DIEZ DE MARZO
1.-
Fin del triduo a N.P. Jesús Nazare no
2.-
ECCE HOMO
3.-
El Pregón.
I
Fin del triduo.- No es la primera vez que
lamento la escasa respuesta de cofrades y portadores a estos tres días de
especial dedicación a Nuestro Padre Jesús Nazareno. Pues eso. Repito la misma
queja.
Sí que quiero dejar constancia del
interés que se ha tomado el Sr. Abad, preparando un nuevo texto para las
oraciones e este ejercicio, muy sencillo y nada pesado, al contrario. Ello
además de que se rezó incluso el viernes, cuando habitualmente en cuaresma se
rezaba el Via Crucis pasando por alto el triduo.
Francamente, a quienes asistimos,
nos satisfizo el cambio.
A lo mejor, respecto a mi precitada
queja, habría que insistir más sobre la cuestión. No sé. Si eso…
II
ECCE HOMO.- Llegué a m i punto de
observación just a tiempo de presenciar la salida de la procesión de traslado.
No puedo contarles nada relevante.
Si acaso, el correcto y disciplinado desfile de la banda de tambores y la
simpática lucha de los jóvenes pendonistas contra el viento reinante.
Por lo demás, discreta participación
de acompañantes y prefiero no comentar el resto del desfile, porque, a veces, a
nosotros en el Nazareno nos pasa la
mismo. La Primitiva, como siempre, excelente en número y calidad.
III
EL PREGÓN
(Texto incuÍdo)
Nota previa: he
invertido el orden cronológico, dejando así espacio para ofrecer desde esta
ventana el contenido del parlamento del Pregonero, por entender que sus
reflexiones deben llegar a quienes no pudieron asistir a este importante acto,
porque les aseguro que su contenido merece la pena.
Presentó el acto Dª Isabel María Cortés
**
Crónica.- Ayer, domingo, día 10 de
marzo, estábamos llamados a participar en la formal y solemne apertura del
tiempo de nuestras tradiciones seculares propias del tiempo austero y
preparatorio de la victoria de Cristo sobre la muerte.
Domingo en el que el sacerdote
cambia sus vestiduras moradas por el rosa más propio de la alegría que,
mediada la Cuaresma, se nos anuncia
próxima.
Una efemérides: nuestra Hermandad de Cofradías
cumple setenta y cinco años. La iniciativa nació al concluir el Congreso
Eucarístico Mariano de 1.948.
***
Por acuerdo de la Hermandad de
Cofradías, a propuesta del Sr. Abad, fue invitado a pregonar nuestra Semana
Santa D. IGNACIO GRANDE BALLESTEROS.
Valenciano de nacimiento, se
licenció en Historia en la Universidad de la propia capital, en la que,
asimismo cursó estudios sobre Adaptación Pedagógica; es máster en dirección de
centros educativos por la Universidad Católica de Valencia.
Activo participante en el movimiento
vecinal en Monteolivete (Valencia), hemos de destacar la actividad desarrollada
durante seis años como Vicepresidente Territorial de Juniors, M.D.
Fue director titular del Colegio
Diocesano Ntra. Sra. de los Desamparados (Nazaret) desde 2006 hasta 2023.
Fue Director de Cáritas Diocesana de
Valencia desde 2014 a 2023, y Presidente de Cáritas Comunidad Valenciana y
miembro del Consejo General de Cáritas Española.
Desde 2014 hasta 2023 fue Presidente
e la Fundación Arzobispo Miguel Rpca – Proyecto Hombre, y Presidente de la Fundación José María Haro, además de
Patrono de Vrias fundaciones, todas ellas de ámbito social.
Desde el día 5 de agosto de 2023, es
Secretario Autonómico de Familia y Servicios Sociales de la Generalitat Valenciana.
Se hizo cargo de su presentación el
Sr. Abad con breve laudatio, con la que nos puso al corriente de calidad humana y
cristiana de D. Ignacio y su dedicación al servicio de la Iglesia, con la exhortación a los concurrentes a la
vivencia auténtica y coherente con
nuestra fe de las ya próximas celebraciones de la Semana Santa.
