dijous, 6 d’agost del 2015

Y... TRES



MARE DE DEU DE LA SÈU, MISERICORDIA! (2)



LA VÍSPERA



      Ya hace años que quienes asisten al rezo del Santo Rosario a la Virgen de la Seo no tienen problema alguno si buscan asiento. Lo tienen disponible. Aquella masiva concurrencia de cuando éramos más jóvenes, quedó para el recuerdo y la añoranza. Por mucho que quiera encontrar alguna excusa, no la encuentro satisfactoria: la Patrona sigue siendo la Mare de Deu; el mes, Agosto, sí, ese, el de las vacaciones ahora y entonces; el calor, sofocante, pero ¿Cuándo ha sido clemente la meteorología con esta tórrida ciudad? Cambio generacional, me dicen. Antes los padres y los abuelos te hablaban del Miracle, te transmitían aquello que les era tan propio por fe o por tradición. No sé si me equivoco, pero da la impresión de que, salvo excepciones, si alguien te recuerda que se acerca el día de la Mare de Deu es para que no te olvides de que ahí cerca está la playa o la oportunidad de darte un garbeo por España. Otros, intentan sembrar, es cierto también; pero te amohinas sin asumir  aquello de no recoger el fruto de la siembra. Hay quien comenta que falta motivación… Puede ser. El Papa Francisco se harta de enviarnos a las peri-ferias; pero me da la impresión de que aquí mas bien nos quedamos con la segunda parte de esa palabra. ¡Está tan cerca el día quince!
         En el concierto, sí, sea de La Vella o de La Nova, da igual, lleno seguro, y en la Dançà, lo mismo. Y está bien, que no hay nada en contra. Pero…
Pues eso.
         Dice una de las estrofas de los gozos:
         De vuestro amparo propicio toda la ciudad blasona; que por teneros patrona, goza tantos beneficios, y es seguro indicio de la eficaz protección ...
          ¿No les parece una paradoja?
¿Que sigo siendo pesimista? ¿Qué exagero? Pues esperen que, sin solución de continuidad, llegamos al

DIA DE LA PATRONA DE XÀTIVA

Me dicen que la Misa de las Camareras estuvo muy concurrida, como siempre. Menos mal que  todavía podemos pensar en que queda ese remanente de secular devoción y cariño a María. Yo acostumbro a participar en la Misa Mayor. Como en el Rosario, haber asientos disponibles, los había; pero para lo que venimos viendo de unos años a esta parte, no hemos empeorado; pero tampoco es éste un consuelo.
Por cierto y en positivo: si en algo se notó cierta diferencia fue en la actuación del Coro Parroquial. Sensible fue la mejoría. Sacerdotes concelebrantes, los justos; los viejos, al menos, nos percatamos de algunas ausencias; pero, en fin, el calor no hizo mella en nosotros y pudimos rezarle a nuestra Madre por los nuestros, ausentes o presentes; por aquellos que se les esperaba pero no estaban… Nos hacemos mayores. Ya lo comentaba el otro día, y no hay apenas relevo. Sí que ha habido alguno en el grupo de Alets y Camareras. Pero la periferia sigue a lo suyo y nosotros también, a pesar de la Evangelii Gaudium… Léanla, por favor.
La rúbrica, siempre esperada, del Himno no estivo mal, pero no hay forma de oir algún intérprete que lo cante con el gusto y cariño que nace del sentimiento. Esperaremos a que la conjunción astral sea propicia en tempos venideros…

Y LA PROCESIÓN

Poco hay que comentar. Llama la atención que los vendedores de cirios ni se molestan en aparecer desde hace unos años. Ya nadie los usa y, por ende, nadie les compra… Pocos fuimos los atrevidos que  asistimos a este tradicional acto de culto a La Madre. De pena. Presidió el cortejo la Corporación Municipal (parte; como también estuvo en la Misa de doce). Vimos un buen puñado de falleras y una sola niña de Comunión. Hacía calor, mucho calor, es verdad; y lo notamos más quienes tuvimos la osadía de vestirnos de traje…
Antes he calificado la procesión “de pena” y así lo vi. Los Alets tuvieron problemas en las andas, porque no se cubrieron todos los turnos; hay personas que recogen su  tarjetita y luego no aparecen. Y ahora, como en la Semana Santa, se produce el “efecto Bermudas”. La Plaça de la Bassa se engulle buena parte de acompañantes. No sé si es cuestión de metros o de horario. Bueno, pues así somos. Superada la Plaça de la Bassa, llegados sin apenas nadie esperando la procesión, alcanzamos Españoleto y de ahí hasta la Colegiata, ni un alma. Poca gente en la Pl. de la Sèu. Poca gente en el interior del templo. Pequeña muestra de fuegos de artificio y corto Adiós del Sr. Abad, último como tal, después de veinte años. Sosa la recepción a la Patrona. De verdad, ¿Soy yo quien veo la botella medio vacía y debiera verla medio llena?
 En cualquier caso, sólo veo media. No está llena. Repito: ¿Qué nos pasa?
Vuestro, Miguel Mira