diumenge, 23 de juny del 2013

I. LA ASAMBLEA.- II. LA SANTA CENA. SUS CINCUENTA AÑOS



I. LA ASAMBLEA

             El viernes, día 21 de Junio de 2.013, se celebró la Junta General de la Hermandad de Cofradías con carácter ordinario. Se aprobaron el acta de la reunión anterior, la memoria y las cuentas, todo ello por asentimiento porque nadie abrió la boca, si exceptuamos una corrección solicitada por la representación de la Cofradía de Nuestra Sra. de los Dolores y unas puntualizaciones pedidas por la Purísima Sangre. Si hemos de atenernos a la intervención del Presidente saliente como al contenido de la memoria de estos dos últimos ejercicios, deberíamos congratularnos del positivo balance de resultados, cuando en realidad no todo fueron luces; pero las sombras no se reconocieron. Faltó autocrítica y se echó de menos la intervención de los asistentes a ese mismo fin, porque en lo bueno y en lo malo todos tenemos alguna responsabilidad. Pero, por lo visto, por la Asamblea General hay que pasar de puntillas para no hacer ruido. ¿Qué nos pasa?
                  El único que se refirió a determinados problemas, muy llamativos por cierto, fue el Sr. Abad, cuyas palabras, como suele suceder casi siempre, es probable que caigan en saco roto. No quisiera contagiar pesimismo; y espero que con la toma de posesión del nuevo persidente de la Hermandad, D. Antonio Escudero, por la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración "El Cachorro", se abra un paréntesis y el aire fresco nos despierte y nos conduzca a un camino de mayor colaboración, hermandad y sentido de la responsabilidad, ante un reto como es el perfeccionar las manifestaciones externas de nuestra fe, a base de profundizar en los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor y no quedarnos simplemente en su mera escenificación sin mayor ambición ni trascendencia.

II. UNA EFEMÉRIDES.



            Ayer, día 22 de Junio de 2.013, la Parroquia de los Santos Juanes estuvo de fiesta. Y la celebración fue múltiple.

            En primer lugar, la Hermandad de la Santa Cena, radicada en ese templo parroquial, conmemoraba el cincuentenario de la adquisición de su imagen titular y su reincorporación a la Hermandad de Cofradías; y la comunidad parroquial celebró el Día de la Parroquia, ante la proximidad de la festividad de uno de sus copatronos: San Juan Bautista.

      Y así se sucedieron los actos conmemorativos:

    A las siete y cuarto de la tarde, Eucaristía. El templo, a rebosar. Asistencia extraordinaria. Advertimos la presencia de personas poco o nada habituales en las misas de esta iglesia y constatamos la respuesta de algunas representaciones de cofradías de nuestra Semana Santa. Menos de las que debieran haber respondido a la invitación de la junta de la Hermandad de la Santa Cena. Estuvieron las presidencias de La Buena Muerte, de la Virgen de los Dolores, del Traslado del Cuerpo de Cristo y las de la Cofradía y Hermandad de Portadores de Jesús Nazareno. Este es uno de los motivos que provocan una sonrisa cuando se oye hablar de hermandad…

    El coro parroquial, como siempre, acompañó con sus cantos la Santa Misa, en la que también participaron las distintas cofradías que tienen sede en la parroquia y los distintos movimientos que atienden la actividad pastoral: Caritas, Manos Unidas, Juniors, Itinerario de Renovación… El Cura Párroco no cabía en sí de gozo y también como acostumbra, durante su homilía hizo participar a los más pequeños, cuya espontaneidad movió a la sonrisa y captó la atención de los concurrentes.

   Leyó la acción de gracias el señor presidente de la asociación oferente, quien tuvo emotivas palabras, pronunciadas en un tono sincero y orante, que emocionó a muchos.

