dilluns, 15 d’abril del 2024

CERRAMOS UN EJERCICIO Y... ¡ABRIMOS OTRO!

 

            UN AGRADABLE FINAL

           

            En lo atinente a nuestra Hermandad de Portadores y Cofradía de N. P. Jesús Nazareno, el término de  las actividades propias del tiempo de Pasión y Semana Santa han concluido ya en tiempo de Pascua, gracias a Dios sin incidentes dignos de mención, a salvo esos nuestros ancestrales tics ¿para qué recordarlos? que algún día conseguiremos corregir. Hoy sábado 13 de abril,  al tiempo de escribir estas líneas, se me anticipa la Señora Presidenta y nos envía una foto del resultado final del trajín de esta mañana en la Colegiata. Es agradable saber que no ha faltado el desayuno previo que permite a los asistentes departir un rato y también que en el lugar de trabajo hayamos podido acabar la tarea pronto y bien, no sin reproducir, intercambiándolas, distintas opiniones sobre las mejoras que requiere el montacargas, claro está, que -si Dios quiere- volveremos a escuchar el próximo año. Por cierto, en 2025 tal día como hoy (13-4-25) será Domingo de Ramos. Debo poner de manifiesto el interés de los portadores/as, patente por demás, al conseguir realizar la tarea con rapidez y presteza, sudando la camiseta (y me refiero en particular a Pepe Ibáñez); pero hoy quiero destacar la presencia y colaboración extraordinaria de dos aspirantes a portador:  César Soriano y Nacho Ruiz,                                          Bajo el camarín Bajo el Bajo el camarín, manejaron el elevador

ambos asumiendo las tareas que los abuelos Marcos y Fernando les asignaban. Incluso a la hora de manejar la manivela del montacargas. Y sería injusto omitir la especial colaboración de Lorena Pastor, que hoy ha intervenido arriba, en el camarín, altura a la que desde hace unos años se  le tiene respeto por causas de todos conocidas, junto con Luís Pardillos, para dejar nuestra venerada y estimada imagen perfectamente dispuesta para el culto 


hasta que el próximo año, si Él quiere, volvamos a procesionarla como corresponde.

***

            Acabado el trabajo de la mañana y todo en orden, a las dos y media se celebró en Montsant la comida con que obsequiamos a los cantantes del coro/motete que nos acompañan en la procesión de Viernes Santo. Compartimos con ellos mesa y mantel, pasamos un buen rato y pudimos disfrutar del espléndido día en un espacio privilegiado como es el Mirador:

     Nuestros amigos y espléndidos colaboradores a quienes admiramos y a quienes agradecemos su gentileza y disponibilidad, Paco Perales y Marion, su esposa, al frente, nos aseguraron que para todos ellos no solo es gratificante su participación en el acto al que nos acompañan, sino que nos prometen que los tenemos dispuestos a seguir dejando la impronta de tan magníficas voces el próximo año.

        Como siempre, suyo Miguel Mira.

 

dilluns, 1 d’abril del 2024

TOTUM REVOLUTUM

 

UNA CRÓNICA ATÍPICA

    Ocurre que durante estos últimos ocho o diez días no he podido dedicar mi tiempo a esta nuestra ventana; y como quiera que se  celebraron un puñado de actos que merecen, al menos, unas líneas, emprendo esta tarea sin que, necesariamente, se guarde un orden estricto.

            Por ello, comentaré en primer lugar dos eventos culturales programados para un mismo día (21 de marzo) y a la misma hora, y ambos eran interesantes:

            -Comenzaré por el profano y no por eso desestimable, sino más bien al contrario. Les cuento: la UNED SENIOR, que desarrolla sus actividades en el antiguo Instituto Simarro o Universidad Católica, junto al Colegio Claret,  ofrecía el jueves 21, en colaboración con el Conservatorio Municipal, a las ocho de la tarde, un recital de poesía en el auditorio de San Agustín, a cargo de los alumnos/as del aula de “Artes escénicas”, que dirigen Víctor Torres Herrero y Pepe Mira Piqueres, alternando semanas, cada martes lectivo. Una de las alumnas era mi esposa, Mari Carmen Piqueres. Ni qué decir tiene por qué no asistí al otro acto, la presentación del libro que ha editado la Hermandad de Cofradías.

