dissabte, 5 de setembre del 2020

ROGAD AL SEÑOR DE LA MIES QUE ENVÍE OPERARIOS A SU MIES (mateo 9-38)

 

            Sabemos que hubo un tiempo en que durante bastantes años la Iglesia de los Santos Juanes era atendida por el Señor Cura de Santa Tecla. Erigida en Parroquia, sabemos de los avatares de aquella feligresía con los cambios de párroco y las características de aquel barrio de Las Barreras, tan distinto a la actual configuración urbanística de esta ciudad. Sabemos de la labor de los últimos sacerdotes destinados a regir esta comunidad, extensa en superficie, pero corta en asistencia, para conseguir una vida parroquial participativa y evangelizadora. También sabemos que en el momento actual, D. Raul Jiménez ejerce su ministerio como rector tanto de esta parroquia de los Santos Juanes como de la veteranísima de Nuestra Señora de la Merced y Santa Tecla. Y no ignoramos cómo  la vida de esta comunidad se asemeja poco a la de aquellos viejos tiempos. El pastoreo de esta grey, acumulado a la tarea de La Merced, requería de una dotación acorde a sus necesidades. Estos dos últimos años el párroco contó ya con un joven vicario muy vinculado desde seminarista con la parroquia que en pocos meses fue trasladado a Moncada; recibió un sacerdote adscrito, D. Saul, que ampliaba estudios, que ya marchó a otro destino, y le llegó nueva ayuda con D. Miguel Ángel, éste sí, a calidad de vicario, sirviendo a las dos parroquias. Ahora han llegado nuevas y jovencísimas manos: las de D. Javier Navarro, el cura más joven de la diócesis, también a calidad de vicario que viene destinado a ambas comunidades.

            Ayer, día 4 de Septiembre, fue acogido D. Javier, solemnemente, en la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, a las ocho de la tarde.

            Se hallaban presentes una amplia representación de Juniors, miembros de los consejos parroquiales, y un nada numeroso grupo de fieles para participar en la eucaristía. Animó la celebración el coro de los Santos Juanes.

            Nos sorprendió el número de sacerdotes que acompañaron al neófito y concelebraron bajo su presidencia. Leyó el decreto del nombramiento el Señor Arcipreste D. José Canet Canet, Abad mitrado de la Colegiata, y vimos al rector del Seminario Menor y varios curas jóvenes, compañeros del homenajeado. D. Raul y D. Miguel Ángel se situaron al lado de D. Javier.

                                                                        

                                                                                



            Antes de salir la procesión de concelebrantes, se leyó la siguiente monición: 

            “Hoy, viernes de la semana 22 del tiempo ordinario, nuestra Parroquia, así como la de los Santos Juanes, viven un día de gozo. Recibimos un aporte de savia nueva, que ha de redundar en pro de la vitalidad de la acción pastoral en las respectivas comunidades.

             Y precisamente hoy (lo veremos en el evangelio de Lucas (5, 33-39) y su parábola del vino nuevo), la llegada de D. Javier Navarro hasta los pies de María, nuestra Madre, con su pletórica juventud, nos ha de hacer reflexionar sobre si nuestro proyecto y nuestro quehacer parroquiales  responden  a la exigencia irrenunciable de reconvertirnos  en el signo de renovación evangelizadora que requiere este convulso tiempo  negacionista y laicizante.       Bienvenido sea el sacerdote que se incorpora como operario a las labores propias de esta mies que, como vicario, le ha sido encomendada, y que provoca y urge que nos preguntemos con todo rigor y con todo entusiasmo ¿Aceptaremos el reto de reconvertir nuestros odres?”

            Sobre la  primera carta a Corintios, primera de las lecturas, relativa a la administración fiel al servicio de los misterios de Dios, además de la obligada referencia a la parábola citada en la monición, basó D. Raul su homilía, pronunciada con su particular vehemencia, sin olvidar, claro es, la bienvenida a su nuevo y joven colaborador.

            En el ofertorio, las distintas cofradías radicadas en ambas parroquias, presentaron sendas réplicas de sus imágenes: Nuestra Señora de la Merced, Santísimo Ecce Homo, Buena Muerte, Nuestra Señora de la Esperanza, Nuestra Señora de Fátima, Santa Cena, Traslado del Cuerpo de Cristo al Sepulcro…

                                                                         



            Como ya nos tiene acostumbrados, el coro –esa perla de la corona del Arrabal- nos ayudó a rezar y a dar gracias.

            Dar gracias es lo que hizo D. Javier no exento de moción, al finalizar la eucaristía. Al hablar de emoción, no se nos ocultó su nerviosismo en la primera parte de la Misa, cuando apenas le salía la voz de su garganta… Después templó. Y fue aplaudido.

 

                                                                     


 

            En nombre de los Consejos de Pastoral de las dos parroquias, el Sr. Segarra dio la bienvenida a D. Javier y, al mismo tiempo,  dio gracias por su incorporación a la acción pastoral de ambas comunidades.  

            D. Raul invitó al nuevo vicario a presidir el ejercicio de los viernes al Santísimo Ecce Homo, desplazándose hasta la capilla de la comunión todo el cortejo y, “por su sangre preciosa” allí le pedimos que nos diera todo su amor a través de tan querida imagen de Cristo.

            Vuestro, Miguel Mira.