“Pues sois mi Padre y Señor,
aunque en pasión dolorosa,
por vuestra Sangre Preciosa,
dadnos, Jesús, vuestro amor…”
Quinto día del novenario
que la Congregación del Santísimo Ecce Homo ofrece a su titular, y Cuarta Misa Estacional de Cuaresma,
celebrada en la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced y Santa Tecla. En un
día casi veraniego nos reunimos en
comunión un buen número de fieles de las distintas parroquias de la ciudad. Se
me hace cuesta arriba volver a decir aquello de “y unos pocos cofrades de las distintas asociaciones que integran l
Hermandad de Cofradías”; y si me da cierto reparo es por tener que
constatar de nuevo el desinterés de quienes más implicados deberíamos estar en
estas ocasiones especiales; pero no sé si por falta de información desde
nuestras propias asociaciones, por
indiferencia o por indolencia, lo cierto es que venimos dando la nota. Lo
siento; perdonad si estoy equivocado.
Desde otro ángulo,
ciertamente, La Merced tiene mayor aforo que San Pedro o Santos Juanes, y el
templo estuvo lleno; hubo poquísimos huecos. El Consejo Parroquial preparó y se
repartieron unos cuadernillos impresos con los cánticos a interpretar durante
la celebración y el texto del ejercicio dedicado al Santísimo Ecce Homo.
Hoy ofició la misa con los
demás sacerdotes concurrentes el vicario
parroquial, D. Juan Huguet, en ausencia de D. Raul Jiménez, de camino a
Santiago con un puñado de jóvenes. Destacaré la idea que nos hizo reflexionar
cuando en la homilía, refiriéndose al Ecce Homo, llamó la atención de que está
con las manos atadas para que nosotros quedáramos libres de las ataduras del
pecado…
La misa fue muy
participativa; la gente de la parroquia trabajó en la preparación y en el
desarrollo del acto y lo hizo bien. En el coro, destacar que el organista no
fue otro, ni más ni menos, que nuestro amigo Paco Perales. Como conocíamos los
cantos, los asistentes respondieron mejor que otras veces. Al terminar la
eucaristía, después de una hermosa acción de gracias, se rezó por D. Juan
Aguilar (cuántas veces lo hizo durante tantos años de cura…) el ejercicio de la
novena y se cantó el conocido himno a Jesús, a ese Ecce Homo de las manos
atadas, a ese Jesús del real cetro, a quien tan fervorosamente imploramos su
amor.
Tenemos ya en puertas la
Semana de Pasión. Comienzan los traslados. Y la próxima y última Misa
Estacional la celebraremos, Dios Mediante, en la Colegiata.
¿Seremos capaces de llenar
el templo?
Vuestro, Miguel Mira
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