            Me interesa destacar, conociendo a los profesores, que sin duda alguna la preparación en orden a una perfecta declamación habría sido rigurosa. Pero, a fuer de ser sincero, tuve mis dudas en cuanto al resultado final, conociendo también, como conozco, la pésima calidad de su acústica. No obstante, me veo satisfactoriamente obligado a reconocer que aquel acto merece la calificación de excelente, no porque se escucharan más o menos bien los textos poéticos escogidos con acompañamiento al piano, sino porque pudimos percatarnos de la disposición de ánimo, la decisión ilusionada de aquellos alumnos “senior”, mujeres y hombres –los había octogenarios-, al situarse ante el micrófono y convertirse en rapsodas consagrados, a pesar de los nervios ante aquel público expectante. Les puedo asegurar que, sin perjuicio del valor cultural/docente del acto, me impactó el valor demostrado de cómo se puede, se tenga la edad que se tenga, aceptar un reto y conseguir un objetivo hasta ensanchar el propio ánimo al superar exitosamente el reto que se les había propuesto.

            Sinceramente, la emotividad, el agradecimiento por haber sido testigos de tan noble propuesta, fue un regalo impagable.

            Un esfuerzo tan plausible merecía mejor espacio escénico. En todo caso, ¡Enhorabuena!

            Como he dicho, hubo otro evento, éste relacionado con nuestra Semana Santa en la Casa de Cultura: la presentación del libro editado por la Hermandad de Cofradías. “Según fuentes generalmente bien informadas”, puedo asegurar que el salón quedó pequeño ante el numeroso público asistente; y,  respecto al libro, la comisión de publicidad del organismo rector de la Hermandad ha roto la costumbre ¿la rutina?, saliéndose del formato habitual. Ha preferido presentar  aspectos de esta nuestra Semana Grande de los que hasta ahora no se habían tratado en profundidad, a partir de dos trabajos extraordinarios sobe la música en la Semana Santa y sobre imaginería de nuestra ciudad; el primero, salido de la pluma del  Académico de la de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, Director del Còr de la Generalitat, músico vocacional hasta la médula, D. Francisco José Perales Ferre; y el segundo, de D. Juan Vicente Martí Arquimbau, Especialista en Conservación y Restauración de Patrimonio Histórico Artístico,  Profesor de Secundaria y Bachillerato; con unas manos mágicas para tratar aquello que merece ser restaurado, no menos estudioso que el anterior y autor de varios trabajos  ya publicados de sumo interés. Ambos son directivos en la  Hermandad de Portadores de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

***

            Como s e deduce del encabezamiento, no necesariamente voy a comenzar por el principio. Lo que sí es claro: hablamos de los actos externos en la tradicional y singular representación de los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesús.

            Las seculares formas y costumbres mediante las que se trató de forma plástica relatar a la gente sencilla aquellos misterios, y que hoy  nos exige elevar el punto de mira y trasladar la fuerza de la imagen al ejemplo personal de quienes procesionamos esas obras de arte. Como ya saben, se trata de otro medio de evangelizar. Sé que ya lo dije; pero por mucho pan…

            Así pues, empezaré por un comentario al mensaje que entró el sábado, día 30/3, por el  whatss.App del grupo de Portadores y, en concreto, como  felicitación que la Señora Presidenta insertó a última hora de la noche del Viernes Santo. Nadie contestó hasta la mañana del sábado,  y quiero puntualizar cuál es mi opinión particular:

          De la procesión de traslado sólo podemos reseñar la incidencia que obligó a acortar, precipitadamente, el recorrido a causa de la lluvia. Incluso la banda de música que en aquel momento tocaba la marcha Cristo de la Sangre, tuvo que acallar sus instrumentos súbitamente porque los portadores aceleraron el paso con tal prisa que se la dejaron lejos. ¡Qué  impertinente aquel chubasco en un momento impertinente…!                                                

          Tanto en el traslado como Jueves y Viernes y Santo podemos dar cuenta de una buena asistencia de portadores, mayor que en pasados años, aunque en estas dos últimas la participación  de devotos sin vesta fue meramente testimonial. En cuanto al orden del desfile, tanto Jueves como Viernes fue correcto y sin incidentes dignos de mención.  

