dijous, 14 d’agost del 2025

Breve historia de una devoción. - XX Domingo del Tiempo Ordinario

 

ACERCA DE LA DEVOCIÓN A LA DORMICIÓN DE LA VIRGEN.


 

            Entre los siglos V y VIII, en la Hispania romana dominan los visigodos, pero no así en el Levante conquistado por el Emperador Justiniano el Grande, quien en su empeño de restaurar el Imperio Romano de Occidente, fundó la Provintia Spaniae o Hispania bizantina. Justiniano pactó con el rey Atanagildo para luchar contra Ávila, otro visigodo en lucha continua, pero Bizancio tomó posesión del territorio conquistado. Desembarcan en Cartagena, tomando un amplio territorio donde predomina una cultura romanizada. Lo cierto es que Bizancio nos va traer su liturgia y sobretodo sus devociones, siendo una de ellas la devoción a la Virgen en su Dormición. Iconos de esta devoción, los hay a miles, y así  aparecen: la Virgen Dormida rodeada de los Apóstoles que no miran a Jesús, en tonos azulones o blancos,  y tienen en sus manos a una niña viva, vestida con los pañales típicos de los recién nacidos. María nace a la Vida Eterna. Esa es en nuestras tierras la heredada devoción a la Virgen Asunta al Cielo, no de pie, sino acostada en una hermosa cama.

            El rey Don Jaime, gran devoto de este misterio, dedicó la Mezquita Mayor de Xàtiva a la Asunción de Nuestra Señora. Con el tiempo, su imagen quedó en la Capilla del antiguo Hospital, mirando al pueblo de poniente a levante. En las primeras Vísperas solemnes, con más solemnidad que en  otras fiestas de la Virgen, la Cofradía de la Asunción organizaba una procesión en la que participaban devotos disfrazados de Apóstoles y discípulos portando la cama que se depositaba en el presbiterio, cantando las vísperas solemnísimas a cuatro voces, órgano y orquesta de la Colegiata.

            El día 15 de agosto, solemnidad de la Asunción, se cantaba tercia y se celebraba Misa solemne, en la que el Maestro de Capilla estrenaba una partitura nueva; pero todo este material se quemó, junto con el Coro de los Canónigos, el día aciago en que la Colegiata ardió víctima del odio al cristianismo. Durante ocho días se celebraba la Octava u Octaba, las dos formas son válidas.

            Todo eso queda para la memoria, yo transmito lo que, siendo seminarista, me contaba el canónigo don Enrique Agustí Pallás y lo escribo para compartirlo con los setabenses que accedan a su lectura, a fin de que se sepa, pueda difundirse y no se olvide.

 

            Después de esta interesante curiosidad histórico-mariana, nos reclama la reflexión semanal del Santo Evangelio en el

 

DOMINGO XX DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO C

San Lucas 12,49-53

49 “He venido a arrojar un fuego sobre la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!
50 Tengo que pasar por un bautismo, y ¡qué angustia siento hasta que se haya cumplido!
51 ¿Creen que he venido a traer paz a la tierra? No, les digo, sino división.
52 Porque de ahora en adelante, cinco en una casa estarán divididos: tres contra dos y dos contra tres;
53 estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.”

***

Es un pasaje donde Jesús advierte que su mensaje no siempre trae armonía social o familiar, sino que puede provocar división por la decisión de seguirlo o rechazarlo, pero veamos cómo trata el tema nuestro colaborador y amigo D. Joaquín.

Comentario

 

     “He venido a prender fuego en el mundo, ¡Y ojalá estuviera ya ardiendo!”. “Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla!”. Palabras que nos admiran en boca de Jesús. Son palabras de gran solemnidad que nos dejan perplejos y hacen que nos preguntemos qué pasaba en la comunidad de Lucas para que nos relate este momento de la vida de Jesús, y qué nos dice hoy. En el evangelio del domingo pasado el Señor nos decía: “por no ser ni frío ni caliente te vomitare de mi boca”. Así pues, hoy continuamos con el mismo tema, ¿somos fríos o calientes?

    Para entender mejor este evangelio necesitamos saber qué es el “fuego” en el Antiguo Testamento. Significa tanto la presencia como la santidad de Dios. Así, p. ej., en el Sinaí, en la zarza ardiendo, donde Moisés descubre la voz del Señor dándole las Tablas de la Ley. También significa la purificación. Además, el fuego describe la justicia de Dios y el juicio sobre el pecado, tanto como la necesidad de purificación espiritual. Asimismo, el fuego desciende del cielo y consume el sacrificio de Elías, demostrando el poder de Dios. Igualmente, por el fuego se erradica el pecado.