D. Ignacio, tras el protocolario
saludo a autoridades y concurrentes, basó su pregón, que no voy a comentar ni
valorar. Juzgarán los lectores, porque el texto de la atinada propuesta de D.
Ignacio para nuestra meditación lo encontrarán al final de esta crónica.
Cerró el acto con un breve discurso
de agradecimiento la Señora Presidenta de la Hermandad de Cofradías, Dª María
Luisa Pérez Esquivias.
La Hermandad le entregó un obsequio
obsequio de manos de la Señora Presidenta y, de manos del Sr. Alcalde, un lote
de libros de entre lo que se publican por nuestro Ayuntamiento.
Colofón ya tradicional fue el
concierto que nos ofreció, con patrocinio del Excmo. Ayuntamiento, la Jove Oerquestra
de la Societat Musical La Prmitiva Setabense.
Programa:
-Concierto para dos violas en sol, de
Telemann; Vidit Suum, de Pergolesi; y Pie Jesu, de Fauré.
Confieso
que me gustó, sinceramente, y disfruté escuchando el afinado conjunto de cuerda
al interpretar a Teleman, con dos solistas plenamente entregadas e impecables:
María Camáñez y Guillem Murcia
Disfruté con Pergolesi y con
Fauré, porque no podían ofrecerme mejor obsequio que volver a gozar de esa
extraordinaria voz de Mónica Grau Gironés. Tengo que confesar que soy su fan
desde que la oí en el programa de TV “Prodigios”.
¡Enhorabuena a la orquesta y a los solistas!
En cuanto a las marchas procesionales, gozamos oyendo "Santa María de Ripoll", de Lamote de Grignon; La Madrugà, de Abel Moreno; Mektub, de Mariano San Miguel; Amarguras, de M. Font de Anta; y "Mater Mea", de Ricardo Dorado, todas ellas arregladas para orquesta por Octavi Penalba. Si he de destacar algún momento de esta parte del concierto, me referiré a la solemne e intimísima interpretación de La Madrugà, sin desmerecer el resto de las marchas. Pienso que no cabe duda al considerar que el sentimiento que transmiten estas composiciones es mucho más motivador cuando las escuchas en esas callejuelas de la Xàtiva antigua tras uno de nuestros pasos; pero, ya les digo: disfruté.
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*Las fotos pude insertarlas gracias a Rafa Blesa y a Loren Segarra.
***
IV
PREGÓN SEMANA SANTA XÁTIVA
Pronunciado por D. Ignacio Grande
Balleseros
En la Iglesia Colegial
Basílica de Santa María el 10 de marzo de 2024
Querido
pueblo de Xátiva.
Es un privilegio dirigirme a todos ustedes en este día tan
especial, en el que nos reunimos para anunciar la inminente celebración de la
Semana Santa, de esta entrañable ciudad de Xátiva, la que conozco y a la que le
tengo un cariño especial ya que durante 11 años mi hermano Javier, hoy aquí
presente, fue rector del seminario menor y titular del colegio Claret. Volver
aquí es volver a las calles que recorrí durante todos esos años de mi juventud
y que tantos buenos y gratos recuerdos me traen a la memoria.
*
Por ello, ante
todo, mis primeras palabras están dirigidas a expresar mi profundo
agradecimiento, no solo por imperativo del deber, sino principalmente por un
sincero deseo.
En primer lugar, gracias a Dios por el don de la Fe él
nos congrega hoy aquí y nos impulsa a anunciar su Buena Noticia y a ser caricia
en el rostro de las personas más vulnerables y frágiles de nuestra sociedad, de
esto hablaré más adelante.
En segundo lugar, quisiera agradecer a Don Camilo Bardisa
la oportunidad que me ha brindado de asumir la responsabilidad de ser
pregonero. Cuando recibí el
ofrecimiento, tengo que reconocer que supuso para mí una sorpresa, embriagada
por el vértigo de tal responsabilidad, sobre todo, al conocer la talla de mis
predecesores y además coincidir en un año tan especial para la hermandad de
cofradías puesto que se cumple el 75 aniversario de su constitución. Muchas felicidades.