         Xàtiva prepara una Semana Santa «normal» tras dos años sin ...

    En general,  cabe estar satisfechos por eso y por la colaboración tanto de los y las más jóvenes como de los y las más mayores, alternándose en la llevanza de los pendones, estandartes, faroles, muletas  y cruces, servidumbres éstas de obligado cumplimiento. No obstante, no puedo contradecir a nuestro hermano Antonio Pastor cuando en su mensaje, el arriba referido, afirma que se sigue sin observar distancias entre cofrades y perdura el viejo vicio de la “xarraeta”, aunque se reduce a casos puntuales según yo observo. Es cierto. No nos ha de disgustar como algo sobrevenido, porque estamos intentando corregirlo desde ya hace años, pero es claro que si otras cofradías consiguieron eliminar aquellas anomalías…, pues mirad: nosotros mismos… Esto es cosa de todos y si portadores y portadoras ponemos personalmente de nuestra parte todo lo que hay que poner, como ya hace la mayoría, acabaríamos por hacer de nuestro desfile un referente, como debiera ser.   Es de agradecer el mensaje que leí el mismo día de un grupo de nueve más una personas que nos dan las gracias por procesionar “valientemente” a Jesús por las calles de la ciudad. Y verdaderamente meritorio es el esfuerzo, sobre todo, de los portadores del anda y de todos quienes colaboran para que ello sea posible; pero también sería de agradecer, como venimos hablando, hacerlo con el rigor del conjunto que formamos, como perfectamente sabemos ¡y podemos!, para transmitir el encargo de que somos depositarios, repito: evangelizar. Y la belleza y la estética, el orden y el silencio penitencial  no están reñidos con tal esencial menester. ¿Debemos mantenernos indiferentes ante la posibilidad de mejorar las actitudes impropias?

       Punto y aparte: alegría para Sara Camús, jovencísima portadora a la que ha correspondido  en el sorteo celebrado tras la procesión gen eral, nuestra estimada y venerada imagen antigua de traslado, nuestro entrañable “Pillet”: Jesús en una de sus caídas. 

                                                       

       ¡Enhorabuena, Sara!.

***

            Un hecho a poner de manifiesto es el escaso público a la expectativa durante los días de traslado, llamando la atención, más que en ningún otro caso, el vacío durante el paso de “El Cachorro”. No se vio aquel tropel de gente a la espera de su  ya clásico “baile” (al menos, así lo vi yo), así como fue llamativa la menor participación de cofrades. Más que escasa, menguada fue la asistencia en el traslado de “La Camilla”.        Personalmente, lamento que esto ya sea un “dejà vu” al menos desde el año pasado.  En el “Entierro”, sin embargo, ya pareció haberse  recuperado buena parte de la tradicional asistencia de acompañantes y verdaderamente la procesión fue ordenada.

     Sentimos el incidente que provocó un largo corte ya en el último tramo del itinerario entre particulares, penitentes de las distintas hermandades y cofradía. Debo insistir en alentar a la presidenta de la Cofradía, Dª Palmira Guerola por su incansable dedicación a esta asociación y he de reiterar que lamento sinceramente la escasa asistencia de cofrades tanto en el traslado como en “El entierro”. LO de los ángeles blancos que tiran de la “camilla” es otra cosa…                                                      

Foto de Lorenzo Segarra

    ¡Ánimo! y a ver si se puede reavivar una devoción tan arraigada en nuestra ciudad. A veces, ciertamente, no se comprende esta oscilación pendular a la que todos estamos expuestos y algunos hemos sufrido. No sé si recordáis al padre Renovat, aquel simpático cura oriundo de Burundi,  que durante dos años estuvo destinado en la Colegiata. En una procesión del Nazareno que vino a presidir, yo me quejaba de esa falta de respuesta, y el me dijo: ¿De qué se queja usted,  cuando hasta a Cristo le abandonaron sus discípulos…? Pues eso ¡Avant!

