dimecres, 19 de novembre del 2025

CRISTO REY DEL UNIVERSO

 

 Calvario. (Escena de la Crucifixión). A los lados de la pintura hay  representaciones del buen ladrón (también llamado San Dimas o Dysmas) y del  mal ...

            El próximo Domingo, es decir, el XXXIV del Tiempo Ordinario, Ciclo C, celebraremos la festividad de Cristo Rey del Universo. Cerramos el Tiempo Ordinario y abrimos el Tiempo de Adviento que nos conduce a la Navidad. Pero ahora nos centramos en la festividad de Cristo Rey del Universo y D. Joaquín Núñez nos comenta el Evangelio según San Lucas, Cap. 23,35-43, donde se narra la escena en que Cristo comparte suplicio con dos criminales en el Calvario.

 

            “El pueblo estaba allí mirando; y aun los jefes se burlaban de él, diciendo: «A otros salvó; que se salve a sí mismo, si es el Cristo de Dios, el Elegido.» Los soldados también se burlaban de él; se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo: «Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.»
            Había también una inscripción sobre él: «Este es el Rey de los Judíos.»
            Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Cristo? Sálvate a ti y a nosotros.» Pero el otro, respondiendo, lo reprendió, diciendo: «¿Ni siquiera temes a Dios, tú que estás en la misma condena?
Nosotros con justicia, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; pero éste nada malo ha hecho.»          Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino.» Jesús le respondió: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso.»

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Comentario 

       “No vivimos hoy las mismas circunstancias históricas que motivaron a Pio XI, al escribir la Encíclica “Quas Primas”  instituir la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo; ni tan siquiera parecidas tampoco al momento en que San Pablo VI hizo trasladar en el año 1969 esta fiesta como colofón del año litúrgico, antes de Primer Domingo de Adviento. Pio XI, situando a Jesús como dueño de todo lo creado, luchando frente a una sociedad, entre guerras, secularizada. Una actitud propia de otros tiempos. San Pablo VI hizo lo mejor que pudo, como hombre del Concilio Vaticano II, presentando un Rey Servidor y Salvador de la Humanidad.

   En el final del texto del  Evangelista San Lucas, la liturgia pone en boca de un condenado a muerte, por ser un criminal confeso, la defensa de un Justo, clamando: “¡Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino!”, y la más consoladora respuesta de Jesús que lo absuelve de sus pecados, “Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso”.

     Qué cercano se nos hace este Rey que solo quiere que confiemos en su amor, que nos transforma y hace que digamos con el centurión, reconociendo nuestra indignidad: “Señor no soy digno de que entres en mi casa” (Mt. 8, 5-11).

      Esta Fiesta es una invitación a reflexionar sobre la naturaleza del reinado de Cristo y poder decir que su reinado se manifestará plenamente en la consumación de los tiempos. En ese “Hoy estaréis conmigo en el paraíso”, no podemos argumentar como un Rey poderoso que nos da armas para argüir contra los enemigos de la Iglesia.

      Que Jesucristo es rey, es algo que Pilatos lo escribió en la tablilla sobre la Cruz, y que Jesús reconoció (Mt.27:11), (Mc.15:2), (Lc. 23:3), (Jn.18:33). ¿Tu eres Rey? Jesús le responde: “Tu lo has dicho, yo soy Rey”, pero mi reino no es de este mundo, o lo que es lo mismo: ni como los de este mundo, ni para dominar al mundo, sino para salvar el mundo.

      La siguiente pregunta es la que cada cual de nosotros nos hemos de formular: En todo reino hay Rey y súbditos. En este caso el Rey sabemos quién es, ¿y los súbditos?

      Todos los días y muchas veces, rezamos: Padre nuestro que estás en el cielo, y le pedimos: venga a nosotros tu reino. Es una petición central en esta oración que Jesús nos enseñó. Pedimos que reine Dios en la vida de las personas y en el Mundo. Este mundo tan carente de Paz y tan lleno de guerras, donde falta lo más sagrado, el respeto a la creación y todo lo creado. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, y todos sabemos cuál es su voluntad “sed Santos como vuestro Padre celestial es Santo” (1 Pe.1:16), (Mt. 5:48).