Espero de todo corazón estar a la altura de las
circunstancias y de lo que el pueblo de Xátiva merece. Estoy convencido que
sabrán perdonarme si no cumplo con sus expectativas.
Aceptada pues, esta inmerecida encomienda, corresponde
hacerme la primera y más importante de las preguntas: ¿qué se espera de mi como
pregonero? ¿para qué se nos ha convocado hoy aquí?
Muchas pueden ser las respuestas, me imagino que cada uno
de ustedes ha venido por una razón. Pero permítanme que les comparta lo que
creo que en un día como hoy, estoy llamado a hacer, que es pregonar, en
definitiva “publicar o difundir algo con un pregón”.
Si acudimos al diccionario y buscamos al término “pregón
“nos encontramos con dos acepciones del mismo:
Promulgación o publicación que en voz alta se hace en los
sitios públicos de algo que conviene que todos sepan.
Discurso elogioso en que se anuncia al público la celebración de una festividad y se le incita a participar en ella.
Así pues, he optado por cumplir con las dos acepciones, y
empezar este pregón por la primera de ella, por promulgar algo que creo que
conviene que todos sepan.
Vivimos en un mundo que a menudo se empeña en negar la
primacía de la persona y su dignidad y en donde en muchos ámbitos imperan las
leyes inexorables del beneficio y de la competitividad. Una manera de entender
la vida a veces, extremadamente individualista.
Hoy por tanto es
una necesidad de corazón y un deber de justicia reconocer, agradecer y poner en
valor lo que las cofradías, hermandades, congregaciones aquí presentes suponéis
para la ciudad de Xátiva.
Y es que todas y cada de vosotras desde vuestras
realidades concretas cultiváis una serie de principios y de valores innatos,
que, extrapolados a nuestra cotidianidad, estoy convencido provocarían una
auténtica revolución.
En primer lugar, contemplas cualquier
cofradía o hermandad, de las que hoy os encontráis aquí presentes y constatas
ese término tan identificativo y con tanto sentido que siempre ha caracterizado
a nuestra tierra valenciana, como es el de “germanor”. La indiferencia y
soledad son uno de los sentimientos más dolorosos para una persona. Somos seres
relacionales, y nuestra naturaleza se rebela contra el aislamiento y la
soledad. Ante esta realidad, la persona siempre ha estado llamada a crear
espacios humanizadores e integradores.
Hemos de reconocer como nos dice el Papa Francisco que “si parte de nuestro pueblo bautizado no
experimenta su pertenencia a la Iglesia, se debe también a la existencia de
unas estructuras y a un clima poco acogedor en algunas de nuestras comunidades”.
Así pues, vivir desde el concepto de hermandad, innatamente supone la creación
de ámbitos de acogida, espacios siempre abiertos donde toda persona encuentra
su lugar.
Todos estamos deseosos de otra manera de relacionarnos,
nuestro corazón necesita lugares de sosiego, de calidez, de encuentro fraterno,
por qué no, también de fiesta como lugar en el que sanar y liberar muchas de
las dificultades humanas.
Ojalá nuestro mundo, se esforzara en crear espacios de encuentro. El ideal
cristiano nos invita a superar la sospecha, la desconfianza permanente, la
división y la fractura, las actitudes defensivas… el reducir nuestros círculos
solo a los más íntimos, aceptar el riesgo y la riqueza de encontrarnos con el
rostro del otro. Eso es vivir en comunidad, eso es lo que hacéis, reconocer el
gozo del encuentro y asumir que nadie es tan pobre que no tenga nada que dar ni
tan rico que no tenga nada que recibir.
Ojalá nuestra sociedad asumiera que en este mundo no sobra nadie, que toda
persona tiene el derecho y el deber de construir vínculos que sanen, desde la
diferencia que enriquece y la diversidad que suma.
