia y orientándolos hacia ella.
(154) Potenciar la práctica del Vía crucis durante el tiempo de Cuaresma,
especialmente en  distintos grupos de la parroquia  (sobre todo de jóvenes), animando a sus miembros a que preparen ellos misinos las meditaciones de cada estación.
(155) Procurar que en los consejos pastorales haya una representación de
las cofradías o clavarías  que organizan las fiestas religiosas populares
y que el programa de las fiestas patronales se confeccione armonizan
do los actos tanto religiosos como  civiles. En donde esto no sea posible,
conviene que en el programa aparezca separada la programación de los
actos sagrados y la de los profanos.

A nivel personal (sacerdotes, consagrados, laicos…)

(156)  Presencia de los párrocos en comisiones de fiestas y actos que se organicen como
instrumento de evangelización.
(157) Concienciar a los fieles laicos de su responsabilidad de imprimir un carácter cristiano también a las fiestas populares, de modo que favorezcan la comunión de todos y la promoción de los más débiles.



dimarts, 9 d’agost del 2016

TRAS UN LARGO COMPAS DE ESPERA



MARE DE DÉU DE LA SÈU

Por Miguel Mira Manzanaro


            No estaba en mi  ánimo escribir comentario alguno sobre nuestras fiestas patronales, en particular sobre la Patrona. De una parte, por cierta sequedad ante la terca realidad de este pueblo al que el Canónigo Hinojosa llamó soñador en la hermosa letra del himno a la Mare de Deu y que, ustedes me perdonarán, más bien parece somnoliento e indolente.
            Ya sé que para ser un buen cristiano, para ser un buen católico, no es imprescindible asistir a todas las procesiones que se celebren; pero hemos llegado a un punto en que podríamos preguntarnos si vale la pena sacar a las  semidesiertas calles de la ciudad  la imagen de la Virgen,  en cuyo recorrido se encuentra con tantas puertas cerradas (incluso las de una iglesia parroquial, totalmente mudas sus campanas…) el cinco de agosto. Para mí, resulta decepcionante comprobar que año tras año la participación de los setabenses vaya cayendo en picado.

He dicho que no quería volver al asunto, porque con transcribir la crónica del año pasado bastaba; pero concurren hechos que me parece oportuno reseñar y comentar:
San Félix. Patrón de Xàtiva. Por iniciativa del Sr. Abad, salió su imagen en procesión, precediendo a la Virgen de la Seo, después de varios lustros de paciente espera en la soledad de su altar,  gracias a la colaboración de los festeros del barrio de su nombre, sobre ruedas, en andas prestadas. Hay que dar gracias a esas personas que mantienen la devoción en aquel vecindario, y a quienes no relevó nadie en la llevanza de nuestro Patrón (que yo sepa, solo una persona se brindó a  un relevo). Digo yo que Sant Feliu   quedaría  maravillado al verse precedido por poco más de tres docenas de personas y seguido de otras tantas falleras, que –en realidad- no iban por acompañarle a él, sino a la Virgen, solo que les dijeron que ese era el lugar en que debían situarse.
            Voy a abstenerme de comentar otros detalles: castellets, moixaranga…, porque, sin querer, ya me he pasado de la raya, siendo así que mi intención al ponerme a escribir era, en verdad, ceñirme, aparte de la presencia de la imagen de San Félix en la procesión, a un acto concreto, que debiendo considerarse normal, fue, sin embargo,  extraordinario: Don José Canet, Abad de la Colegiata, invitó a D. Manuel Soler, que lo fue durante dieciséis años, a participar en las solemnidades de nuestros patronos. Digo que este gesto de normalidad, ha llegado después de un par de décadas: largo compás de espera ¿no les parece?  De ahí lo extraordinario. Uno de los actos en que debía participar, aparte de haber concelebrado en la Ermita el día uno y en la Misa Solemne el cinco, era la Santa Misa del tercer día del novenario, corriendo a su cargo la predicación.
            Y así fue. D. Manuel ejerció de celebrante principal y concelebró D. José, el Sr. Abad.
A mí no me sorprendió lo que ocurrió, porque sabía que iba a suceder: oímos un sermón acorde a la palabra proclamada, profundo, directo, claro, interpelante, vehementemente pronunciado, que a nadie dejó indiferente.  Usó dos puntos de apoyo en esta ocasión, de los que gusta repetir: la experiencia de aquel filósofo que al contemplar el tranquilo discurrir de las transparentes aguas de un arroyo y el límpido  lecho de brillantes guijarros, tomando uno en sus manos, se preguntó si  al igual que tenía su superficie mojada, también su interior estaría empapado; y, partiéndolo en dos, pudo constatar que estaba completamente seco; y también refirió  aquel encuentro entre Madre Teresa y D. Helder Cámara, en Sao Paulo, cuando preguntado por ella sobre qué iba a decir a los  miles de personas congregadas en el estadio de Maracaná, él le contestó que pediría a Dios que le permitiera sacar de su interior todo cuanto de Dios llevaba dentro. 
            Sobre estos dos puntos de apoyo y la referencia a nuestra Madre de la Seo, se podría resumir la reflexión en una seria llamada a nuestra responsabilidad como cristianos, ya que mal se puede evangelizar, mal se puede hablar de Dios, si de Dios no estamos llenos.
            Valga como referencia este pobre resumen de tan denso e importante sermón; tampoco era mi intención transcribirlo a pesar de su importancia. El principal motivo de sentarme ante el teclado y hablar de una extraordinaria normalidad, nace de un deseo de dejar constancia de algún modo, aunque tan modesto como nuestro blog, de haber vuelto justamente las aguas a su cauce; y estoy convencido de que así lo sintió D. Manuel, como todos los presentes en el acto pudieron comprobar a partir del momento en que se acercó al ambón desde el que tantas veces predicó, después de demasiado tiempo… Apenas  pronunció el primer saludo, ya se le quebró la voz; esa voz emocionada, que, a corazón abierto, proclamó su firme llamada a la plenitud del espíritu, a la comunión con Cristo y con la Santísima Mare de Déu de la Sèu; pero esa voz que, de trecho en trecho, perdía su modulación a causa del nudo que se formaba en su garganta y que movió a buena parte de los presentes a enjugar sin disimulo alguna que otra sentida lágrima. Y es que sus recuerdos, nuestros recuerdos, la memoria de tantos años de trabajo en lo que era una parroquia viva, activa, evangelizadora, con carencias, sí, pero con tesón y voluntad de servicio, se nos venía a la mene a cada quiebro de la voz rotunda de un hombre de Dios, de un hombre bueno, de un  hombre que gozó en su ministerio en esta ciudad, pero que también sufrió lo  indecible...
Y con una sincera amabilidad, al finaliza la eucaristía, el Sr. Abad, D. José Canet, supo agradecer públicamente la presencia de D. Manuel, le ofreció públicamente esa gratitud y declaró para él abiertas de par en par las puertas de casa, las puertas de la Colegiata, recalcando por dos veces: ¡porque se le quiere! con lo que arrancó un fuerte y prolongado aplauso de los presentes; pero la emoción ya fue incontenible cuando, al volver el Abad a la sede, le ofreció su fraternal abrazo, bajo la mirada cariñosa de la Virgen nuestra Madre, que, no me lo nieguen ustedes porque todos lo vimos, les sonrió.
            Por circunstancias familiares, es posible que no pueda asistir a diario a la novena; pero no me hubiera perdonado el faltar el domingo pasado a un acto de justicia que llegó después de tantos compases de espera.