     Rezamos demasiado deprisa sin atender lo que estamos pidiendo, porque cuando lo hacemos dominan nuestras peticiones y necesidades sin pensar en los demás; el Padre nuestro es una oración plural, donde pedimos para todos y por todos, sean creyentes o no creyentes,  de nuestro credo o no, para que entre todos construyamos La Paz y alcancemos ser bienaventurados hijos de Dios.

     Feliz domingo, ser santos es nuestra vocación primera. “Hágase en mi tu Palabra” dijo María en la respuesta al Ángel, al cumplir la Voluntad del Señor; que seamos capaces de cumplir la nuestra.

 

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            De otra parte, no estaría de más que hiciéramos nuestra la siguiente oración:

            Ayúdanos a cambiar, Señor, para mirar las cosas, el mundo, la vida con tu mirada y desde tus ojos.

            Sana nuestras cegueras que nos impiden ver el dolor y el sufrimiento de los que caminan al lado, de los que viven en nuestro mundo, bajo nuestro mismo sol.

            Sacude nuestro corazón para que aprendamos a ver con los ojos llenos de Evangelio y Esperanza de Reino.

            Corre ya el velo de nuestros ojos para que, viendo, podamos conmovernos por los otros, y movernos desde lo profundo del corazón, para acudir a dar una mano, y la vida toda, a los que están caídos y rotos en las cunetas de los caminos, a los leprosos de hoy día, a los que esta sociedad injusta ha tirado a un costado, porque no cuentan, o no interesan, o no son rentables a las leyes del mercado.

            Ayúdanos, Señor, a ver, y a cambiar..., a verte y a optar..., a utilizar esa mirada maravillosa qua nos dejaste para mirar el mundo, la realidad, la vida:

la mirada del Evangelio, para ver con tus ojos de Dios, para sentir con tu corazón compasivo, paré actuar llevados por la fuerza y el fuego comprometido de tu Espíritu, para hacer posible, ya aquí, en la tierra, el mundo nuevo que esperamos, el Reino de los cielos.

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Hasta pronto, si Dios quiere. Un afectuoso saludo, Miguel Mira

           

dimecres, 12 de novembre del 2025

MÁS SOBRE LAS PIEDRAS VIVAS

 Templo de Jerusalén - Wikipedia, la enciclopedia libre

                 Reflexionamos sobre el Evangelio del DOMINGO de la semana 33 del Tiempo Ordinario, ciclo C, tomado de San Lucas 21, 5-19, según la Biblia (traducción Reina-Valera 1960): 

            “Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús les dijo: “En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida”.  Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder? Él entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: el tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos. Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente. Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre. Y esto os será ocasión para dar testimonio. Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa, porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se os opongan. Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.”

COMENTARIO

Por D. Joaquín Núñez Morant

 

      El Evangelio de San Lucas está montado como un relato del gran viaje de Jesús a Jerusalén; ya estamos en la meta de Jesús y lo descubrimos, quizá, en el Huerto de los Olivos, desde donde se puede contemplar en toda su magnificencia el grandioso Templo que el  rey Herodes el Grande construyó para congraciarse con el pueblo Judío. Pueden recrearse ante algo tan hermoso. Tendremos que detenernos y analizar algo que nosotros los cristianos hemos repetido a lo largo de la Historia de la Iglesia, algo de lo  que Jesús considera y anuncia proféticamente: que no va a quedar “piedra sobre piedra”, como empeño en señalar algo de lo que el cristiano ha de rechazar (El acontecer histórico del Imperio Romano en Israel nos lo describe el historiador judío Flavio Josefo el año 70: no quedó “piedra sobre piedra”).  Ahora bien, Jesús no se refiere a las piedras del Templo, se refiere a lo que las piedras significan: un pueblo con una gran diferencia entre los ricos poderosos, vinculados a ese Templo, y el pueblo miserable y engañado, como la pobre viuda que ofreció lo poco que tenía para comer, confiando así en que el Señor la ayude; mientras engorda la faldriquera de unos sacerdotes saduceos que niegan la resurrección y esperan la bendición de Dios ahora, porque están convencidos de hallarse limpios de pecado. Cuánta mentira para explotar a un pueblo ignorante. Un Templo donde se sube a comprar la voluntad de Dios a base de donativos y sacrificios, algo que nosotros hemos repetido…, lo cual Jesús condena desechando las piedras, pues lo que quiere es que “cambiemos nuestro pétreo corazón por un corazón de carne” (Ez. 36:26).