            Del mismo tenor, también lamentablemente, sería la referencia tanto al traslado del Santísimo Ecce Homo el domingo día 10 de marzo así como el Miércoles Santo en la procesión de “Les cortesíes”. Sin embargo, lo  contrario ocurrió en en el acompañamiento de Nuestra Señora de la Soledad, que gozó de  un excelente acompañamiento. Respecto a este tradicional acto, en la plaza de San Francesc y aledaños se reunió, esta vez sí, buen número de espectadores, como lo hubo en algunas de las esquinas durante el recorrido. No obstante, creo recordar que el pasado año ya denuncié esto: al salir el cortejo de La Soledad de la calle de San Vicente, no vi en toda la de Segurana ni una sola casa abierta a la espera del paso de la Virgen y fue significativo el escasísimo  número de personas que nos vieron pasar hasta el lugar de “El Encuentro” a partir de la plaza de San Pedro, inclusive.

            Aprovecho la referencia a este paso de la Cofradía de la Purísima Sangre, pare referir el intachable orden, silencio y respeto en la procesión de penitencia o “de las antorchas” del Domingo de Ramos, trasladando el Santísimo Cristo de la Palma” de clavario a clavario, con la asistencia del tradicional motete. Por primera vez en muchos años el prior de la cofradía, D. Joaquín Núñez, faltó a la cita por culpa de sus achaques. Recemos por él. Si tengo algo que reprochar no es sino cierto retraso en la salida de la procesión; y, el Jueves Santo, en el traslado hasta la Colegiata, el trazado de un itinerario innecesariamente largo.

***

            Preciso es volver atrás hasta la mañana del Domingo de Ramos.

            Estuve en la Misa Conventual, incluida la bendición de palmas y ramos, y también de las nuevas andas de la entrañable imagen de La Burreta; pero, acabada la Misa me marché a casa con mi ramito de olivo bendecido, y, luego, junto con mi esposa vimos pasar por la Alameda aquel largo desfile de niños y mayores que recordaban la Entrada de Jesús en Jerusalén. Cada año recuerdo la falta de aquellos cantos que acercaban la memoria hasta el momento… Después, como cada año, esperamos la llegada de esta manifestación de la piedad popular a la iglesia colegial. Vimos una bien ordenada cofradía, con su banda de tambores y acompañada por la banda de la Música Vella. Presidía el Sr. Abad con el Cabildo, todos revestidos como tales.

            Es nuestra costumbre situarnos en la parte alta de la Plaza de la Seo, cerca de la casa abadía, desde donde se domina cuanto allí sucede. Hay un banco donde descansar durante la espera y allí se sentó mi esposa y, al cabo de unos minutos, también lo hizo una señora también de edad avanzada. Ésta iba acompañada de dos hombres, igualmente muy mayores Los tres vestían humilde pero decorosamente su ropa de domingo y llevaban cada uno en su mano unas ramitas de olivo. Todos mirábamos hacia la embocadura de la calle de la Corretgería, viendo pasar y pasar tambores, pendones y gente, mucha gente y muchos niños. La expectación iba in crescendo  hasta comprobar que la alegría de aquellas vestas de brillante verde anunciaban la proximidad de la imagen de Jesús, que, efectivamente, asomó inmediatamente. Uno de los dos hombres se acercó rápidamente hacia la anciana, requiriéndola con premura: “Vine que ja está ahí la Burreta”, y los tres, de consuno, como el gentío que llenaba la plaza, alzaron sus brazo y agitaron sus ramos animados por el redoblar de los tambores. Sus rostros me parecieron iluminados por una sonrisa, por una ilusión sincera y su hermosa e indefinible expresión de contento les juro que  me emocionó y todavía se me nublan los ojos al recordarlo. Acabada aquella unívoca aclamación, los tres juntos se encaminaron Ardiaca arriba, aquella empinada cuesta… Jesús ya había entrado en Jerusalén.  ¡Qué sensación de ternura…! ¡Qué paz, qué envidiable llaneza!  