   Terminada la Eucaristía, se dispuso en el presbiterio la ubicación de sillas y atriles para el concierto extraordinario, que debía ofrecerse a continuación. Aprovechando la celebración del fin de curso de la Primitiva Setabense y su convenio con el Ayuntamiento, pudo ofrecerse este acto en honor a la efemérides que se conmemoraba. Miembros de la Hermandad de la Santa Cena repartieron a los presentes un folleto espléndidamente editado, con un resumen de la historia y avatares del templo donde nos encontrábamos, del que son autores el arquitecto y el arquitecto técnico –D. José Emilio Llacer y D. Pere Pau Catena- que proyectaron y dirigieron las obras de restauración del edificio, excelentemente documentados. A las nueve de la noche, tomaron sus asientos los músicos de la Jove Orquestra de la Música Vella de Xàtiva, que fue presentada por el Rvdo. D. Raúl Jiménez. Tras los aplausos, bajo la batuta del director del conjunto instrumental, D. José Martínez Colomina, se interpretó el Aria en Re, de J. S. Bach, buena introducción para preparar a los oyentes a escuchar unas obras nunca antes oídas en nuestra ciudad: Magníficat y Gloria, ambas del joven músico D. Javier Tortosa, tenor en el Coro de la Generalitat y director del Cor Calixtí de Canals. Este coro y nuestro Cor Polifònic Ciutat de Xàtiva, unidos para la ocasión (aunque no es la primera vez que colaboran (recordemos las Siete Trompetas del Apocalipsis de gratísima recordación) nos brindaron un excelente concierto, certeramente acompañados por la orquesta. Si he de ser sincero y partiendo de la base de que no soy músico ni otra cosa que un aficionado recalcitrante, el Magníficat me pareció una excelente composición, pero me dio la impresión de que el autor había puesto más empeño en la técnica que en la estética, aunque no estuvo exento de ella. Me gustó más el Gloria, quizás por su espectacularidad. Impecable la actuación de la solista (que lo es del Còr Polifònic) Cristina Martínez y rotundo el aplauso del enfervorizado público que llenaba el templo convertido en ocasional auditorio, hasta haber muchas personas de pie. Pero, no obstante haber gozado plenamente con estas obras, para mí, el clímax del concierto estuvo en el bis. No pudo el maestro elegir pieza más adecuada: el Ave Verum, de Mozart. No sé cómo no me salieron moratones en las manos por la fuerza de mi aplauso; y ¡mira que lo he oído veces!

    Enhorabuena a la parroquia y a la asociación convocante, de verdad. ¡Enhorabuena! Que cumpláis muchos más años en el empeño de que nuestras tradiciones semanasanteras permanezcan vivas y el culto eucarístico que representa vuestra imagen sea fundamento de vuestros actos, en bien de la Parroquia y de nuestra ciudad.

    El final de la fiesta tuvo lugar en el patio de la iglesia. Cena popular con tikets módicos. Numerosa asistencia. Muy numerosa. Ambiente cordial y participativo. Actuaciones de los juniors y del coro parroquial rubricaron la velada, en la que –lógicamente- no faltó la rifa para recaudar fondos. Puede el Señor Cura y, claro es, todos los feligreses, estar contentos por la respuesta. Si yo fuera jurado, mi nota sería SOBRESALIENTE.

    Con mi más cordial saludo, MIGUEL MIRA

           

           