     En san Agustín, a lo largo de sus escritos, nos dice que: la zarza ardiente es como un fuego que ilumina, calienta y une, pero no consume, es similar a la Palabra de Dios que transforma la vida. También en algunos de sus sermones, compara el fuego con el Amor de Dios, ”es metáfora que enciende el corazón, rompe la sordera espiritual, ilumina la ceguera y lleva a la conversión” y así nos haríamos interminables al considerar el tema del fuego de este Doctor de la Gracia. El fuego sagrado que nos llena del Espíritu Santo, del Amor divino que nos llena con su Gracia.

    Ahora podemos entender qué nos dice Jesús, en lo de, “he venido a prender fuego” y, “ojalá estuviera ardiendo”. Esa es su misión como Mesías: hacer hijos amantes de Dios, aunque antes tiene que pasar por un bautismo, un bautismo que le produce una angustia de muerte,(como veremos en la “Oración del Huerto de los Olivos” el Jueves Santo).

     Su doctrina de Príncipe de la Paz es muy hermosa, pero la fuerza del amor que provoca en unos es la misma que, en otros, se torna en odio. No todos se abren a la Gracia, ni son capaces de entender el Amor del Dios que niegan.

    Por eso, San Lucas dice a su comunidad que no comprenden que la doctrina de Jesús, tan hermosa, les provoque tantos y crueles enemigos (pensemos que cuando Lucas escribe su evangelio, alrededor del año 80, Pedro y Pablo, en el 64, ya habían sido martirizados en Roma).

     A partir de aquí, podemos aducir nuestra propia experiencia. Todos conocemos casos de enfados entre parientes que se oponen cuando alguien de nuestra familia opta por elegir ser: misionero/a o religioso/a o sacerdote, en esta sociedad tan secularizada, y, siendo esto es lo más suave, lo más grave ya se daba en tiempo de san Lucas. Él no solo escribe esta experiencia de persecuciones y traiciones para fortalecer la fe y esperanza en Jesús, es la advertencia a los cristianos de hoy en tierras de misión, todos hermanos nuestros, que sufren persecución y tormentos. De muchos países nos llegan testimonios de Fe, defendida con valentía, traicionada por antiguos amigos y familiares, como nos dice Jesús en el evangelio de este domingo. Entre nosotros viven sirios, recién llegados desde su tierra, que nos cuentan la crueldad o martirio de gentes fanatizadas, con quienes ayer convivían. Ocurre desde el principio; la historia del cristianismo comienza con un beso, el beso de Judas que traiciona a quien le demostró sólo amor y confianza. Jesús fue el primer traicionado y el más odiado, el primer mártir por enseñarnos que Dios es amor y que hemos de aprender a amar como Él nos ama. Hoy nos dicen, los que siguen la contabilidad de estas cosas, que hay más mártires de los que hubo durante todo el Imperio Romano. Y así, a lo largo de todos los siglos, encontramos mártires que han defendido su fe y amor a Dios con su propia vida.

   Feliz domingo. Mantengámonos en la fe, una fe amorosa, sin medias tintas, mostrándola con hechos, a pesar del menosprecio de los que no quieren compromisos, incluso los de nuestra comunidad o nuestra familia.

***

 

Hasta la próxima. En la víspera de la Asunción, saludos cordiales… Miguel Mira

 

dimecres, 13 d’agost del 2025

EN LA SUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA

Parece oportuno que en vísperas de fiesta tan arraigada en nuestra ciudad y, especialmente, por ser la titular de la Insigne Iglesia Colegial Basílica y Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, nos detengamos unos minutos a reflexionar con base en el hermoso texto que nos propone D. Joaquín Núñez, que toma la iniciativa a partir de dos apoyaturas indiscutibles: el relato de la visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel, que transcribo seguidamente y un sermón del Papa 
Benedicto XVI. Adentrémonos en la lectura de estos textos. Cordialmente, recibid un afectuoso saludo de Miguel Mira

Lucas (1, 39-56) es el pasaje del Evangelio según san Lucas que narra la Visitación de María a su prima Isabel y el Magníficat.

