EL ENCUENTRO
ECCE HOMO
-Crónica de Francisco Perales Ferre-
Miembro de la Congregación del Santísimo Ecce
Homo
y hermano portador de Jesús Nazareno.
“Los
soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le
vistieron un manto de púrpura; y, acercándose a él, le decían:”Salve, Rey de
los judíos.” Y le daban bofetadas”.
16 de Abril de 2014.Miercoles Santo. De las tres procesiones en las que participa la
Congregación del Santísimo Ecce Homo, suele ser la del Encuentro la que reúne
a un mayor número de devotos, cofrades y congregantes. Este año, la celebración de la final de la Copa del Rey de futbol
se ha llevado por delante (este es nuestro parecer) una mayor participación y
presencia de gente en nuestras calles. Cerca de las once de la noche salía la Imagen
del Ecce Homo a hombros de veinte de sus congregantes de la Iglesia de la
Merced. Verificada la instrucción del grupo de “armats” comenzó la procesión.
Ya desde el comienzo vimos una menor afluencia de fieles y de congregantes con
vestas, muy alejadas en cantidad de las que participaban allá por la década de
los noventa del pasado siglo. De fondo, entre los redobles de la banda de
tambores (“chapeau” para su responsable,
el amigo Joaquín García Torres, vulgo Ximo el floriste) y el acompañamiento
musical, este año a cargo de la Banda Primitiva, algún que otro petardo y
gritos de celebración futbolera. Hay que decir que la procesión discurrió
fluida y bien compacta y con mucho silencio, sin los clásicos “cortes”, aunque,
a veces “armats” y andas quedaban algo separadas del resto del conjunto de congregantes
con vesta. Nos gustó el silencio que se produjo en la plaza de Sant Francesc
antes y después del canto del motete a la Soledad, previo al Encuentro. La
vuelta a la Merced fue algo más rápida que en años anteriores. Gustó mucho el
arreglo floral de las andas del Ecce Homo. Al entrar la Imagen en la Merced se
cantó, como es costumbre, la plegaria al Ecce Homo “Rey de espinas coronado” por el grupo de
camareras. No queremos dejar de
felicitar a la junta gestora de la Congregación y a su actual máximo
responsable, Don José Luís Gutierrez Arnau por el desarrollo y organización de las procesiones, así como a
los portadores que participaron en la llevanza de las andas, por su sobriedad y
elegancia. Esta vez no hubo “albaes”.
NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD
-Y seguimos los comentarios hasta el Santo Entierro-
En el
distrito de “Mercat” también se apreció menor número de espectadores que otros
años; no así en cuanto a la participación de devotos y cofrades, que fue muy
numerosa. Como ya viene siendo habitual, intervino el Còr Polifónic cantando el
motete “Qui comparabo te”. En la
parte musical, turnó La Nova.
El
trono de Nuestra Señora estrenaba barras y requirió un esfuerzo suplementario
para los portadores, acostumbrados a la flexibilidad de las viejas.
Ciertamente,
quienes procesionamos pasos en la Semana Santa, en la actualidad, no lo hacemos exactamente con su sentido primitivo, y no lo hacemos
(o no debemos hacerlo) por lucimiento personal. Es evidente que supone un
sacrificio: dejar de ver la final a que se refiere el buen amigo Paco Perales
en su relato, olvidarnos de la mecedora y de la peli, acostarnos más tarde de
lo acostumbrado…, en fin, queremos que se siga recordando plásticamente la
Pasión y Muerte del Señor y no nos importan demasiado esas pequeñas renuncias.
Otra
cosa es que, como ya hemos comentado hasta la saciedad, se haya perdido aquel primitivo
y originario sentido catequético para convertir en esta ciudad, como en tantos
otros pueblos y capitales, las representaciones extra muros de los templos en
mero espectáculo mejor o peor organizado, con mayor o menor valor artístico de
sus tronos e imágenes, algunas, verdaderos tesoros.
Por
ello, lo que alguno nos planteamos es si, sea cual sea el tipo de receptividad -¿se
aprende algo al ver pasar la procesión?-, transmitimos, al menos, seriedad,
sentido penitencial, testimonio de aquello que estamos celebrando…
(Por
cierto: no sé cómo se puede ser tan atrevido como para calzar con toda
naturalidad unas llamativas zapatillas deportivas como complemento de una barroca vesta
del XVIII. Asombroso).
Les Cortesies. Cumplido el rito secular,
representado el encuentro de La Madre con el Señor Jesús, de espinas coronado, es cierto que con mayor sensibilidad que otros
años, dejamos abierta la puerta al
tránsito hacia un Viernes Santo, que ha de servirnos de preparación para La
Pascua.
