Id est.
Domingo 21 de Febrero de 2.010
Llegó el Sr. Arzobispo, D. Carlos Osoro. En la puerta principal de la Colegiata, el cabildo colegial revestido con sus ornamentos catedralicios, presidido por el Sr. Abad con el Lignum Crucis, que le dió a besar al prelado. Breve visita y oración al Santísimo en su capilla; el Cristo del Carmen testigo de excepción de su primera visita a nuestra Basílica...
Ajetreo de la gente responsable de protocolo: cada cual a su lugar. Suena el órgano. Entra en el templo la Corporación Municipal. Preside el Alcalde.
El Consejo de Pastoral, la Junta Diocesana de Hermandades de Semana Santa, la Hermandad de Cofradías de Xàtiva, y numerosa asistencia de fieles presentes para participar en la Eucaristía, llenando por completo la iglesia, con el acompañamiento de la Capella Art Music, con Josep Manel García a la batuta.
Suena el campanil; suenan las voces armoniosas de la coral; la procesión sacerdotal recorre la Vía Sacra hasta el altar.
D. Arturo Climent da la bienvenida al Arzobispo con palabras de recordación histórica y ofrecimiento cortés de la sede.
Concelebran con el oficiante principal el Abad, dos canónigos, los párrocos de Ntra. Sra. de la Merced y de Ntra. Sra. del Carmen, un ex vicario de La Sèu (D. Antonio Bataller) y otro sacerdote (¿el Familiar del Sr. Obispo?).
Nos sorprendió la tesitura de voz de D. Carlos; le hubiéramos oido -aun sin micro- perfectamente; y nos alegró oir en valenciano los primeros párrafos de su homilía, y se lo agradecimos. Certeras reflexiones sobre el Evangelio del día: las tentaciones. Tener, Poder, Endiosamiento... Llamada a la confianza en Dios en este tiempo de Cuaresma, de conversión, de acercamiento al hermano...
Y, al final, bendición solemne de la Exposición Diocesana de Iconografía de la Semana Santa. Posteriormente, en la Casa de la Cultura, inauguración de la Exposición de Fotografía sobre motivos igualmente semanasanteros.
Comienza en nuestra ciudad de un modo un tanto especial la Cuaresma.
Hemos acogido una magna exposición... Se ha hecho un gran esfuerzo.
Al final, habremos de preguntarnos si mereció la pena y, sin duda, nos contestaremos que dependerá desde qué punto de vista examinemos lo acontecido.
(Esta pequeña crónica es de M. Mira Manzanaro)
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