1.      La visita de María a Isabel (vv. 39-45)

o    María, tras la Anunciación, se dirige con prontitud a la región montañosa de Judea.

o    Al saludar a Isabel, el niño (Juan Bautista) salta de alegría en su vientre.

o    Isabel, llena del Espíritu Santo, reconoce a María como la “madre de mi Señor” y la proclama bienaventurada por su fe.

2.      El Magníficat (vv. 46-55)

o    María responde con un cántico de alabanza a Dios:

§  Reconoce la grandeza de Dios y su acción en su vida (“mi alma glorifica al Señor…”).

§  Celebra la justicia divina que exalta a los humildes y derriba a los poderosos.

§  Recuerda la fidelidad de Dios a las promesas hechas a Abraham y a su descendencia.

3.      Conclusión (v. 56)

o    María permanece con Isabel unos tres meses y luego regresa a su casa.

            Transcribo el texto que cita en su comentario D. Joaquín Núñez, que copio a continuación: 

            “Creo que la mejor homilía  que podemos hacer en esta  Solemnidad de la Asunción de María a los cielos es un fragmento de la homilía que el Papa Benedicto XVI  pronuncios en la Basílica de San Pedro  el año 2011, creo que es un mensaje lleno de delicada teología  mariana.                     El Evangelio de san Lucas que arriba ppodéis leer, nos muestra esta arca viviente, que es María en movimiento: tras dejar su casa de Nazaret, María se pone en camino hacia la montaña para llegar de prisa a una ciudad de Judá y dirigirse a la casa de Zacarías e Isabel. Me parece importante subrayar la expresión «de prisa»: las cosas de Dios merecen prisa; más aún, las únicas cosas del mundo que merecen prisa son precisamente las de Dios, porque representan la verdadera urgencia para nuestra vida. Entonces, María entra en esta casa de Zacarías e Isabel, pero no entra sola. Entra llevando en su seno al Hijo, que es Dios mismo hecho hombre. Ciertamente, en aquella casa la esperaban a ella y su ayuda, pero el evangelista nos guía a comprender que esta espera remite a otra más profunda. Zacarías, Isabel y el pequeño Juan Bautista son, de hecho, el símbolo de todos los justos de Israel, cuyo corazón, lleno de esperanza, aguarda la venida del Mesías salvador. Y es el Espíritu Santo quien abre los ojos de Isabel para que reconozca en María la verdadera arca de la alianza, la Madre de Dios, que va a visitarla. Así, la anciana pariente la acoge diciéndole «a voz en grito»: «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?» (Lc 1, 42-43). Y es el Espíritu Santo quien, ante Aquella que lleva al Dios hecho hombre, abre el corazón de Juan Bautista en el seno de Isabel. Isabel exclama: «En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre» (v. 44). Aquí el evangelista san Lucas usa el término «skirtan», es decir, «saltar», el mismo término que encontramos en una de las antiguas traducciones griegas del Antiguo Testamento para describir la danza del rey David ante el arca santa que había vuelto finalmente a la patria (cf. 2 S 6, 16). Juan Bautista en el seno de su madre danza ante el arca de la Alianza, como David; y así reconoce que María es la nueva arca de la alianza, ante la cual el corazón exulta de alegría, la Madre de Dios presente en el mundo, que no guarda para sí esta divina presencia, sino que la ofrece compartiendo la gracia de Dios. Y así —como dice la oración— María es realmente «causa nostrae laetitiae», el «arca» en la que verdaderamente el Salvador está presente entre nosotros.

Queridos hermanos: estamos hablando de María pero, en cierto sentido, también estamos hablando de nosotros, de cada uno de nosotros: también nosotros somos destinatarios del inmenso amor que Dios reservó —ciertamente, de una manera absolutamente única e irrepetible— a María. En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María: ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad con él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra; seguirlo cada día, incluso en los momentos en que sentimos que nuestras cruces resultan pesadas. María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios. Amén.”

 

 

divendres, 8 d’agost del 2025

¿FIESTAS PARONALES? - cOMENTARIO DOMINGO XIX

 

Nuestra aportación semanal.

