dijous, 10 d’octubre del 2024

Y nos fuimos a Bétera

 

            No he venido a ser servido…

 

            Día 9 de octubre de 2024.

            El Sr. Abad ha fletado un autobús para facilitar a quienes lo desearan el traslado hasta Bétera, en cuya Parroquia de la Virgen de los Desamparados tomaba posesión como su rector D. Antonio Ramon Polo, joven sacerdote que, después de diez meses de permanencia durante el presente año como vicario de La Sèu, muchos setabenses hubiéramos preferido que permaneciera ejerciendo aquí, en Xátiva, su ministerio. Cualquiera de quienes tuvieron ocasión de tratar con él empatizó de inmediato. Pero… Yo mismo pensé y comenté, después de oírle y comprobar su modo de hablar y trabajar,  que no tardaría en dejar de ser vicario en la Colegiata.  No le discutiré desde aquí al Sr. Arzobispo su discernimiento al tomar la decisión que tomó tan pronto, porque seguramente era de mayor premura  relevar en esta parroquia de Bétera, a su párroco que ya sobrepasaba los cincuenta años de servicio, casi tantos como de antigua es esta comunidad parroquial: algo más de medio siglo. 

 

            Pienso que nuestro amigo Toni tiene tela que cortar.

            Poco diré respecto al recinto parroquial. En una sola ojeada (no es esto a lo que fuimos) no se puede apreciar en conjunto la realidad de los medios disponibles para conseguir el fin al que se destinan, teniendo claro que no es tan importante (que también) el continente como las personas que allí han de rezar a su Dios y a la Madre de los Desamparados, recibir los sacramentos o empaparse de La Palabra, en fin, hacer acopio de la fuerza precisa para el crecimiento personal y para actuar en salida, como dice el Papa. Por tanto, tan solo daré un par de notas sobre el particular.

            El templo, sin ambición arquitectónica alguna, me pareció un tanto desangelado, sin la calidez que entiendo ha de merecer la Casa de Dios; en lo material, claro, porque somos cada uno de nosotros su templo preferido; pero, ya digo, aquellas paredes no me invitaron a la oración. Eso sí, la solución dada a la cubierta interior con planos inclinados ¿de madera? confiere una acústica que me pareció muy acertada. 

 

            El segundo dato: a guisa de atrio, accedimos a un cobertizo desde el que se pasaba, por la derecha a lo que deben ser las dependencias parroquiales y a la izquierda, al templo.

 

     Allí, a la entrada, esperaba D. Antonio, a quien saludamos con un fuerte abrazo. Nos recibió con su afabilidad innata, elegante no, lo siguiente, con su impecable clerigman y evidentemente complacido al vernos.

            La iglesia, de un aforo similar al de St. Francesc,  estaba llena.

 

      Como ya suponen, había gentes de los pueblos en donde antes ejerció su ministerio; y, por nuestra parte, aportamos una grey de unas cuarenta personas entre las que incluyo a nuestro Abad, tres canónigos, el diácono y Raul, el seminarista, ya acólito, que en breve será   consagrado diácono.                Concelebró un numeroso grupo de compañeros y asistió el Vicario Episcopal de la Zona (D. Ricardo…), pero el celebrante principal fue D. Camilo, que es quien, después de un ceremonial cuidado y pausado como corresponde, dio posesión al nuevo párroco.

 


    

 Todo ello fue acompañado de la actuación del coro parroquial, cosa ésta que  merece mención aparte. El templo no tiene configurado espacio alguno  para él. Al menos, yo no lo vi. Un grupo de no más de diez o doce cantantes estaban arrinconados al fondo de la iglesia en un lugar acotado por unos bancos. Acompañados adecuadamente por un teclado, según mi parecer, con el que Marta Gironés coincidió conmigo, sonaron bien, afinados y sin gritar. Animaron la celebración correctísimamente. A  la salida, les felicité. Querido amigo Toni: cuida ese grupo, que para mí quisiera en otra parte…No les dejes arrinconados ahora que dependen de ti.

 

           El Sr. Abad pronunció la homilía, un tanto larga, al tener que dividirla en dos partes; una de agradecimientos, salutaciones y  sinceros deseos, y otra dedicada a las lecturas escogidas para esta misa, en especial el evangelio que nos relata el episodio de Zaqueo, a quien Cristo le hizo bajar del sicomoro, o sea, de la higuera... ¿Como a nosotros tal vez?

             Les confieso que me alegré de nuestra decisión (la de mi esposa y mía) de haber acudido a una toma de posesión, muy emotiva en algún momento, y haber podido rezar por el buen comienzo y el  buen fin de la misión evangelizadora asumida por nuestro querido amigo D. Antonio Ramón Polo.

             Acabó la celebración con la obligada alocución del nuevo párroco y es ahí donde hubimos de aplaudir con toda el alma para que pudiera controlar su emoción al recordar a sus padres, a su hermana y familiares presentes. En su línea: siempre directo y convincente mostró su sincera decisión de caminar de frente y en directo en el cumplimiento de aquello que las normas canónicas le exigen a cada sacerdote.


              Toni: aunque estás a una hora de camino, sabes que aquí en Xàtiva tienes tu casa.

    NOTAS COMPLEMENTARIAS.-

            De la relevancia del acto para los cristianos de Bétera da fe, de una parte, la asistencia e la Señora Alcaldesa y miembros de la corporación municipal. Además, dicha edil participó en la ofrenda realizada al inicio del ofertorio. De otra, estuvo presente en la Santa Misa también el Coronel Jefe de la Base Militar Jaime I, radicada en esta población.

            Asimismo, hubo representación de distintas agrupaciones y de religiosas de las distintas órdenes que tienen casa en Bétera.

     Amigos, espero que mañana pueda seguir dándoos trabajo cuando reciba las reflexiones sobre el evangelio del domingo próximo.

         Cordialmente, Miguel Mira    

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(*) Fotografías de Mª Dolores Novella.