dijous, 6 de març del 2025

NO SOLO EDE PAN VIVE EL HOMBRE

 

 “…No nos dejes caer en la tentación…”

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            El tiempo cuaresmal ya iniciado el pasado miércoles y que nos introduce en el camino hacia la Pascua, nos prepara en este primer domingo con la lectura y comentario del Evangelio según San Lucas, cap. 4º, versículos del 1 al 13, es decir, el relativo a:

Las tentaciones de Jesús en el desierto.

Christ in the Desert - Cuadrostock

            Así dice San Lucas:

            “Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto,
donde durante cuarenta días fue tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, tuvo hambre.

Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan».
Jesús le respondió: «Está escrito: No sólo de pan vive el hombre».

Llevándole a una altura, el diablo le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: «Te daré todo este poder y la gloria de estos reinos, porque me ha sido entregada y la doy a quien quiero.
Si, pues, te postras ante mí, todo será tuyo».
Jesús le respondió: «Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás y a Él solo darás culto».

Entonces le llevó a Jerusalén y le puso sobre el alero del templo, y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo,
porque está escrito: Dará órdenes a sus ángeles acerca de ti para que te guarden,
y también: Te llevarán en sus manos, para que tu pie no tropiece en piedra».
            Jesús le respondió: «Está dicho: No tentarás al Señor tu Dios».

Tentaciones de Jesús - Wikipedia, la enciclopedia libre

            Acabada toda tentación, el diablo se alejó de él hasta el momento oportuno.”

Comentario

      Los catecúmenos, antes que nada debían tener claro el camino a recorrer antes de ser bautizados, aprendiendo  de los pasos de Jesús.

            En ese recorrido, hoy se nos presentan las tentaciones comunes, a las que los especialistas prefieren llamar pruebas, las pruebas que nuestros propios demonios, nuestros egoísmos, nuestras propias tendencias, nos abocan a estar en peligro de ser infieles a las promesas bautismales.

   Jesús, lleno del Espíritu Santo, va al desierto, donde estará asistido por Él, y a nosotros no nos dejara nunca solos, siempre tendremos su ayuda, pero nuestra libertad nos puede traicionar. Nuestros propios diablos, nuestras tendencias personales, nos pueden dominar; trataremos de justificarnos con algo tan necesario y justo como el alimento, el vestido, la casa, el bien de nuestra familia... La tentación es pedir y alcanzar un milagro que solucione nuestros problemas. A esta tentación Jesús responde “no sólo de pan vive el hombre”. Eso nos compromete a buscar los valores que van más allá de la simple materia. Que hemos de valorar y buscar y crecer en las virtudes cristianas. Ser misericordiosos, caritativos con todos, amorosos con todos.

    El demonio de nuestra avaricia y nuestro orgullo nos puede llevar a niveles ridículos y apetecer el poder y la gloria. Estos días asistimos al escándalo de un ambicioso, que amenaza con la tercera guerra mundial, que quiere ser el dueño de los demás. Entre nosotros, a nuestro nivel, vemos cómo distintos personajes, se arrodillan por alcanzar el poder sobre los débiles; pero Jesús nos ayuda en la respuesta que nos hace libres: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”.

     Tenemos otro diablo terrible: tentar a Dios.   Todos los milagros falsos, todas las apariciones falsas, con intención de dominar, de enriquecerse, que Jesús condena encajando una piedra de molino al escándalo que equivoca el camino a la gente sencilla que busca el Camino verdadero que conduce a la Vida.

    Hoy vemos cantidad de santones de diversas iglesias cristianas, cuyo fin es la mentira. O hermanos nuestros que no cuidan ni el culto ni la Palabra, que sus días pasan en un aburrido no hacer nada, no saber nada, todos los días son iguales; los suyos y los de su comunidad perezosa.

     Quisiera que oyéramos al Espíritu Santo que nos acompaña con Jesús y fuéramos capaces de cantar y bailar, si fuera preciso, no para hacer clientes, sino creyentes libres y generosos.

      Iniciemos esta Cuaresma descubriendo a nuestros propios demonios, así los haremos callar para oír las respuestas de Jesús que serán las nuestras.

Joaquín Núñez Morant

 

 AL FINAL DE LA ENTRADA DEL MIÉRCOLES DE CENIZA SE AÑADE UN TEXTO DE ISAIAS QUE MERECE LA PENA LEER

 

 

 

 

 

 

 

diumenge, 2 de març del 2025

MIÉRCOLES DE CENIZA

 

            Corresponde hoy tratar del inicio de la Cuaresma. 

Sí, ya estamos ahí, por lo que les presento antes que nada el calendario de las acostumbradas MISAS ESTACIONALES en los MIÉRCOLES de            MARZO:

            Día 12, SANTOS JUANES

            Día 20, SAN PEDRO

            Día 26, EL CARMEN

            MIÉRCOLES DE ABRIL

            Día 2, MERCED-STA. TECLA.

            Día 9, COLEGIATA

            Sea ésta una invitación a todas y todos los cofrades de cuantas asociaciones peregrinamos en Xátiva y hermanémonos en cada uno de los templos con el máximo interés. Sabemos que discurrimos por un camino lleno de dificultades y con  nuestra fe “podemos mover montañas”.

            Ahí lo dejo.