En segundo lugar, las hermandades y cofradías tenéis la capacidad de
juntar entorno a un mismo proyecto a personas que piensan y sienten de manera
distinta, de ideas, orígenes, vivencias e historias muy diversas, pero que, a
pesar de ello, no os perdéis en lo pequeño y sois capaces de construir un proyecto
común, mucho más grande, capaz de superar diferencias.
Sois una gran riqueza y variedad de expresiones en las
que todas os reconducís a la unidad, pensaban
y sentían lo mismo, y la variedad reconducida a la unidad (que no a la
uniformidad) genera ejemplo y contagia esperanza.
Sabemos por qué y para qué estamos aquí. Es lo que nos
une. Ya no hay judío ni griego; no hay
esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en
Cristo Jesús.
Ojalá nuestro mundo, aceptara que es posible a
pesar de nuestras diferencias, juntarnos para construir. Que no nos de miedo el
unirnos para pasar del “todos” al nosotros que sea mucho más fuerte que la suma
de pequeñas individualidades.
En tercer lugar, es justo reconocer y agradecer que ya no solamente
conseguís alimentar las relaciones entre las personas, sino que sois es el
mejor punto de partida también para manifestar la Fe y la tradición de un
pueblo. El pueblo valenciano, tenemos una responsabilidad en el cuidado de
nuestra identidad, de nuestra historia, y sin las cofradías y hermandades,
habría una parte de nuestro “nosotros” que no se conocería, y lo que no se
conoce, lo que no se manifiesta de manera pública, lo que no se revive y lo que
no se experimenta acaba muriendo. Y es que absolutamente todo lo que se hace y
se crea en torno a la Semana Santa Setabense, conlleva la gracia del salir de
sí, de anunciar y celebrar.
Y es gracias a este salir de sí, gracias a que
manifestáis públicamente lo que sois y en quien creéis, gracias a la belleza de
vuestras imágenes, a la belleza de la música, también a la belleza del
silencio… cuando posibilitáis que las gentes de Xátiva se encuentren con el
Señor.
[Nos dice el Papa]
“Pienso en la fe firme de esas madres al
pie del lecho del hijo enfermo que se aferran a un rosario aunque no sepan
hilvanar las proposiciones del Credo, o en tanta carga de esperanza derramada
en una vela que se enciende en un humilde hogar para pedir ayuda a María, o en
esas miradas de amor entrañable al Cristo crucificado” Creo, que si echamos mano de la memoria, y os
invito a que hoy lo hagáis, no nos será difícil recordar miradas cómplices,
lágrimas, suspiros, … de tantos que tal vez no visitan mucho nuestras
comunidades cristianas, pero que desde una fe arraigada ponen su confianza en
Cristo y tienen en vosotros el referente espiritual, eclesial y cristiano que
necesitan.
Sin duda, hacer lo que hacéis es la mejor manera de
invitar a todo el que quiera a abrir los ojos, sus oídos y su alma a entender
la personalidad y la manera de vivir de un pueblo.
Pasaría ahora a la segunda acepción, aquella de “discurso
elogioso” en que se anuncia al público la celebración de una festividad y se le incita a participar en ella.
El Señor en los días anteriores a su Pasión, fue preparando el corazón de los
apóstoles para vivir algo que les iba a transformar sus vidas para siempre.
El mismo, que bien sabía cómo eran sus discípulos y veía
cómo se estaban situando ante la Pascua “intenta” prepararlos. Y Jesús, hasta
tres veces tuvo que anunciarles lo que iba a ocurrir y como debían vivirlo,
tres pregones tuvieron “los doce” camino de la Pascua. Tres anuncios: “El hijo
del hombre padecerá mucho, será rechazado, lo matarán…. Pero al tercer día
resucitará” … pero dice el Evangelio con mucha claridad que “ellos, los
apóstoles, no entendían lo que Jesús quería decir, y les daba miedo preguntar”,
quizás porque estaban en otras cosas.
A nosotros, como a los apóstoles, con toda nuestra Fe y
nuestra buena voluntad, nos pueda ocurrir algo parecido en estos días: Tal vez
entendamos la Semana Santa desde nuestros proyectos y nos cueste dejar que Dios
nos invite a vivirla de otra manera.