JUEVES SANTO
I.- EL CRISTO DE LA PALMA
17 de Abril
de 2.014. 13 h. Clavario actuante, D. Francisco Pallás. Desde su domicilio, había
de trasladarse la venerada imagen titular de la Cofradía Decana hasta la
Colegiata para que presidiera los cultos de la Misa In Coena Domini del Jueves Santo y se ofrezca a la adoración
de los fieles mañana Viernes Santo en los oficios propios de este día. Y así se
hizo. Como siempre, actuó el motete de la competente y ya veterana mano de Paco
Perales. Salvo que después del restablecimiento de la procesión de traslado, esta procesión ya no arranca desde el
domicilio del clavario saliente, sino de la casa del clavario actuante, no
puedo añadir nada nuevo con respecto a otros años, ya que todo transcurrió con
entera normalidad.
II.- JESÚS
NAZARENO
Procesión de
Penitencia. Ocho de la tarde. Ha concluido la Misa en la Cena del Señor y los
hermanos portadores de esta Hermandad se preparan para recorrer la vuelta
general de la procesión. También estrenamos barras nuevas en el anda. Si les
vale, como curiosidad, las originarias (como también lo son las de La Soledad)
estaban fabricadas con madera de olmo negro, material muy flexible y de un
extraordinario resultado, pero –con el tiempo- envejecidas y reclamando el
relevo. Ahora se han fabricado con madera de fresno. Si les he de ser sincero,
había cierto recelo ante el posible resultado del cambio, pero en nuestro caso,
aunque se notó cierta diferencia, los portadores acabaron su cometido sin
mayores problemas. Tal vez se podría estudiar un moderno sistema de almohadillado
para mejor acomodo a los hombros de nuestros “costaleros”.
Aunque todo
es perfectible, se estimó que nuestro desfile fue sobrio, serio, formal y
ordenado. Cada cual cumplió su papel, desde la percusión de Rytmus, hasta el
conjunto instrumental, pasando por el motete y destacando la presencia de la
escuadra de “armats” del Santo Sepulcro. Parece que vamos comprendiendo la importancia
de actuar con la formalidad que se requiere y que ha venido siendo como nuestra
asignatura pendiente. Puede que ya estemos sobrepasando el cinco de nota media.
Puede. Eso en cuanto actitud en el desfile. Otra cosa distinta es esa actitud,
pero de cara a las necesidades más básicas de nuestra hermandad. Por definición,
somos portadores y algunos parece que todavía no hayan entendido
demasiado bien el significado de esa palabra. Lo dejaré ahí y cada cual que reflexione
si tengo o no tengo razón. Ni siquiera debería ser necesario recordar nuestro
reglamento, porque éste se elaboró como desarrollo de los estatutos aprobados
no hace tanto tiempo, reformando los originarios, y se basó precisamente en
nuestra cualidad de PORTADORES.
En fin, amigos, como repetimos en los frecuentes mensajes: todos somos
necesarios.
Volviendo a
la procesión, nos percatamos de bastante afluencia de público en los puntos en
que la gente acostumbra a situarse, a pesar de ser día laborable. Después de
pasar de la embocadura de Fuente Trencada a la Pl. del Españoleto, sin embargo,
prácticamente, ni un alma. Al paso por la Casa de Diego y al paso por el
domicilio del Hermano Mayor, los portadores volvieron la imagen hacia quienes
así lo merecían.
VIERNES SANTO
18 de Abril
de 2.014
I.- LA MAÑANA
Ví menos
gente sin vesta con el clavel con que nos obsequia el Ayuntamiento que otros
años. También ví a gentes sin vesta con el clavel en la mano, que dirigían sus
pasos a cualquier parte menos a la procesión. Interprétenlo ustedes mismos.
Penitentes con vesta, puede que más que nunca, de todas las cofradías, menos de
los penitentes de la Santísima Cruz, que justificaron por carta su no
asistencia a los traslados y, por lo que se ve, les valió también para esta procesión,
por su carácter anónimo, dicen. Pues bien, volvimos un año más a acompañar La
Camilla por un recorrido sin demasiada expectación; al menos así me lo pareció.
Como digo,
extraordinaria concurrencia de todas las hermandades y congregaciones; y la de
siempre, nuestra inveterada costumbre de andar esas largas tres horas de
charleta, saliendo y entrando, en fin, al parecer, lo que requiere un entierro.
Y la inevitable anécdota. Que no, que no nos enteramos de lo que es una procesión.
