¿Crónica o lamento?
Y no es la primera vez. A medida que pasa el tiempo, se acrecienta la indiferencia, el pasotismo, la desafección… ¿Qué nos pasa? ¿Somos singularmente especiales los setabenses?
Siempre hemos tenido fama de pasotas (valga el eufemismo), pero el día de la Virgen, nuestra patrona, era excepcionalmente participativo: en ocasiones, durante el rosario, algunos nos teníamos que sentar en los escalones del altar del Nazareno, porque no cabía en la Seo ni una aguja. Igual ocurría e n la Misa de las Camareras a las ocho de la mañana; no tanto en la solemne, pero casi. La procesión, lo mismo; pero de unos años a esta parte, en diminuendo. Si no fuera por la costumbre de no hace tanto tiempo de asistir un grupo de falleras y falleros, los Alets y las Señoras Camareras en corporación, la imagen de la Virgen me temo que saldría a la puerta a saludar como en pandemia y no sé siquiera si vería a alguien en la plaza.
Ayer no conté quienes, de particular, salimos a acompañar a la Patrona, pero no éramos más allá de cuarenta personas. Ni salió cruz de guía ni estandarte alguno; abría marcha la nutrida Colla de Chirimiters y cerraba el cortejo la banda de música de La Vella. Hubo turno de portadores a hombros desde la salida hasta San Francisco. Allí se colocaron las andas sobre ruedas y de tal modo siguió el itinerario hasta la Corretgería, donde volvieron a cogerse a hombros hasta la entrada.
Volviendo atrás, la tónica general fue la ausencia de los setabenses. Como dije al comienzo, nada que ver con aquel fervor de antaño. No parece que sea aceptable ni en el rosario ni en la misa que la Seo esté medio llena, que es lo que ocurrió en las celebraciones en la que participé.
Sé que es agosto; que el verano nos ha venido fuerte; que era puente; que a lo mejor los horarios no nos convienen…, pero el día 5 de agosto de 2024 Xàtiva estaba vacía. Multitud de casas cerradas, pocos cobertores en los balcones, minúsculos grupos esperando la procesión en alguna esquina… ¿Qué nos pasa?
Ya ven la razón del título de esta entrada. Lamentable.
¿Es que tendrá que caer sobre esta ciudad otra peste para que la Virgen doble su lirio y nos espabile? ¿O tendrá que moverlo a palmetazos a ver si nos despierta de este maldito letargo?
No pienso que María, nuestra Mare de la Sèu, pierda su sonrisa al mirarnos, porque somos sus hijos; pero parece que, como decía en su homilía el Sr. Abad, no acabamos de comprender que Ella “no es una santeta”, a la que dirigirnos para pedirle algo… ¡Es la maestra en la fe! Y es nuestra valedora; no nos abandonará jamás. Pero de bien nacidos es ser agradecidos; y ayer Xàtiva, por lo visto, se fue a la playa.
Sin malicia, créanme, pero me fastidia ver lo que vi. Ustedes me perdonarán; si tan solo de cada cofradía de Semana Santa hubiéramos asistido unos cuantos, al menos se hubiera triplicado la asistencia ¿Dónde estábamos?
No lo entiendo.
Con mis disculpas por mi intemperancia, saludos cordiales. ¡Ah! Les espero en la Novena.
Un abrazo, Miguel J. Mira
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