 

            Comenzaré por una muy breve referencia a las fiestas patronales de nuestra ciudad:

            Ni San Félix ni la santísima Virgen de la Seo requieren un comentario que no sea un dejà vu, dada la apatía congénita de este pueblo soñador. Mis disculpas si esta opinión le resulta molesta a alguno de los lectores, pero miren: San Félix ni siquiera mereció la celebración del acostumbrado triduo en su honor, lo que es explicable si recordamos aquello que decía el bueno de D. Manuel Soler de grata memoria, cabe Dios desde hace unos cuantos años:  “Per a qué he de contratar un predicador, per a que els parle als bancs? (Vale también para la Novena de la Virgen). Cierro el primer capítulo: con la Misa en la Ermita, la Conventual y la Vespertina, despachamos al Patrón.

            En cuanto a la Patrona, si bien la asistencia al Santo Rosario, a la Misas de Camaeras y a la Solemne podríamos calificarlas de aceptables; la liturgia de las 12, muy hermosa y emotiva, y la imagen, como siempre, preciosa en su adorno floral, pienso que la Mare de Deu hubiera preferido menor flores y más fieles acompañándola en la Procesión. Creo innecesarios mayores comentarios. Las aceras llenas al paso del cortejo, pero…, eso, resulta más cómodo “pegar cantonaes” que colocarse en la fila. Según mi modesto parecer, aquí falta algo. Habría que reflexionar.

            No sé si tengo o no razón. Si no la tengo, mis disculpas.

            Miguel Mira

***

            Abordemos ahora la lectura habitual del Santo Evangelio según San Lucas 12,32-48

            “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, a donde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón.

Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.

Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.

Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete.

Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

Pedro le preguntó:

—«Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?».

El Señor le respondió:

—«¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas?

Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes.

Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles.

El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos.

Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá».

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Comentario

Por D. Joaquín Núñez

 

       “No temas pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino”. Esta primera frase nos recuerda cómo Él sufrió miedo ante lo que se le venía encima la noche del jueves santo en el Huerto de los Olivos. No lo dice a todos, lo dice al pequeño rebaño de sus amigos. Sin embargo, hoy lo dice a tantos en tierras de misión, o en ciertos países fundamentalistas islámicos, donde tenemos más mártires que en todo el bajo Imperio Romano, mártires que no dan de lo suyo, sino sus vidas. Estos y los que lo dejen todo por el evangelio “recibirán el ciento por uno y heredarán la vida eterna“ (Mt. 19, 27-29).

     No a todos nos pide lo mismo, pero sí a todos según la gracia recibida, el carisma o don del Espíritu Santo que se nos ha dado.

     Este evangelio es sumamente importante en la vida del cristiano. Nos llama a estar en vela; en vela está Dios desde el día que por amor nos creó a su imagen y semejanza. Nos hizo libres e inteligentes. Podemos o no coincidir con su voluntad, voluntad para decidir con la inteligencia ser libres o ser esclavos de nuestros demonios, nuestros caprichos egoístas que nos hacen creer que somos libres. Dios es amor, esencialmente amor, nosotros seremos amor según nos parezcamos a Él.

    Cuando San Agustín nos dice: “Ama y haz lo que quieras”, es porque nuestra libertad es la propia de los hijos de Dios (San Agustín Homilía séptima), (1 Jn.4,4-12). Es una reflexión que Agustín desarrolla y que hoy nosotros tenemos medios que él no tuvo en cuanto al lenguaje. Hay que amarse uno a sí mismo, saber lo que Dios lo ama, tener conciencia de sí. El cristiano está llamado a ser una persona cabal, una persona responsable y libre en sus acciones, tener capacidad de juzgarse para decir que sí a Dios y a los demás, para amar con plenitud de su realidad humana y para amar, no instinto, como quien se enamora de quien necesita su amor. Saber que Dios está enamorado de nosotros, que perdona porque nos ama, como nosotros perdonamos porque amamos. Esa es la vela que hemos de llevar: una vela enamorada, no por obligación ni por miedo a que a cualquier hora del día venga el Señor y lo encuentre dormido, ausente, carente de preocupación por aquellos que tiene que atender por amor. Se nos va aclarando el amor verdadero para “hacer lo que queramos” (San Agustín).

    “Bienaventurados los que se hacen pobres” nos dice la primera bienaventuranza, porque nosotros nos hacemos de los demás; hoy lloramos por las víctimas de las guerras y nuestro quehacer es defender La Paz, aunque ello nos suponga ser incomprendidos. Ser generosos por amor con la Iglesia que es perseguida y asesinada. Son nuestros testigos de hoy, la “Sal de la tierra”, “dichosos ellos a quien el amo, al llegar, los encuentre portándose así”. “En vela. Os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo”.