Tal vez la mucha entrega y dedicación, el agobiarnos
porque todo salga a la perfección, nuestro día a día, nos obstaculice centrar
nuestra mirada en lo que verdaderamente supone vivir en mayúscula y con
intensidad estos días.
¿Y Por qué es tan importante ser capaces de vivir la
Semana Santa en todo su sentido? Pues porque el mundo sufre, el mundo llora. La
realidad nos está interpelando con necesidades ya conocidas, pero no siempre
tomadas en consideración; necesidades fundamentalmente de naturaleza
relacional, de sentido vital.
La construcción de una sociedad sana y grande comienza
precisamente por fijar la mirada en el otro, especialmente fijar la mirada en
aquella persona más débil, más frágil, aquella que más sufre y estar atentos a
lo que pasa a mi alrededor, dándome cuenta que no soy espectador de mi vida,
sino actor y protagonista.
Pero no solo estamos llamados a fijarnos. Se nos está
llamando a hacernos cargo los unos de los otros. Aquella pregunta que Dios
dirige a Caín y recoge el libro del Génesis, “¿qué has hecho de tu hermano?”,
es la pregunta que nos podemos hacer en este momento de la historia: tú, ¿qué
has hecho con tu hermano, ¿qué has hecho con tu hermana?
Y no podemos responder como Caín:
“¿Soy acaso guardián de mi hermano?” (Gn 4, 9).
No muy lejos de nosotros, estoy convencido que incluso en
el seno de nuestras propias familias se esconden durísimas realidades de
dificultades económicas, soledad, ruptura, incomprensión, enfermedad, muerte…
Es mucho el dolor que se está viviendo en muchos niveles,
desde lo micro a lo macro (guerras, hambre…) y es este dolor el que hace que
Dios se haga el encontradizo, comparta el sufrimiento:
“He visto la
aflicción de mi pueblo… he oído el clamor que le arrancan… y conozco sus
angustias. Voy a bajar para librarlo”
Y sí, tanto que ha bajado, tanto que se ha hecho el
encontradizo,
Es un Dios que se ha despojado de su condición y ha
pasado como uno de tantos. el cual,
siendo de condición divina no quiso hacer de ello ostentación, sino que se
despojó de su grandeza, asumió la condición de siervo y se hizo semejante a los
humanos.
Y asumida la
condición humana, se rebajó a sí mismo hasta morir por obediencia, y morir en
una cruz.
Por eso cada uno de vuestros pasos, de las imágenes y
escenas que procesionarán durante los próximos días nos llevan implacablemente
a realidades muy nuestras. Se hace difícil creer que podemos querer
acompañar a Jesús en su Pasión y a la vez desentendernos de Jesús en la pasión
de los necesitados.
Santa Teresa de Calcuta decía “no debería arrodillarse ante Jesús Eucaristía quien antes no sea capaz
de arrodillarse ante Jesús pobre”. Ya lo dijo el Señor, Os aseguro que todo lo que hayáis hecho en
favor del más pequeño de mis hermanos, a mí me lo habéis hecho.
Así pues, podríamos entonces preguntarnos si podemos
acompañar a Jesús imagen sufriente, sin acompañar a Jesús hermano ,
hermana sufriente.
El ser humano ha sido creado para la plenitud que sólo se
alcanza en el Amor. No es una opción posible vivir indiferentes ante el dolor,
no podemos dejar que nadie quede “a un costado de la vida”. Esto nos debe
indignar, hasta hacernos bajar de nuestra serenidad, de nuestras comodidades,
de nuestras seguridades para alterarnos por el sufrimiento humano. Y es que
cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, hoy se nos ofrece una nueva
oportunidad para ser parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades
heridas. No la dejemos pasar.
Y es que, vivir la Semana Santa es ser Cirineo que
acompaña, que mira con amor y compasión. La fuerza transformadora del amor del
Cirineo empieza por dejarse afectar, saberse reclamado, amonestado, conmovido.