Mediada ésta, se incorporó a la fila que nos precedía una buena mujer, con su
vesta, con unas zapatillas deportivas que clamaban al cielo por su discreción y
buen gusto y un pequeñajo que no levantaba dos palmos del suelo, también con
vesta, y llevando una gran bolsa de plástico con caramelos. Y sabemos que los
niños son niños y que actúan y reaccionan como tales y, así, pues no paró y si,
además, se le juntan otros dos niños (lo bien que hubieran estado jugando en su
cas a esas horas) pues ya se pueden figurar; pero hay mayores que ya no sin
niños, pero lo parecen. Lo que no se puede hacer es andar enredando como si en
la plaza del pueblo estuviéramos jugando a las canicas, rompiendo la fila y
provocado que se le llamara la atención: Señora, ¿no ve lo que usted está
haciendo? Respuesta: ¿Y que tengo que hacer? Pues mire señora, no se lo digo,
no se lo digo. A los pocos metros, tuvo que coger al brazo a su pequeño y todo
se normalizó.
La Colegiata
acogió por unas horas esta imagen de tan popular arraigo (ya les conté el día
del traslado), a la espera de la procesión general de la tarde.
II.- LA TARDE
Procesión
General del Santo Entierro. Escribo estas notas después de leer en Levante el
Mercantil Valenciano el reportaje de Agustí Garzó. Me he alegrado de ver dos
páginas del periódico y parte de la portada dedicada a la Semana Santa de Xàtiva
y Ontinyent, ganando es espacio la primera, lo que no significa que esté de
acuerdo en todo lo que en sus textos refiere. Precisamente, anoche, según mi
costumbre, esperé a la puerta de la Colegiata el paso de las distintas
cofradías que desfilan detrás de Jesús Nazareno a la que pertenezco. Este
hábito me permitió relatarles el milagro acaecido hace dos años cuando la
imagen de la Virgen Dolorosa fue salvada de una caída irremisiblemente de
fatales consecuencias; y me ha permitido este año verme abordado por dos
señoras presidentas de sendas hermandades, ironizando, socarronamente, sobre cuál iba a ser mi
comentario del día de hoy y sobre si había constatado el número de asistentes y
espectadores. Bromas aparte, estuvimos concretamente comentando la enorme
cantidad de gente que esperaba el paso de la procesión a lo largo de todo el
recorrido. Esta es una cuestión sobre la que disiento del periodista: el gentío
fue notable desde la salida hasta la Plaza de Sant Jaume inclusive; después
disminuyó pero se mantuvo en un discreto número. Sí que es cierto el contraste
entre devotos de particular que asistieron a este acto frente a la gran
participación en los traslados; y también lo es que en la mayoría de cofradías
formaron más penitentes con vesta que otros años. Lo que ignoro es por qué
habla de la mala salud de hierro, como quien dice. Las asociaciones de fieles
en nuestra ciudad no son excesivamente numerosas; algunas gozan de mayor lista
de cofrades que otras; unas son capaces de allegar más recursos económicos que otras;
y todas se esfuerzan en conseguir sacar a la calle sus pasos con la mayor
dignidad posible. Se reseña en la gacetilla un como si dijéramos mal endémico:
desde el principio se apreciaron cortes en la procesión. Pues miren ustedes: si
tenemos en cuenta que esto puede referirse al paso por la Plaza de Enríquez
(donde al parecer se tomó la fotografía de Jesús Nazareno que aparece en
portada), convendrán conmigo que allí estamos a escasos cien metros desde la
Puerta Este, dels escalons o del barri
del Mercat, de la Iglesia Colegial y a unos doscientos de la salida, cuando
los arregladores todavía no han tenido tiempo de acabar sus deberes iniciales, con
lo que esos viejos hábitos nuestros tendentes a la informalidad todavía sacan
sus muestras. De algún modo se ve esto, precisamente, en la fotografía de portada, que
recomiendo a mis queridísimos portadores como muestra de que no es exactamente
así como se debe desfilar; luego, se corrige y va funcionando a mejor. En
general, hasta llegar a Diputado Villanueva o dels Hostals fuimos aceptablemente
bien, una vez corregido un corte significativo entre Penitentes de la Cruz y El Cachorro,
que nos tuvo detenidos durante varios minutos en la calle del Ángel. Después,
llegados al citado punto, comenzaron los desencuentros, afectando sucesivamente
a las cofradías situadas desde la mitad del cortejo hasta el final. Por Taquígrafo
Martí tengo información de las distancias entre cofradías y de las dificultades
de algunos portadores para resistir el embate espacio/tiempo/peso. Para mí que
siendo los que son los medios con que contamos y dadas las características de
nuestros pasos, tal vez debiera replantearse o bien el sistema de portar los
tronos o bien la rectificación del recorrido. Ya sé que habría protestas de las
zonas afectadas tanto en Mercat como en
Barreres; pero es lo que hay. Anoche hubo alguna muestra de lo que no debería
suceder. Ahí sí que hubiera tenido razón el periodista; y a cada cual lo suyo.
