dilluns, 6 de gener del 2025

HOY, DÍA DE LOS REYES, HE ENCONTRADO ESTE SENCILLO REGALO EN EL BALCÓN...

 

EL CAÑO

(ELISA GASSIS

     Éste es un  sencillo pero hermoso regalo que me he encontrado esta mañana en el balcón

 

            El caño, ¡qué poca cosa, Señor!

         Caño de una fuente de caminantes.

         Los que pasan se fijan en el agua, pero…¿en el caño?

         Si fuera de oro, seguro que me mirarían, pero…

         ¡Qué poco tiempo estaría en la fuente del camino!

         Iría a parar a un museo, tal vez, o a un taller de fundición…, dejaría de ser útil, de recibir y dar agua.

         ¿Y si fuera de plata? A lo mejor duraría un poco más, pero… acabaría, quizás, en una vitrina o transformado en algo más valioso.

         Pero…¡soy muy poca cosa, Señor, un caño de hierro, latón, hojalata…!

         ¡Qué más da! ¡Nadie se fija en mí! Pero ¡qué m e importa! Sé que fuente sin caño dejaría de ser fuente…

         Aquí estoy para recibir el agua limpia y fresca y, simplemente, para ofrecérsela al caminante sediento, para apagar su sed; al cansado, para hacr un alto en el camino; al sudoroso, para refrescarlo…

         No aspiro a nada más, pero tampoco a nada menos. Sé que solo presto un servicio. Doy lo que recibo. Nada me quedo para mí. Soy para los otros.

         ¿Necesito ser perfecto? No ¡qué más da! Solo tengo que recibir, acoger a Dios y darlo a los demás.

         No importa que el caño tenga imperfecciones, solo tiene que recibir el agua y darla, dejarla pasar. El agua ya irá haciendo desaparecer las imperfecciones.

         Por eso quiero:

-      Que la mirada de Dios pase a través de mis ojos,

-      Que la sonrisa de Dios pase a través de mi alegría y buen humor,

-      Que su misericordia pase a través de mis gestos de comprensión y perdón,

-      Que su bondad se transparente en mi ayuda al que la necesite,

-      Que su amor se manifieste en mi acogida, gratitud, confianza, servicio…

-       

***

 

Envidiable programa, ¿no os parece?