Quedar afectado, es un un asunto más radical que la propia indignación, ya que
incluye la necesaria reacción, porque no se puede ser sensible y permanecer
inactivo.
Por ello, hoy os invito a que seamos capaces de poner
rostros concretos, nombres y apellidos, situaciones de nuestro entorno más
inmediato... a cada una de las imágenes que estos días posesionarán por
las calles de esta noble ciudad.
¿Quién por
ejemplo, al mirar la Imagen de la entrada de Jesús en Jerusalén, sabiendo
a donde va y lo que le va a ocurrir, no ve a todos aquellos que tiene que tomar
decisiones que van afectar a su vida, dejando atrás seguridades…?
¿Quién en al mirar a Jesús en Getsemaní no piensa en
tantos que pasan noches en vela, sufriendo y sudando sangre ante lo que se les
viene encima (soledad, enfermedad, ruptura, pobreza), ...?
¿Quién ante la virgen María no es capaz de emocionarse
pensando en tantas madres, que sufren por sus hijos atrapados en situaciones
que les destrozan la vida, por ver a sus familiares sufrir? ¿Quién no se
emociona pensando en tantas madres que sufren la incomprensión, la violencia o
el abandono?
¿Quién ante Jesús atado, herido, flagelado, crucificado,
muerto no ve a tantas personas que sufren el flagelo del descarte, del juicio,
del dolor, de la injusticia, del desprecio...?
Ante todos estos rostros, nombres y situaciones vividas,
estoy convencido que incluso muy cerca de nosotros, se hace imprescindible que
seamos capaces de vivir la Semana santa, no como un paréntesis a nuestra vida
real, sino como la respuesta clara y actualizada de todo un Dios que no es
impasible. Por eso entender y celebrar la Semana Santa como un recuerdo piadoso
de algo que ocurrió hace dos mil años, pensar que sólo es una representación de
unos hechos acaecidos o afirmar que es solo un acto cultural, siempre es una
pobreza, especialmente en este momento de la historia en donde tanto hombre y
mujer sufriente necesitan algo más que recuerdos.
Dios no ha hecho silencio, pero es a nosotros a quienes
nos corresponde decidir, desde nuestra libertad, que queremos que sean estos
días y que vamos a proponer a la ciudad de Xátiva . Estimados hermanos y
hermanas, cuando en vuestras casas os pongáis las vestas, no lo hagáis de
cualquier manera, recordad que esa vestidura representa a la que recibisteis en
vuestro bautismo, la que ese día os impusieron y la que os hace reconoceros
instrumentos del amor de Dios que se hace presente de manera especial en la
persona herida, enferma, perseguida, incomprendida….
El capuz nos hará reconocer que somos penitentes,
necesitados del perdón de aquel que se entregó por nosotros. Cuanta gente
perdura también hoy en una vida equivocada porque no encuentra a nadie
disponible a mirarlo, con los ojos de Jesús, que ve siempre una posibilidad de
resurrección incluso en quien ha acumulado tantas elecciones equivocadas.
El báculo que lleváis será signo de que sois peregrinos,
no errantes sin rumbo ni meta, sino peregrinos. Tenemos muy claro el camino,
tenemos muy clara la meta.
La insignia, la medalla que muchos lleváis y que
representan a vuestra hermandad os recordará que pertenecéis a una comunidad.
Por ello, os animo a que en este 75 aniversario miréis al pasado con
sentimientos de gratitud hacia todas aquellas personas que con sus vidas han
escrito la historia de esta semana santa. Será un buen momento para recordar a
quienes estuvieron antes y agradecer a los que propiciaron que hoy estéis aquí.
Os invito también a que penséis en aquella persona concreta que os inculcó el
amor por vuestra hermandad, aquella persona que os invitó a participar, que os
acogió, que os abrió la puerta de la que ahora es vuestra comunidad. Hoy
recordemos a tantas personas que con esfuerzo, tesón, devoción y unidad
consiguieron que la celebración de esta semana santa sea una de las más
antiguas de Valencia.