La solución que se pretendió dar desde la Hermandad de Cofradías para evitar esos siempre criticables "cortes" con el
establecimiento de tres controles, se mostró como manifiestamente mejorable,
sin que de la falta del resultado apetecible y apetecido tengan culpa alguna
los controladores.
Siguieron
observándose actitudes de escasa disciplina en alguna cofradía concreta, frente
al extremado rigor de otras.
Ya
al final, dentro de la Colegiata, a la entrada de la Virgen, fue muy expresivo
el comentario del Senyor Alcalde. No lo voy a transcribir porque no cuento con
su permiso. Pero concluyó así, resignadamente: Ché, açò
es la processó, que caray! Pues sí, Señor Alcalde: A pesar de los rotos y
de los descosidos, esta es nuestra procesión. Repito: todo es manifiestamente
mejorable. ¿Mala salud de hierro? A ver si va a tener razón el bueno de Agustí Garzó.
Algo
que no debe volver a pasar es la instalación de un sin número de trampas para
algunas imágenes a lo largo del recorrido. Desde la calle Bruns hasta Portal de
Valencia, nuestros portadores se vieron obligados a jugar siete veces al sube-y-baja para
salvar tendidos de cables mal colocados a una altura que se nos antoja incluso
fuera de lo permisible técnica y urbanísticamente. La Hermandad deberá cursar
la oportuna queja para que en el futuro se corrija esta situación que se viene
sucediendo año tras año. Me consta que también tuvo problemas el trono de Jesús
de la Buena Muerte… Pues eso, unido a las características del adoquinado de la calle
Corretgería, que priva el paso de los dos tronos de esa última cofradía citada,
requiere de serio estudio y planteamiento de soluciones.
No
quiero detenerme a comentar el canto de saetas ni otras peculiaridades que ya
han sido referidas en crónicas anteriores. Así, para terminar, en resumen:
cierta mejoría en algunas cofradías; en otras, no tanta o ninguna. En el
conjunto: medio recorrido aceptablemente digno; el otro medio, si no
deplorable, sí muy irregular, con notable falta de disciplina en ciertos penitentes
de alguna cofradía.
Podéis, claro es, discrepar y discutir mi opinión; pero esa es y así me pareció todo. Un abrazo, M. Mira
4 comentaris:
Coincido con el autor en que hay muchas cosas manifiestamente mejorables en los desfiles procesionales de la Semana Santa Setabense. Pero me quedo este año, con el esfuerzo (con mucho camino que recorrer) de algunas cofradías por reconducir la deriva de solemnidad, y la cantidad de público que asistió masivamente a contemplar la procesión del Santo Entierro (lo que puede hacer pensar en retomar el apoyo a una declaración de interés turístico que impulse aún más esta procesión.
En cualquier caso, creo que el grueso del trabajo está en el seno de cada una de las cofradías (complementado con la labor de coordinación de la Hermandad) y en establecer adecuados y efectivos cauces de comunicación entre sus juntas directivas y la mayoria de los cofrades (cosa que no se da en la actualidad. Sólo entonces las iniciativas respaldadas por un buen número de cofrades (que realmente crean en ellas) podrán llevarse a buen puerto y devolver el esplendor al conjunto de las celebraciones.
No hace todavía media hora, he comentado esta cuestión con el amigo Escudero, quien está superinteresado en la declaraciòn de interés turístico, etc., etc., y mi comentario no se desvía ni un ápice del segundo párrafo que escribe el estimado comunicante. La Hermandad debe asumir la inicativa, pero sin el convenciiento real y el compromiso efectivo de TODAS las asociaciones, no llegaremos a ninguna parte.
No hace todavía media hora, he comentado esta cuestión con el amigo Escudero, quien está superinteresado en la declaraciòn de interés turístico, etc., etc., y mi comentario no se desvía ni un ápice del segundo párrafo que escribe el estimado comunicante. La Hermandad debe asumir la inicativa, pero sin el convencimiento real y el compromiso efectivo de TODAS las asociaciones, no llegaremos a ninguna parte.
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