I.- La Señora Presidenta me hace llegar esta emotiva carta
Estimados amigos y hermanos en Xto.
Quizás esta entrada se publique con algo de retraso; ya tenéis en nuestro grupo de Whats.App un adelanto; pero este blog lo visitan muchos amigos y merece la pena dar a conocer la noticia del recientemente homenaje dedicado a nuestro querido amigo y hermano portador Francisco José Perales Ferre, recién jubilado, después de una trayectoria profesional como músico vocacional, entregado en cuerpo y alma tanto a sus estudios como a sus actividades docentes en el Conservatorio y durante tantos años desarrollando tan extraordinaria labor al frente de uno de los mejores Coros del mundo, el de la Generalitat Valenciana. Que lo merecía, no cabe duda, pero es de justicia ver hoy al frontis de entrada en la Sala de Ensayos donde tantas horas, tantos días y tantos años se dejó la piel, la leyenda “Sala Francisco Perales”.
Estuvo acompañado por sus cantantes y por la Consellera y demás personal directivo de esta gran agrupación, orgullo de Valencia. También es justo orgullecernos de nuestra relación con un amigo de tan significativa llaneza en el trato, disponibilidad en las actividades de esta Hermandad de Portadores, de la indudable empatía con todo el colectivo y su probada bonhomía. Así pues, pensamos que se debía dejar constancia en esta ventana, aunque modesta, visitada por cuantos abren el blog y tienen la paciencia de leernos. Gracias a todos. Desde aquí reiteramos nuestra felicitación a D. Francisco José Perales Ferre, Académico de la Real de Bellas Artes San Carlos, de Valencia, y quizás lo más importante, setabense de pura cepa, a quien sabemos ciertamente que ni antes ni ahora se le van a subir los humos más allá de ser y sentirse coherente con su vocación, consecuente con sus ideas y amigo incondicional de todos nosotros. Hagamos, cómo no, extensivo el placer de tan fraternal, ilustre e irrenunciable amistad a su esposa, Marion, a la que sinceramente admiramos y consideramos, de verdad, con afecto sincero, la mejor guardesa de tan preciado amigo. Marion: sabes que te queremos.
Por la Hermandad de Portadores de N. P. Jesús Nazareno, María Luisa Ramón Pérez, Presidenta.
Santa María, ruega por nosostros
II.- Segundo Domingo de Adviento.
Aunque este domingo, 8 de Diciembre, celebramos la fiesta de María Inmaculada, Patrona de España, nuestro querido colaborador, D. Joaquín Núñez nos ofrece el comentario del La Palabra en el II DOMINGO DE ADVIENTO. Después de leerlo sosegadamente, aunque, de entrada, puede parecer duro, pienso que merece detenida atención y, por la importancia del tema, comprendo que D. Joaquín haya preferido dedicarf mayor atención a este fragmento de Lucas. Saludos, Miguel Mira.
Del evangelio según san Lucas (3,1-6):
“En el año decimoquinto del imperio del
emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca
de Galilea, y su hermano Felipe tretarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio
ttetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra
de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión
para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del
profeta Isaías:
«Voz del que grita en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos;
los valles serán rellenados,
los montes y colinas serán rebajador;
lo torcido será enderezado,
lo escabroso será camino llano.
Y toda carne verá la salvación de Dios”.
Comentario
San Lucas inicia el cap. 3 de su evangelio de forma muy solemne; en qué momento de la historia y quiénes son los personajes y quien es este elegido de Dios, en un tiempo carente de profetas, para que anuncie la Palabra del Señor, para que sea él quien profetice. Un hombre destinado por nacimiento a ser sacerdote del Templo, institución corrupta en aquel momento de la historia, un hombre que opta por el desierto, por el silencio, para escuchar la Palabra salvadora del Señor, para anunciar incansablemente la conversión.
Es fundamental atender lo que el Bautista proclama y nos urge: que nos olvidemos de catequesis arcaicas, transmitidas de unos a otros, pero que según los estudiosos de la sagrada Escritura recalcan la necesidad de aclarar cuál es realmente el camino que en verdad nos conduce a la verdadera CONVERSIÓN: la metanoia se define como una transformación profunda de corazón y mente de manera positiva. Otros teólogos la definen como un examen de toda actividad vital y una transformación de la manera como se ven y aceptan recíprocamente las personas y las cosas (Guardini). Está conversión o metanoia es tenida como penitencia para el perdón de los pecados; aquí está el equívoco, y así introducimos la palabra penitencia, no siendo como no lo es exactamente el planteamiento de san Juan, pues más que perdón de los pecados, nos está invitando, exhortando vehementemente a apartarnos de él, echarlo lejos de nuestro camino.
San Lucas echa mano del libro del oráculo del Profeta Isaías, en el segundo libro a partir del cap. 40, llamado El Libro de la Consolación: “Consolad, consolad a mi pueblo”.
A los Israelitas, después de tanto tiempo como sufren la deportación en Babilonia, les surge un profeta que anuncia: “Consolad a mi pueblo…gritadle …que está pagando su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados”.
El Bautista, así pues, lo que está haciendo es lo mismo que Isaías, es decir, está cumpliendo la profecía, anuncia a todo el pueblo que lo escucha y se deja transformar y se bautiza; pasa de la tierra de la esclavitud del pecado a la tierra de la libertad: “vuestro pecado ha sido apartado”. Es el pecado la causa de las guerras, las hambres, todas las desgracias, todas las injusticias y todos los males que azotan a este mundo. He aquí la promesa: la presencia del Salvador, del Perdonador, porque la vieja concepción devastadora del pecado ha terminado. No es el Señor quien castiga, es el mismo pecado quien nos arruina y deshumaniza. La Promesa ilumina el Camino: “allanad sus senderos; que los valles se levanten, que los montes y colinas se abajen; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios”.
Esta es la Promesa: no somos nosotros los que la hemos de hacer realidad, es Dios quien nos libera, es la Promesa (el Niño que va a nacer) quien la hará realidad en nosotros, fruto de nuestra conversión (metanoia, nuevos ojos, nueva forma de ver y mirar). No nos equivoquemos en la interpretación de este evangelio. No es cuestión de perdonar pecados, es cuestión de que el pecado no conduzca nuestra vida, sino la Vida que nos trae Dios.
A mí, desde que era latino no entendí nunca el color morado en Adviento, tiempo de esperanza y alegría. La Vida se hace carne, para que nuestra carne se transforme en Vida.
Feliz, muy feliz domingo II de Adviento, la Promesa está cerca, que ella nos llene de la nueva Vida y demos siempre Vida a los demás.
***
( Nuestro buen amigo me comenta aparte:
La lectura se entiende este tercer domingo donde aparece las respuestas de Juan al quehacer de los ciudadanos de la sociedad cambiada por la “métanoia”
Es una sociedad “utópica” pero posible
La oferta de Dios ahí está, falta nuestro quehacer.)
Con toda mi alegría recibamos la bendición de Dios y el Amor de nuestra Madre Inmaculada.
Joaquín Núñez Morant
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