Hoy reconozcamos
también con orgullo que la opción por los pobres, la entrega por los sufrientes
forma parte de la identidad de esta ciudad. Sabemos, y somos conscientes desde
la experiencia que lo que más caracteriza a nuestra tierra valenciana es la
generosidad en tiempos recios. Fueron muchas las cofradías a lo largo de
nuestra tierra que se fundaron, y aquí en Xátiva contamos con un claro ejemplo
de ello, para dar sepultura a los cadáveres de los desamparados y ajusticiados,
a asistir a los pobres de solemnidad, a ejercer la Caridad en su más estricto
concepto de la palabra.
Por ello, la mejor
manera de agradecer y homenajear a quienes nos precedieron, es continuar con su
legado. Recordad que esta fiesta es perseverar nuestro pueblo, y que perseverar
nuestro pueblo es garantizar nuestra identidad. Así pues, hoy más que nunca
frente al individualismo comunidad, comunidad que asume que para construir
fraternidad se tiene que restar algo de lo individual para multiplicarlo con el
conjunto.
Comunidad que se hace cargo, que camina y a veces duda,
que busca y en ocasiones se pierde, que aprende e intenta, que es fiel, que
entiende el ritmo de la vida y aunque acepta la certeza del dolor y del
sufrimiento lucha por la justicia y la paz. Las primeras palabras de Jesús
resucitado a los suyos, a su comunidad, a sus discípulos fueron “La paz esté con vosotros”. Jesucristo
resucitado nos interpela a vivir en paz, y hacerlo en comunidad. Hoy, nuestro
mundo se encuentra en un equilibrio frágil y complejo.
Con innumerables desafíos y conflictos, donde los
enfrentamientos llegan a lograr la separación de los corazones humanos, la paz
se configura como una necesidad y una esperanza que trasciende fronteras y
culturas. La paz, ese concepto que va
más allá de la mera ausencia de conflictos, se convierte en un anhelo
compartido, en un proceso vital que solo podemos, y debemos, forjarlo en
comunidad. Seamos artesanos de la paz.
Cuando procesionéis os invito a que tengáis puesta la
mirada en Él. El pueblo de Xátiva que participáis desde fuera, dejad que Dios,
herido, sufriente, pase por vuestras vidas y con la fuerza de las imágenes, el
testimonio de los hermanos y de las hermanas, el sonido de la música, también
el silencio, profundicéis vuestra relación con el Señor. Será en estos momentos
de intimidad donde la imagen que procesiona pase de su trono a vuestro corazón
y allí, os conceda sentiros aliviados por aquel que ha vencido a la muerte.
Concluyo ….
En estos tiempos complejos, pero apasionantes, asumamos
que para vivir la vida hay que mirar hacia adelante, pero para entenderla hay
que mirar hacia arriba. Hoy toca sentir, toca palpitar la identidad de un
pueblo, la tradición y la cultura soldada a lo más profundo de nuestra alma,
porque entre el ser o no ser, el pueblo de Xátiva siempre eligió el ser, porque
asumimos que la Fe y la Esperanza del pueblo de Dios se ha de manifestar de
modo tangible a los ojos de cualquiera mediante el lenguaje universal del amor
con todo lo que ello conlleva. De nuestra fe en Cristo hecho pobre y cercano a
los que sufren, brota nuestra preocupación por ellos y la exigencia a escuchar
sus lamentos y responder a ese clamor con ternura.
Celebrar y vivir la Semana Santa es creer que se puede
amar así, como amó Jesucristo, y que, aunque amar así aparentemente nos lleve a
la Cruz, es sólo una victoria momentánea. El odio, la venganza, el rencor, la
división… nunca, nunca triunfan, el amor siempre vence.
Tal vez nuestro mundo necesite la esperanza de aquellas
personas que muy conscientes del sufrimiento actual, proclamamos y luchamos por
un “cielo nuevo y una tierra nueva”.
Continuad manteniendo viva la semana santa. Vuestro buen
hacer y vuestro ejemplo, sin duda es la fuente más fecunda de la que brotará la
esperanza de los que os rodean.
Muchas gracias
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