   San Agustín nos dijo hace XVI siglos, (no es algo que nos aclaren los biblistas de hoy), que Jesús no solo se refiere a la destrucción del Templo, sino que su profecía tiene un significado espiritual. Para San Agustín, la destrucción del Templo simboliza la eliminación de la antigua alianza y la instauración de la nueva alianza en Cristo. Por ello nos llama a reflexionar y convertir nuestro corazón y hacer posible un mundo nuevo. No creamos que va a ser fácil. Muchas veces serán los miembros de nuestras propias comunidades quienes entorpezcan ese cambio. Ved, si estamos atentos, cómo ante un Papa como León XIV, que solo busca La Paz y la Unidad en la Iglesia, cómo algunos arremeten contra él; ya encuentra dificultades por la soberbia de quienes creen que no les da la razón, y ya buscan cómo sorprenderle en lo que dicen que dice, y afirman que sostiene que no todos tenemos la verdad. Si supieran teología, sabrían lo que dijo realmente el Papa: la Verdad plena es Jesús. La teología nos lo ha ido descubriendo a lo largo de la historia, apartando toda herejía, pero gustar de toda la Verdad, la gustaremos cuando la veamos cara a cara. Que la Iglesia sea depositaria de la Verdad, no quiere decir que la conozcamos en toda su plenitud. Un hijo de san Agustín no puede ignorar quién es la Verdad, el Camino y la Vida.

     La fidelidad a esa Verdad actualiza la advertencia de Jesús: “os perseguirán…”, os asesinarán, os martirizarán, lo cual acontece con más virulencia que bajo el Imperio Romano, sobre todo, en los países musulmanes, pero también nos desprecian y nos insultan en nuestra propia  sociedad, que con mucho disimulo nos ridiculiza, o nosotros mismos caeremos en ese ridículo si no vivimos como quiere Jesús. Pero a los que se mantengan fieles, “ni un cabello de sus cabezas perecerá.”

    Feliz domingo. Jesús nos ha mostrado cuál es su Verdad, solo si tenemos amor descubriremos al Amor. Que María madre del Amor Hermoso nos acompañe.

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            Bien, amigos. Materia para la meditación “haberla, hayla”.      Aprovechémosla. Saludos cordiales, Miguel Mira

dijous, 6 de novembre del 2025

LOS MERCADERES Y EL TEMPLO

 

LA PIEDRA ANGULAR

            Nos acercamos ya al Tiempo de Adviento, pero todavía hemos de leer la habitual reflexión de D. Joaquín Núñez sobre el tema que se nos ofrece en el XXXII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C, tomado del Evangelio según San Juan, 2, 13-22:

            “Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
            Encontró en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los cambistas y volcó sus mesas. Y dijo a los que vendían palomas: “Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre una casa de comercio”. Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: “El celo por tu casa me consumirá.”
            Los judíos entonces le preguntaron: “¿Qué signo nos muestras para obrar así?”. Jesús les respondió: “Destruid este templo y en tres días lo levantaré.”
            Los judíos replicaron: “Cuarenta y seis años se ha tardado en construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”         Pero él hablaba del templo de su cuerpo.  Cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de que lo había dicho, y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había dicho.

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Comentario

8 ideas de JESÚS EXPULSA A LOS MERCADERES DEL TEMPLO ...