   ¿Creemos que nuestro quehacer en la Iglesia no es mas que cumplir los mandamientos, rezar nuestras oraciones, ser buenas personas, ir a misa los domingos si nos es posible? Todo, como se ve, de forma pasiva, y nos conformamos, creemos suficiente ser buenas personas. No nos damos cuenta que cada vez somos seres más insípidos, que el Señor nos dirá: “Al Angel de la Iglesia de Laodicea escribe así: “conozco tus obras y no eres ni frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente, pero como estás tibio y no eres ni frío ni caliente voy a escupirte de mi boca” (Ap 3,14-17).

     Frente a tantos mártires “calientes”, nuestro catolicismo de cristiandad es “tibio”, ese es el gran problema de la Iglesia de hoy, muy “católica”, pero poco cristiana.

     Este año jubilar vemos, sobre todo en el Jubileo de la Juventud, una alegría de quien quiere ser feliz. Estemos atentos al mensaje del Papa León, a quien vimos, con gozosa alegría, sentirse joven con los jóvenes. Él pone su esperanza de misionero en este “pequeño rebaño” que quiere seguir a Cristo Pastor.

            Feliz domingo. Calentemos nuestro corazón para que el “Señor cuando llegue y llame nos encuentre en vela y nos siente a su mesa.  

diumenge, 3 d’agost del 2025

Don Juan Aguilar – Mare de Deu de la Sèu

 

D. Juan falleció el día de St. Feliu y en fecha tan próxima a la fiesta de la Mare de Deu de la Sèu, que ,e surge la duda al ordenar los temas de la entrada, no sabiendo qué sería más idóneo; pero, pensándolo bien, he optado por el orden cronológico, convencido finalmente de que nuestra Madre María no nos va a reprochar que iniciemos estas líneas dedicándolas a recordar un hecho que nos conmovió el pasado primero de agosto. 


IN MEMORIAM

 


            Ayer, 1º de agosto de 2025, a primeras horas de la tarde me llegó la noticia del fallecimiento de nuestro estimado amigo y sacerdote Rvdo. padre D. Juan Aguilar Fernández.

            D. Raul Jiménez, párroco de Los Santos Juanes y de Nuestra Señora de la Merced, lanzó a la red un mensaje conteniendo un resumen de su vida sacerdotal, lo que es de agradecer.

            Como pienso que D. Juan merece que le recordemos en este modesto espacio, me permito reproducir aquel mensaje, aunque no me privaré de intercalar introduciré alguna glosa, si viene al caso, en especial referida al período de su ministerio como vicario parroquial de la Colegiata.

            Este es el mensaje:

            “D. Juan Aguilar Fernández, de 79 años de edad y natural de Cabra del Santísimo Cristo (Jaén), ha sido llamado hoy, 1 de agosto de 2025, por el Padre a su Casa Celestial.

            Fue ordenado sacerdote el 11 de julio de 1971 en Jaén, siendo incardinado ese mismo día en la diócesis de Valencia. (Aquí residían su madre y su hermana, razón de ese traslado de destino, según tengo entendido).

Desde 1975 a 1987 fue vicario parroquial de la Iglesia Colegiata de Santa María de Xàtiva.

            (Glosa: le llegada de D. Juan a la Seo fue como una bocanada de aire fresco y una ayuda significativa, en un momento en que en la parroquia era mucha la mies y necesitaba operarios. Me limitaré a reseñar cómo fue él quien promovió y cuidó espiritualmente al Movimiento Junior, de tan grata recordación para mi familia porque mis dos hijos varones se incorporaron a dicho movimiento. Tanto es así que el menor, con siete años, ya asistió al primer campamento, en Agullent, instalado en las inmediaciones del santuario de San Vicente, testigo éste de retiros y convivencias de los movimientos de la Parroquia en aquella época. Añadiré solo como anécdota, en un tiempo de innegable vitalidad del Movimiento Junior, cómo, siendo ya educador el mayor de mis dos hijos varones, mi esposa y yo nos vimos enrolados con aquella tropa como cocineros para prestar nuestro servicio en el campamento de Requena. No me extenderé en el relato de aquella aventura que compartió con nosotros mi hija, porque intento solo dejar testimonio de la excelente labor de D. Juan al frente de más de sesenta junior entre chicos y chicas. Fue alma del desarrollo de las actividades propias del campamento, atento ante cualquier necesidad de los chavales (que las hubo ciertamente curiosas), que exigía empatía, paciencia, humor a veces y, siempre, cariño, proximidad y caridad sincera. Inolvidables aquellas últimas horas del día, al dirigir la oración bajo las estrellas, donde daba ejemplo de cómo hablar con Dios de viva voz y abrir aquellos corazones jóvenes a relacionarse con Jesús y a cultivar la fe al amparo de las estrellas que servían de hermosa compañía  antes del posterior sueño reparador y preparatorio de las actividades del siguiente día…