dilluns, 3 de juny del 2013

CORPUS CHRISTI



I
A guisa de introducción.
Sabido es que es esta una fiesta que tiene sus orígenes nada más y nada menos que allá por la Edad Media, Siglo XIII, con celebraciones puntuales a iniciativa de la religiosa Juliana de Cornilloni (Lieja). Oficialmente, fue instituida por el Papa Urbano VI, aunque su celebración se ceñía al interior del templo. Fue el pontífice Nicolás V quien por primera vez  (1.447) sacó en procesión la Sagrada Forma por las calles de la Ciudad Eterna, ejemplo que dio lugar a la expansión por el orbe católico de esta celebración, que arraigó de tal modo en España como lo demuestra el dicho popular: ''Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión''. Salvo el Jueves Santo, con la alternancia desde hace algunos años entre laboralmente festivo o no festivo, que se mantiene en el calendario, conveniencias sobrevenidas (1.989) provocaron el cambio a domingo tanto del Corpus como de la Ascensión, aunque las celebraciones litúrgicas continúen calendándose para en sus días tradicionales. En España, no obstante, algunas poblaciones mantienen la festividad con toda solemnidad, como son Toledo o Granada, por ejemplo, y otras muchas, incluso con declaración de interés turístico.
II
Xàtiva y la Eucaristía
Para un católico la Eucaristía es una verdad esencial en su vida de fe. Sin embargo, hay momentos en que, al menos en apariencia, da la impresión de que somos un tanto indiferentes ante la llamada a participar en un acto de adoración a esa presencia de Jesús en el Sacramento.
Hablando a nivel local, vemos cómo desde la época dorada en que la organización seglar de la Adoración Nocturna sobresalía por el gran número de adoradores y la Acción Católica era un hervidero de jóvenes de ambos sexos; desde que hubo lugar a manifestaciones como el Congreso Eucarístico del año 48 del siglo pasado; desde que aquel fervorín fue decayendo, más bien parece que a los católicos setabenses nos hayan dejado en stand by, en lo atinente a la relevancia de mostrar erga omnes (ante todos) que estamos ahí; que no somos indiferentes; que Cristo nos importa. Y, desde este blog, puede parecer contradictorio que quien escribe pueda decir esto; ya que si volvemos atrás un par de hojas del almanaque, recordaremos cómo cientos de personas salieron a la calle acompañando a ese Cristo, primero agasajado con palmas y olivos y después escupido, ultrajado y torturado hasta la muerte. A ese Cristo representado en tan bellas imágenes como las de nuestra Semana Santa. Y sí, la contradicción existe, porque el Cristo que pasa por nuestras calles el día del Corpus Christi es el Cristo del Jueves Santo; es el Cristo del Domingo de Pascua; es el Cristo que se nos ha dado en su carne y en su sangre, quedándose entre nosotros para siempre.
Si esa es nuestra fe, ¿Por qué damos preferencia a aquellas tallas, por hermosas, sugerentes y tradicionales que ellas sean, frente al mismo Dios que se expone a nuestra adoración en la Sagrada Hostia?
Desde ya hace años, demasiados, la procesión del Corpus Christi, en Xàtiva, despierta muy poco interés en quienes pienso que no deberían quedarse en casa o convertirse en meros espectadores. Y me refiero a fieles católicos en general, como en particular me estoy acordando de aquellos penitentes de sobrias vestas o de capas relucientes, que no fallan a la cita anual con su personal devoción por uno u otro paso… y que no nos acordamos de Jesús vivo y verdadero el día dedicado a su especialísima recordación.
III. Los complementos.
De pequeño (y ya tengo setenta y cuatro tacos) oía contar a mi abuelo cómo era el Corpus en otro tiempo. Y a mí y a mis hermanos nos hablaba de aquella “degolla” de la víspera del Corpus, de aquellos tradicionales actos previos a la festividad del Jueves del Cuerpo del Señor. Se nos ha referido cómo tanto esa víspera como el propio día de la fiesta había sido tan espléndida como lo era y es en Valencia. En un momento dado, se fundó en nuestra ciudad la asociación de “Amics del Corpus” con el fin de recobrar aquellas costumbres que preparaban esta solemnidad con representaciones de escenas bíblicas y bailes populares: desde la magrana i els cavallets hasta la lucha entre la virtud y el pecado: “la moma”. Y con más o menos éxito se retomó lo que ha venido en llamarse la processó cívica. Desde un principio, a mí, personalmente, me dice bien poco esta processó. Salvo en muy pocos ejemplos, más que poco, no me dice absolutamente nada, qué quieren que les diga. Pero puestos a aceptar las cosas como vienen, si nos fijamos en el aspecto organizativo, hay veces que nos pasamos y, en otras, no llegamos. Por ejemplo: este año se ha suprimido como tal la Cavalcada del Convit, y se vino a representar en la Pl. de la Seu el Misteri d’Abraham. Ciertamente este texto no es para ser representado plaza por plaza; mejor sobre un escenario, que permitió que lo presenciara mayor número de gente que la que solía acudir a la puerta del Ayuntamiento y después a curiosear durante el recorrido. Pero, francamente, no fue la mejor actuación del prestigioso grupo escénico "Teatre de la Lluna". El control de la megafonía, pésimo. Al Cor Polifònic apenas se le oyó… En cuanto al Pregó, me pareció inapropiado el modo y el lugar: pudo perfectamente haberse desarrollado siguiendo un recorrido como de costumbre, aunque se hubiera acortado, hasta llegar la colla de chirimiters, la cobla, el pregoner i els coheters a la Plaza y dar comienzo la representación teatral. Supongo que el recorte sería cuestión de dineros; de los que no hay, claro.
Y ya en la procesión eucarística, sigo sin explicarme por qué no la organiza nadie. Digo nadie. Y prefiero no extenderme, porque me temo que no es éste el espacio idóneo para mi desahogo.
Por supuesto, sé que nadie tiene que coincidir necesariamente con estas reflexiones. Estaría bien que quienes las lean introduzcan algún comentario  motivador para que la gente se anime a participar en la más importante procesión que se celebra por la Iglesia Católica. Lo que me da pesadumbre es decir esto: ¿Es necesario motivar a un católico para dedicar un pequeño sacrificio en honor a Jesús Sacramentado?
Pues bien. Ya me he extendido demasiado. Vaya mi más cordial saludo. Como siempre, vuestro, Miguel Mira.