dimecres, 2 de novembre del 2016

LAS BiENAVENTURANZAS DEL PAPA FRANCISCO

Ayer, en Suecia, en la Misa que celebró el Papa, pronunció una homilía que, como siempre, no tiene desperdicio. No me resisto a transcribir la última parte de esa homikía:


Las bienaventuranzas son de alguna manera el carné de identidad del cristiano, que lo identifica como seguidor de Jesús. Estamos llamados a ser bienaventurados, seguidores de Jesús, afrontando los dolores y angustias de nuestra época con el espíritu y el amor de Jesús. Así, podríamos señalar nuevas situaciones para vivirlas con el espíritu renovado y siempre actual:
  • Bienaventurados los que soportan con fe los males que otros les infligen y perdonan de corazón; 
  • Bienaventurados los que miran a los ojos a los descartados y marginados mostrándoles cercanía;
  • Bienaventurados los que reconocen a Dios en cada persona y luchan para que otros también lo descubran;
  • Bienaventurados los que protegen y cuidan la casa común;
  • Bienaventurados los que renuncian al propio bienestar por el bien de otros;
  • Bienaventurados los que rezan y trabajan por la plena comunión de los cristianos... 
Todos ellos son portadores de la misericordia y ternura de Dios, y recibirán ciertamente de él la recompensa merecida.

Queridos hermanos y hermanas, la llamada a la santidad es para todos y hay que recibirla del Señor con espíritu de fe. Los santos nos alientan con su vida e intercesión ante Dios, y nosotros nos necesitamos unos a otros para hacernos santos. Juntos pidamos la gracia de acoger con alegría esta llamada y trabajar unidos para llevarla a plenitud. A nuestra Madre del cielo, Reina de todos los Santos, le encomendamos nuestras intenciones y el diálogo en busca de la plena comunión de todos los cristianos, para que seamos bendecidos en nuestros esfuerzos y alcancemos la santidad en la unidad.

Saludos, M. Mira