            D. Juan nos ayudó incluso cuando fue necesario en aquella improvisada cocina.       

            Dejo este tema, porque ocuparía unas cuantas páginas, pero debía dejar constancia de aquel talante, de aquel trato ejemplar, servicial y responsable para con todos).

 Seguidamente, y hasta 1997, fue párroco de L’Alcudia de Crespins, donde ejerció también de arcipreste del Arciprestazgo 41 “La Costera” entre 1992 y 1997.

            (Glosa: en la parroquia, en esos años, habías dos equipos de matrimonios, con el carisma de “Matrimonios Parroquiales”, que, aparte de nuestras reuniones de formación o de amistad, podíamos ser llamados a iniciar en donde nos llamaras este movimiento familiar. No podía faltar la llamada de D. Juan a Miguel y Mari Carmen para pilotar un grupo de matrimonios en su Parroquia de l’Alcudia… ¡y allá que fuimos!  Ni qué decir tiene cómo nos recibió el Sr. Cura, y el agradecimiento por  nuestra colaboración…) 

Posteriormente, fue nombrado párroco de Nuestra Señora de la Merced y Santa Tecla de Xàtiva, donde ejerció su ministerio hasta 2018.

            Entre 2012 y hasta principios del presente año 2025, también desarrolló su ministerio como capellán del Hospital Lluis Alcanyís de Xàtiva (donde también dejó un buen recuerdo. En la Misa del entierro, delante de mí había una pareja de médicos).

            Desde 2018 ha  desarrollado su ministerio sacerdotal como canónigo en la Iglesia Colegiata de Santa María de Xàtiva, hasta el día de hoy.”… “Que Dios le conceda el premio de los buenos servidores.

Ofrezcamos la intención de la santa Misa por nuestro hermano.

In Pacem.”

 

            No nos sorprendió en absoluto que antes de la despedida del duelo, la Colegiata ya contara con dos terceras partes de su aforo ocupadas, para acabar de llenarme a medida que terminaba el pésame. Pocos asientos quedaron libres. Presidió la Misa  EL Ilmo. Sr. D. Salvador Giménez, obispo auxiliar emérito de Lleida, en representación de D. Enrique Benavent, arzobispo de Valencia, que se encuentra presidiendo la peregrinación valenciana al Jubileo de los Jóvenes, en Roma. Concelebraron el Sr. Abad, el Cabildo Colegial en pleno y más de veinte sacerdotes, entre los párrocos de la ciudad y de la Vicaría VI. Sonó el órgano como en las solemnidades y cantó un nutrido coro formado por cantantes de las distintas comunidades parroquiales de Xàtiva, como en el Día Grande de la Virgen de la Seo. Al despedir el féretro, éste a hombros de seis compañeros sacerdotes, rezadas las preces de ritual, ante la emoción contenida de quienes le acompañábamos en la oración, la gente no pudo contener su impulso de aquellos sentimientos y rompió en un aplauso, testimonio indiscutible del afecto de quienes fueron sus feligreses en Alcudia y en Xàtiva, sin olvidar los alumnos y profesores el Instituto José de Ribera en donde también ejerció como profesor de Religión, como alumnos y profesores del Colegio Claret del que igualmente fuera varios años Director. Permítanme una última anécdota: en esa época que cito al final, hubo determinado problema que afectó a un agricultor con tierras colindantes al Colegio Claret, y me llamó para que mediara en el asunto. Se resolvió la cuestión amigablemente y, lógicamente, yo no pedí retribución alguna. En vísperas de Navidad de aquel año, me llegó un paquete de manos del dueño el establecimiento “Zarba”, de parte de D. Juan. Contenía un nacimiento de cerámica popular mejicana, que desde entonces preside cada año nuestra sala de estar.

