dilluns, 1 de maig del 2023

DE SANT PERE A LA MERCED

LA PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA E LA MERCED Y SANTA TECLA RECIBE A LA PATRONA

 

      Y lo hizo emocionadamente y con manifiesta alegría.

      Comencemos diciendo que durante esta semana pasada en
San Pedro, como me he podido informar (les confieso que yo no fui hasta la parroquia), con sus puertas abiertas muchas horas el día, la Virgen de la Seo ha sido visitada por muchos de sus hijos de aquel Barri del Mercat, y el sábado 29 María vio cómo se mantenía el fervor en su despedida de aquella sede.

      Mi esposa y yo la esperamos en la Plaza de St. Francesc, donde había ya muchas personas a la espera y nos unimos al numeroso acompañamiento. Al llegar a la Pl. de la Bassa muchos más fieles abarrotaban el lugar aguardando a la Mareta; y allí, expectantes, los parroquianos de La Merced vieron llegar a brazos de falleros del Cid y de gente de San Pedro las andas con todas sus luces brillando al anochecer con María que les sonría a su llegada.

      La banda de tambores y timbales de la Cofradía del Santo Sepulcro, que había precedido el cortejo, se retiró a un lado; los portadores cambiaron, siendo sustituidos por los receptores, y sonó u largo estruendo de los timbales despidiendo a la Virgen, comenzando entonces la banda de tambores de la Congregación del Santísimo Ecce Homo a marcar el paso del seguimiento, numerosísimo, que inició el itinerario por la parte alta y antigua de aquel barrio. Nos quedamos en la iglesia, donde todavía se estaba celebrando la Santa Misa. Pocos minutos después de la eucaristía, se oían a lo lejos los compases de la percusión y los cofrades del Ecce Homo acudieron a tomar en sus hombros la sagrada imagen, que se hallaba sobre las andas desde Semana Santa, y con toda solemnidad la sacaron a la calle, a  la espera de su Santa Madre. Emotivo, histórico y tal vez irrepetible momento, ¡Dios mío qué hermoso recibimiento!


 El Hijo se acercó hacia la esquina a Taquígrafo Martí, para ir retrocediendo lentamente y dejar paso a María, que, asimismo, poco a poco, iba acercándose a las puertas de la iglesia, cara al pueblo, entre aplausos, y vítores… Socarrats, tots a una veu! 

 Lógicamente, una vez situada la sagrada imagen al pie del altar mayor, en el lado del evangelio, hecho el silencio, tras la bienvenida, el párroco anunció la programación de las celebraciones durante la semana, se cantó con vibrante emoción su centenario himno y, así, nos despedimos de la Patrona. 

  Un saludo, Miguel Mira

Fotos: Lolita Novella