***

            No puedo comentar ningún detalle  de la procesión de penitencia de Jesús de la Buena Muerte, ni la correspondiente a la misma cofradía del Martes Santo. Puedo, eso sí, insertar la foto que me ha enviado el amigo Lorenzo Segarra.

            Tampoco puedo referir nada sobre el traslado del Santo Sepulcro, porque, a la misma hora, se celebró el de la Cofradía del Señor de la Columna, que desfiló en su orden tradicional, asistiendo como invitada la Banda de tambores de la Cofradía del Santo Sepulcro de Moixent.  La imagen había de ser entregada a su clavariesa en el pintoresco paraje de la Rinconada del Collar de la Paloma, por lo que recorrimos un  itinerario marcado por el sabor impagable del casco antiguo llegando hasta la cima de l’Ardiaca, y en esas callejuelas les aseguro que es un verdadero placer emocionarse al escuchar las tradicionales marchas procesionales…

            Es Señor Abad, que ha acompañado las imágenes de todas las cofradías que tienen sede en la Colegiata, a la entrada, ante la casa de la clavariesa, rezó por ella y le pidió que rezara por él ante el Señor de la Columna.

***

            He de volver atrás para referirme al traslado de La Dolorosa. Ese viernes sí que hubo más animación en la calle y fue numeroso el público que esperaba a su paso y muy numerosa la asistencia de acompañantes con cirio y de cofrades con vesta. La pequeña imagen de la  virgen se adornó con el buen gusto en que acostumbra a hacerlo su florista. Si he de poner algún reparo, haría el reproche respecto al poco cuidado modo de desfilar los cofrades.

            La procesión de traslado de la Santa Cena hubo de suspenderse el Lunes Santo a causa de la lluvia; pero se celebró el martes sin incidentes y con normalidad para satisfacción de la Cofradía. Al hablar de normalidad, me refiero a la línea homogénea de cada año. También este precioso paso merece mayor respuesta. Pero hay que felicitar a sus cofrades por mantener la posibilidad de que sea recordada la institución de la eucaristía a su visitar calles y plazas de la ciudad.

                     La que sí que se suspendió fue la que para mí es la más propicia a la meditación, por su modo de celebrarse y el lugar de estación, uno u otro Calvario, en especial, el Alto: la Procesión del Silencio”, presidiendo el Santísimo Cristo del Carmen. Quiero dedicar un recuerdo especial al sacerdote que, año tras año, aun después de ser trasladado a Valencia, venía adrede a subir aquel sinuoso camino hasta la ermita   cabe Jesús crucificado y rezar con los numerosos asistentes una oración fervorosa. D. Paco Doménech, nuestro querido Paquito, está enfermo y no ha venido ese año. Rezaré y les invito a rezar al Cristo del Carmen un padrenuestro por su salud.

            No voy a escribir una gran crónica sobe la Procesión General del Santo Entierro. Solamente referir que no hubo incidentes que lamentar; si acaso, el largo corte que suele produciré año tras año, entre las dos primeras cofradías y La Columna. Eso sí, en contraste con la semana anterior, las calles y plazas estaban a rebosar… Bendito sea Dios.

***

            En la noche de Pascua estuve en la Colegiata. Naturalmente, se sucedieron los ritos litúrgicos, sobresaliendo el canto del Pregón Pascual, magistralmente entonado por el Vicario Rvdo. D. Antonio Polo, acompañado por el puntear de una guitarra bien tocada. Claro que me hubiera gustado más el acompañamiento al órgano, pero no dejo de saber la causa de esta carencia y pienso que pronto o tarde se habrá de resolver. En esta ocasión no hubo bautizos, pero el Sr. Abad, con el hisopo, ya se encargó de bautizarnos a todos… ¡Hay que nacer del agua y del espíritu de Dios; hay que nacer del Señor!