            “Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”. Esta frase de Jesús nos lleva a peguntarnos qué es lo que sabían los judíos sobre la santidad del Templo. Cuando fueron itinerantes en el desierto, el Tabernáculo estaba en una tienda en medio del campamento. Después, el Rey Salomón le construyó un Templo al Señor en Jerusalén. San Mateo, en esta misma escena, pone en boca de Jesús las palabras más conocidas y usadas por nosotros: “Mi casa es casa de oración, pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones” (Mateo 21, 13).

    Hoy celebramos la dedicación de la Basílica del Salvador, que el año 324, en un lugar propiedad del emperador Constantino, junto al monte Celio, consagró el Papa San Silvestre. Es la Catedral del obispo de Roma, a quien se considera “Madre y Cabeza de todas las iglesias de la Ciudad y del Mundo”. Es el símbolo de la unidad de la Iglesia.

     El templo cristiano es una imagen que no tuvieron ni los Apóstoles, ni los Padres apostólicos, ni los discípulos de los Apóstoles; es más, era una palabra profana contraria a la vida cristiana, y tampoco las palabras altar, sacerdote, templo, y todo lo que usaban las religiones circundantes. Jesús no funda ninguna religión, nos ofrece una Vida, la suya: “Vendremos a él y haremos morada en él”, y San Pablo en I Cor. 6,19-20 nos dice “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”. También somos “piedras vivas y escogidas” como comunidad unida a Cristo, como “Piedra angular”.

    Veis que cito mucho a San Agustín, lo que hago con toda la intención por ser un hombre que cierra y abre un periodo a partir del cual la ciencia teológica se abre paso, de tal manera que no ha perdido actualidad y toda la teología cuenta con su pensamiento. El Papa Benedicto XVI estudió su teología en la Tesis Doctoral, con el siguiente título “Pueblo y casa de Dios en la doctrina de San Agustín sobre la Iglesia”.

      San Agustín nos enseña acerca del Templo, partiendo de la frase de San Pablo, en la citada primera carta a los Corintios. El doctor de la Gracia nos afirma que el alma en gracia es templo del Espíritu Santo, que infunde en el alma la complacencia y el amor al bien, esta gracia permite al hombre vivir de manera justa y santa. La idea del hombre como templo de Dios es central en la teología de San Agustín.

            ¿A qué nos compromete hoy a nosotros la frase de San Pablo? El sabernos posibles templos de Dios así como también lo son  nuestros semejantes. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios que nos dice: “vendremos a él y haremos morada en él”, “será nuestra casa, nuestro Templo” si nos abrimos a su gracia; pero a eso es llamada toda la humanidad, y de ahí nuestro respeto a toda la creación; el respeto y amor que San Francisco cantó a toda criatura en el “Cántico del Hermano sol”. Nadie nos puede ser extraño ni ajeno a nuestro amor. No podemos negarnos a lo que Dios amó cuando pensó en crearnos.

             Somos responsables por ser todos hijos de Dios, de toda la Creación. A un cristiano no le han de venir de nuevo ni los derechos humanos ni el cuidado de esta Tierra, eso está en la palabra de Dios, aunque nuestra pereza nos ha hecho olvidar lo que ya está claro desde el Génesis pasando por los profetas. Nuestra urgencia teológica nos ha llevado a atender otros intereses. En el presente, siguiendo “los signos de los tiempos”, nos han acercado a lo que con todo derecho está claro desde el primer momento en el que Dios dijo: “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” y los bendijo así: “Creced, multiplicaos, llenad la tierra y someterla”.

             Esto supone, y así lo ha de entender el hombre, que somos responsables de toda la creación. Dios lo creo “y vio Dios que era bueno” y lo bueno lo hemos de conservar, porque la Creación entera es el Templo De Dios.

            Feliz Domingo llenos de alegría por saber que somos amados de Dios, que podemos ser su templo sagrado y que los que nos acompañan también, que no podemos mirar nuestro ego, sino hacernos cercanos a los demás, para que como hijos de Dios formemos su Templo como piedras vivas y escogidas donde Jesús es la “Piedra Angular”.