dilluns, 8 de maig del 2023

Sábado 6 y Domingo 7 de mayo

 

HABLAMOS DE LA VIRGEN

       Esta semana, del 29 de abril al 6 de mayo, la imagen titular de nuestra Patrona ha hecho estación en la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced y Santa Tecla, como ya saben. También quienes me conocen saben que mi esposa y yo solemos oir misa casi a diario en Sant Francesc; pero estos día hemos preferido acercarnos hasta La Merced por motivos obvios.             

    Antes de seguir, he de hacer una observación a propósito de la llegada de la imagen de la Virgen de la Seo a Santa Tecla. He oído algún comentario desaprobando el “encuentro” entre el Ecce Homo y María de la Seo. Les digo lo que yo pienso: Cuando vi acercarse al anda del Ecce Homo a sus portadores me temí una impropia e incongruente recepción a la Patrona. Pero, no obstante ser enemigo de las incongruencias, como es la de que la Madre con su Bebé-Dios al brazo vea ante sí a ese mismo hijo treinta y tres años después burlado, azotado y ensangrentado, no me arrepiento de lo que escribí en este blog días atrás. Sinceramente. Olvidé la anacrónica estampa que imaginaba y me encantó la plasticidad del acto, pensando que, en realidad, lo de menos era la imagen, dicho sea con todo respeto; vi o quise ver una congregación, una comunidad parroquial que con su prenda más preciada recibía a la Madre y le abría la puerta, le dejaba espacio y la acogía en su casa… De ahí que califiqué y califico de hermoso aquel recibimiento.

            Sigamos. Yo personalmente el viernes 5 tuve especial interés al saber que se iba a ofrecer un singular concierto en el que actuarían Marta Gironés al órgano, María Camáñez al violín y Mónica Grau, sobrina de Marta, como soprano. 


 Bien que mereció la pena gozar de aquel obsequio musical que las tres dedicaron a la Virgen. Sabía de la excelente tesitura de la vos de la solista, sabía de la experiencia y buen hacer de Marta al órgano. La Srta. Camáñez me era desconocida, pero pronto me di cuenta de su  buena preparación. A fuer de serles sincero, les diré que desconocía que Mónica también fuera violinista y bien que demostró que lo era, alternando algunas intervenciones. Muy apropiado fue que la propia solista explicara brevemente, antes de cada obra, su contenido y su sentido, incluido el de algunas notas específicas del Stabat Mater, de Pergolesi.

            Agradecimos cada interpretación con merecidos aplausos que se multiplicaron al escuchar  aquellas Avemarías de Schubert, de Gounod y de Caccini, para llegar, tras el Aleluya de Cohen, no menos aplaudido, al himno de la Virgen. Nos dijo Mónica                                                        

que era la primera vez que lo cantaba y que le parecía muy bonito. Comenzó el órgano a marcar las primeras notas y, puestos en pie, cantamos el estribillo y la gente que, posiblemente, no se esperaba la interpretación de las estrofas, rompió en aplausos pero se hizo el silencio al empezar los versos que tan entrañablemente escribió el canónigo Hinojosa: “A  la sombra de tu manto cariñoso…” y si pocos días antes Ignacio Giner nos hizo vibrar, no fue para menos esta interpretación de Mónica Grau. Les juro que tengo testigos de verme salir emocionado de La Merced. Sé que el maestro Ramírez escribió su música para ser cantada por un tenor y tengo en mi recuerdo a D. Rafael Matéu y aquella Schola Cantorum tantas veces escuché en mi niñez… Pero cuando un amigo me comentó ese particular, le contesté que si el himno se canta de corazón, como el que acabábamos de oir, tanto me da que lo interprete un tenor como si lo hace una soprano. Lo que vale, pienso, es el amor con que se ofrece a la virgen. Así se cumple lo que el autor de la letra afirma en la segunda estrofa: “…y con notas de exquisita melodía, ofrecerte nuestro amor fino y leal” (Yo sustituiría “fino” por FIEL, pero respetemos el original porque lo otro sería redundante. Enhorabuena a la parroquia de La Merced por estos días de marcada devoción mariana; y enhorabuena al terceto que nos hizo sentir ese amor a la Mare de Déu de la Seu. 

                                                                        

              Y nos fuimos a Santos Juanes.  

              Sábado 6.                                                      

                      Después de la Misa, celebrada a las seis de la tarde con asistencia de los niños que se preparan para su primera comunión son sus padres, salió la imagen de la Virgen con un excelente acompañamiento hacia la parroquia del Arrabal. Estuve presente en el momento de la salida y la acompañé un breve espacio de tiempo; pero puedo dar testimonio de su llegada a la parroquia mediante unas fotos que me envía mi amigo Rafa Blesa. Como se  ve, llegó a otra de nuestras comunidades, allá al Oeste de la ciudad, antigua “judería” donde un barrio humilde ha extendido sus brazos con nuevas edificaciones unifamiliares y edificios de viviendas con calles nuevas de las que no me sé los nombres o no los ubico.


            El primer acto, después de situada la imagen de María en el espacio cercano a la Santa Cena, fue la ofrenda de flores muy participada y signo inequívoco de la devoción de este “pueblo soñador”. 

            Espero que la estancia de la imagen de la Virgen de la Seo en Los Santos Juanes sea fructífera, al menos acrecentando nuestras oraciones a través de María de La Seo y de Fátima, para que interceda por tantas y tantas necesidades como necesitan de su ayuda.


                                                                         Foto de Elisa Cano             

 Vuestro, Miguel Mira.