            En su tónica habitual, la homilía de D. Camilo fue directa donde nos duele, recordándonos, cómo al enviar a las mujeres que encontraron el sepulcro vacío fueron enviadas  por el ángel a anunciar a los apóstoles  lo sucedido y requerirles para que se dirigieran a Galilea a encontrase con Jesús resucitado. Y el discurso siguió aclarando sin ambages cuál es nuestra Galilea en nuestra vida cotidiana: nuestros hermanos, nuestra familia; el afán de cada día…

            ¡Aleluya! Con el canto del Regina coeli, nos despedimos, emplazados para asistir al “Encuentro Glorioso” a las diez de la mañana, ya en el nuevo horario.

            Y allí acudí. El día amaneció destemplado y cubierto y las previsiones no fallaron. Pero las dos imágenes salieron a las calles de aquel barrio del Carmen. Durante un buen trecho todos los asistentes resistimos estoicamente aquella llovizna impertinentes, hasta que al llegar a la calle del Padre Claret comenzaron a abrirse tímidamente algunos paraguas y, poco a poco, se multiplicaron. Algunos, al parar las imágenes en el punto del encuentro, nos refugiamos al amparo de los miradores o tuvimos la suerte de contar con un paraguas amigo. Pero el acto se celebró; los músicos, a pesar del aguacero,  tocaban el “Resucitó”, primero; el Himno a la Alegría, después; y todo bajo el tintinar de las campanillas de un numeroso coro de fieles bajo una nube de paraguas en la plaza del País…


FOTO DE LORENZO SEGARRA

    Y ya, más o menos formalmente, llegamos a las puertas de la parroquia, donde volvió a sonar el ¡“Resucitó”!, se bajó (no sin dificultades) la imagen de Cristo y a las once se celebró la Santa Misa.   

***

 

            Terminaré recordando aquello que tantas veces hemos escuchado: No debemos ser cristianos de Viernes Santo, sino de Pascua de Resurrección, aunque este año haya sido pasada por agua; y que no valga la imagen  como ejemplo, sino más bien afirmando rotundamente con San Pablo: “Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe” (I Corintios, 15, 14).

            Hasta la próxima. Gracias por su atención. Un cordial saludo. Miguel Mira

  

dijous, 21 de març del 2024

EN LA SEMANA DE PASCIÓN

 

I.- QUINTA Y ÚLTIMA MISA ESTACIONAL DE 2024.

 

II.- VÍA CRUCIS PÚBLICO.

 

I

 

            El miércoles, 20 de marzo, acabado el trajín fallero, nos implicamos en el cambio de chip, para retornar a las reflexiones propias del tiempo cuaresmal, lejos ya de petardos, charangas, pasacalles y tradicionales desfiles de falleros y falleras con sus mejores galas, en su agasajo a la Mare de Deu de la Sèu, el lunes, y al Patriarca San José, el martes.           Así, súbitamente inmersos en la Semana de Pasión, cuando todavía resuenan los pasodobles y  algunos andan con su resaca o aturdidos por el atronador bullicio de la fiesta, la Parroquia de San Pedro abrió sus puertas, precisamente ese  miércoles, de una parte, para comenzar el triduo a Jesús en el Sepulcro:

            XIV Estación: “Señor, que descanses en mi alma hasta el día de mi resurrección”.

            Y, de otra, para acogernos a los católicos que peregrinamos en Xàtiva y celebrar las cinco parroquias, en íntima fraternidad, la eucaristía.

            Permítanme, pues, dirigirme a ustedes apoyado en la anterior jaculatoria, que aprendí -con las otras trece del Vía Crucis- ya hace  muchos años y cuando todavía andaba yo con los libros bajo el brazo, para acercarles a la última Misa Estacional de 2024.

                                                                          


            El Cristo yacente, a los pies del altar, presidiendo y, como es habitual, los sacerdotes de las cinco parroquias, concelebrando.

            Podemos afirmar que el templo cubrió su aforo.

            Nos ayudó a rezar el coro de la parroquia.