            Quiero enfatizar al proponerles esta reflexión que me vino de repente a la cabeza cuando recibí el mensaje de D. Raul, ya que me dio le impresión que estaba ante una especie de currículo, y me dije: naturalmente es de agradecer esta información y, de hecho, quiero publicarla, pero, no obstante, sabemos todos, D. Raul el primero, que en el examen de ingreso a la Casa del Padre a Juan  nadie va a pedirle su historial como cura,  siendo así que en el examen no se requiere aprobar más que una asignatura sin necesitar la presentación de un currículo, puesto que tan solo seremos examinados en el AMOR. Antes bien, ¿qué le iba a pedir nadie a Juan a la puerta, si El Padre, con su infinita Misericordia, ya le esperaba con los brazos abiertos?

 

***

 

            Como quiera que me ha llegado el comentario de D. Joaquín Núñez sobre nuestra Patrona, aquí lo transcribo:

 SEU Xàtiva - Dios te salve, María, llena eres de gracia; el ...

            Virgen de la Seo, de las Nieves o de la Salud

      Todos los años en el mes de Agosto Xàtiva se llena de alegría. El día uno celebramos a nuestro Patrón Sant Feliu mártir; nuestra Ciudad escogió a este mártir por haber sido martirizado en España en la misma persecución que San Vicente Martir, en la última y más cruel, es decir, la de Diocleciano, en la que perecieron la mayoría de los mártires de Hispania.

     El día cinco es el gran día de la Virgen que está en el Altar Mayor de la Seo, de ahí su nombre de Mare de Deu de la Seu. En todas las catedrales y colegiatas vemos imágenes de la Virgen, normalmente sentadas, generalmente, o bien “de la Sede” o bien “de la Seo”, conozco varias de ellas.

    Pero en la Historia Mariana de Xàtiva, encontramos más advocaciones de las que destacamos a la Virgen de la Salud, querida como patrona y que se honra en la fachada del Hospital, que fundó la cofradía de la Virgen de la Asunción, como obra de Misericordia, cuya imagen preside el dintel de la puerta gótica.

             Cuando Jaime I reconquistó Xàtiva, purificó la Mezquita Mayor edificada donde estuvo la antigua Catedral, igual que la Catedral de Valencia. ¿Bajo qué protección de la Virgen puso don Jaime a los cristianos de Xàtiva? Como en todos los territorios reconquistados por él: bajo la protección de la Virgen de la Asunción.

            En la imagen gótica de la Virgen de la Seo, encontramos muchos defectos: no fue una imagen primorosa, pues tenía unos ojos grandes y ligeramente bizcos, hecho así desde las pinturas más antiguas en Roma; la mano que sostiene al Niño era también enorme, pero el conjunto resultaba muy misterioso, algo tenia aquella Imagen que cautivó los corazones de Xàtiva. En tiempo de necesidad, nuestros antepasados recurrían a su amparo para recuperar su protección.

            El cólera u otras epidemias eran muy frecuentes, la salud pública no se podía mantener, pero el Gran cólera de 1600 amenazaba con terminar con todos sus habitantes. Testigo de esto son los libros de defunción del Archivo de la Colegiata. Xàtiva entera clama a su Madre y la sacan en procesión al grito de “Misericordia Señor!”,  pidiendo perdón y pidiendo la salud. Y tal día como un cinco de agosto, entrando en Santa Clara, torció el brazo con la azucena, y desde ese momento el Cólera cedió y los libros de defunciones también.

    El evangelio de hoy, en su visita a su prima santa Isabel, la Virgen entona esa acción de gracias y que nosotros entonamos con Ella: “Magnificat anima mea dominum”.

    Hoy tenemos otras grandes epidemias: las guerras, las hambres, los desprecios, las drogas, la acepción de personas y, Dios no lo quiera, los odios.

    Pidamos a la Virgen de la Seo, nuestra Madre, que nos de la salud a nuestros enfermos, de alma o de cuerpo, sane nuestras enfermedades de codicia, envidia, de vanidad o de ansia de dominio, todo aquello que nos separa de su amado Hijo.

    En una mano lleva la Azucena salvadora, en la otra a ese que es nuestro Salvador.

    Virgen santa de la Seo, dulce imán del corazón, mira a tus plantas  rendidos a los hijos de tu Amor.

    Amigos, que así sea. Como siempre, a vuestra disposición, Miguel Mira ón