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Por qué nos imponen la ceniza? - Opus Dei

MIÉRCOLES DE CENIZA

El pasaje que vamos a leer enfatiza la importancia de la sinceridad en la práctica religiosa y advierte contra la búsqueda de reconocimiento humano. Jesús llama a una relación auténtica con Dios, quien ve y recompensa lo que se hace con humildad. Este es un resumen que nos conduce a profundizar en la importancia de La Palabra y situarnos en la esencia de aquello en que merece mayor  detenimiento a fin de interiorizar y asumir el verdadero espíritu de oración, del auténtico ayuno cuaresmal para ponerlo en práctica en todo momento y no solo en estos cuarenta días próximos. Pero, después de una detenida lectura,. dejaremos que hable D. Joaquín.

             San Mateo en el cap. 6,1-6.16-18, dice como lo acotamos:

A)  Sobre la limosna
«Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otro modo, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».

B)   Sobre la oración
«Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga.
Tú, cuando ores, entra en tu aposento, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».

C)     Sobre el ayuno
 «Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo que ya reciben su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,
para que tu ayuno no lo note la gente, sino tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará».

 

Comentario

 

          Para un cristiano la Cuaresma ha de ser un tiempo de alegría porque vamos a caminar junto a Jesús preparándonos para la Pascua, fiesta de nuestra alegría, la que da sentido a nuestra vida. “Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe” nos afirma San Pablo. (I Cort.15:14)

            Nuestra Justicia es Cristo y en esa Vida es en la que hemos de vivir: una vida que no podemos prostituir. Si Jesús nos dice “aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”, no es algo que se aprende de repente. Hemos de aprender bajo la mirada paciente de Dios nuestro Padre. La vanidad hipócrita de un fariseísmo, anclado en la Iglesia desde el principio, cosa que testimonia Mateo y escribe a su comunidad de Antioquia y nos escribe hoy en esta Iglesia que estamos viendo vacía, no por nuestras virtudes sino por nuestras mentiras.

            Estamos siendo falsos cuando tocamos la trompeta que anuncia nuestras limosnas; no esperamos nada de Dios, buscamos en cambio el aplauso de los demás.

No sabemos ni queremos orar, como no sea en masa y cantando a coro, ante la mirada de quienes nos rodean para que descubran que también nosotros estamos entre los buenos. El Señor nos llama hipócritas. Ya lo vimos el pasado domingo…

            Qué hermoso es buscar el rostro del Señor, saber que nos conoce, que nos ama por ser como somos para que nos amemos y sepamos qué hemos de pedir, para darle gracias por saber lo mucho que nos ama y lo mucho que le amamos.

            Qué hermoso saber que hemos de ayunar de todo aquello que nos hace egoístas, y qué feo el ayuno mentiroso que aumenta nuestra vanidad y nos une a los que ayunan para encubrir u ocultar su glotonería.

            Ser cristiano es vivir la vida con Cristo, aprendiendo su mansedumbre y humildad. Si esta Cuaresma la vivimos con unas inútiles prácticas cuaresmales no vale la pena que recibamos la ceniza. Cristo ni se puso ceniza, ni mandó que nos la pusieran. Quiso un corazón contrito y humillado que todo lo espera de su Misericordia.

Si no salimos el día de Pascua amándonos más, hemos perdido el tiempo.

            Deseándoos lo mejor os bendice Joaquín Núñez Morant

 ***

            Pienso que tenemos materia sobrada para meditar. Gracias a todos los lectores por su amabilidad. Saludos cordiales, Miguel Mira

 

COMPLEMENTO A LA REFLEXIÓN SOBRE EL AYUNO. CIERTAMENE ILUSTRATIA. ES DE ISAIAS 58, 1-9a

"Así dice el Señor Dios:

Grita a voz en cuello, sin cesar,
alza la voz como trompeta.
Denuncia a mi pueblo su delito,
a la casa de Jacob sus pecados.

Me buscan día a día,
quieren conocer mi camino,
como si fueran un pueblo que practica la justicia
y no hubiera abandonado el mandato de su Dios.
Me piden sentencias justas,
quieren acercarse a Dios.

«¿Para qué ayunar, si no haces caso,
mortificarnos, si no te enteras?»

Mirad: el día de ayuno buscáis vuestro interés
y apremiáis a vuestros servidores.
Mirad: ayunáis entre riñas y disputas,
y golpeáis con furibundos puñetazos.
No ayunéis de este modo,
si queréis que se oiga vuestra voz en el cielo.

¿Es ése el ayuno que deseo en el día de la penitencia?
¿Inclinar la cabeza como un junco,
acostarse sobre saco y ceniza?
¿A eso llamáis ayuno,
día agradable al Señor?

Éste es el ayuno que yo quiero:
soltar las cadenas injustas,
desatar las correas del yugo,
liberar a los oprimidos,
quebrar todos los yugos,
partir tu pan con el hambriento,
hospedar a los pobres sin techo,
cubrir a quien ves desnudo
y no desentenderte de los tuyos.

Entonces surgirá tu luz como la aurora,
enseguida te brotará la carne sana,
te abrirá camino la justicia,
detrás irá la gloria del Señor.

Entonces clamarás al Señor y te responderá,
gritarás y te dirá: «Aquí estoy».**

(DE LA MISA DEL JUEVES)