            Si bien fue el párroco, D. José Estellés, quien presidió la celebración, pronunció la homilía el Sr. Abad, D. Camilo Bardisa.

            El rema de su predicación se basó íntegramente en el tan conocido pasaje evangélico de La Samaritana (Jn 4, 5 ss). Podría seguir en la crónica, dejando esa simple referencia; pero la reflexión sobre dicho texto me parece que no me permite hacer tal cosa. Antes bien, trataré de resumir las palabras del Sr. Abad. En concreto, se fijó en tres puntos:

            1º.- Jesús, al sentarse junto al pozo, está acercándose a aquella mujer. El Señor siempre viene en nuestra búsqueda.

            2.- La mujer acude al pozo cargada con sus problemas y desilusiones; y se encuentra con un hombre, al que incluso le pide explicaciones; pero Jesús, pacientemente, escucha incluso sus impertinencias y va ganándose la confianza de ella, hasta ofrecerle no ya el agua que no sacia la sed, sino un agua de vida eterna… Y ya, finalmente, convencida de que está hablando con el Mesías, va deprisa a comunicar a sus convecinos su alegría por haberlo encontrado…, y

            3.- Seguida por los suyos, llegan ante Jesús y, al oírle, le piden que se quede con ellos…

            Bien, pues mi pregunta es: ¿Estoy convencido de que Jesús me busca para ofrecerme esa agua de vida eterna? ¿Su palabra me mueve a pedirle que se quede conmigo? ¿Soy consecuente con mi fe, o voy “a la mía”?

            Como si previera de qué se iba a tratar, quien decidió obsequiarnos con un precioso recordatorio con la fotografía del tesoro que es el retablo de San Pedro, al dorso, copió el famoso soneto de Lope de Vega, que no me privo de reproducir:     

 

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?

¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,

que a mi puerta cubierto de rocío

pasas las noches del invierno oscuras?

¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras

pues no te abría! ¡Qué extraño desvarío

si de mi ingratitud el hielo frío

secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el Ángel me decía:

«Alma, asómate agora a la ventana,

verás con cuánto amor llamar porfía!»

¡Y cuántas, hermosura soberana,

«Mañana le abriremos», respondía,

para lo mismo responder mañana!

 

            Pienso que hoy tampoco salimos indiferentes.   Al finalizar, se cantó (D. José al teclado) el himno al Santo Sepulcro. Ya revestido con capa pluvial, el Sr. Abad rezó la oración final y nos despidió con sus mejores deseos.      He dejado para el final esta jaculatoria que la lectora de la acción de gracias, con real sentimiento recitó:

            “¡El Sepulcro es la puerta dela Resurrección!”

II

            A las diez y media en punto comenzó el solemne Vía Crucis Público, presidido por el Santísimo Cristo de la Palma, asistido de los cofrades de la Purísima Sangre, oficiando el Sr. Abad, acompañado del vicario, D. Antonio Polo.


            El itinerario fue el habitual, si bien el desarrollo del acto fue más ágil que en otras ocasiones. No puedo comentar atinadamente nada sobre el contenido de las estaciones, porque en la mayoría de ellas la audición fue muy irregular por defectos de la megafonía. Ahora bien, aquellas que pudimos escuchar, a mi parecer, fueron fáciles de entender y sus meditaciones llegaban muy claras a los participantes.


            Llego, en otro aspecto, a la crítica anual. Los/las asistentes (muchos,  no todos), de estación a estación no callan. Recuerdo que esto no se apreciaba cuando, ya hace unos cuantos años, se rezaba el rosario entre una y otra parada, pero la verdad es que no sé la razón  por la que se suprimió esta costumbre.

            En esta ocasión la Hermandad de Cofradías obsequió a los asistentes con una bonita pulserita que entrelaza diez pequeñas piedras y pequeños medallones, para el rezo del santo rosario.           

            Las fotos son de nuestro colaborador y amigo Rafa Blesa.

            Pues hasta mañana, si Dios quiere. Veremos y comentaremos el traslado del Santísimo Cristo de la Expiración.

            Saludos cordiales, Miguel Mira