dimarts, 23 de maig del 2023

MAS ALLÁ DEL MERCAT

La Señora presidenta, Dª Maria Luisa Ramón Pérez, retomando el relato del sábado 20, nos ofrece la siguiente crónica:

Decíamos ayer…

Siguió la venerada imagen de la Mare de Déu de la Seu el pasado sábado 20 de mayo, su peregrinar por las calles de la demarcación de la parroquia. Os confieso que tengo debilidad por el paso de la Virgen por la Xàtiva antigua; ir detrás de Ella, como en romería, y verla ascender por la empinada calle de L'Ardiaca, es un espectáculo de fervor mariano irrepetible. Los vecinos de las calles de la parte alta de la ciudad se volcaron con la Madre de Dios. Vi su máxima expresión en la Calle de San José: balcones y ventanas engalanados, fieles en la calle, pétalos de flor por doquier al paso de la Patrona...

Me conmueve enormemente ver los rostros vueltos hacia Ella, emocionados, suplicantes, siempre agradecidos. Rostros llenos de esperanza. “Mare de Déu, misericòrdia!”

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Regresamos a la Colegiata contentos, muy satisfechos. 

Los actos programados iban a culminar a la mañana siguiente, el domingo 21, con la visita de la Mare de Déu al cementerio municipal de Xàtiva

La primavera se ha presentado este año caprichosa, en lo que a meteorología se refiere. El domingo día 21 de mayo hubo un amago tormentoso que motivó el retraso de una hora en la salida de la comitiva que iba a acompañar a la Mare de Déu hacia el cementerio. A las cinco de la tarde iniciamos nuestra andadura. El paso era ligero, porque la Virgen iba sobre su plataforma móvil; el trayecto, pasando por el puente del Claret y el polígono comercial de la ciudad, así lo aconsejaba y fue todo un acierto.

Al paso de la Madre por la Calle de Sant Agustí, salió a su encuentro la imagen de traslado del Santísimo Cristo de la Expiración, “El Cachorro”; precioso regalo de su clavariesa, Matilde Sanz Mayor.

Como os digo, el camino fue ligero y lo vivimos con inmensa alegría, ya que fuimos muchos, yo diría que todos, los que pudimos participar en la llevanza de la Virgen.

En las puertas del cementerio, la Virgen subió a hombros de sus hijos e hijas. Y así recorrió sus calles, bendiciendo el sueño de quienes allí descansan.

Es difícil expresar el sentimiento tan profundo que nos invadió en el Camposanto, allí donde reposan los restos mortales de aquellos a los que tanto amamos.  

El Sr. Abad rezó un responso. Y emprendimos el regreso a la Colegiata.

La Mare de Déu de la Seu volverá a las calles el día de su fiesta, el día 5 de agosto. Mientras, permanecerá en sus andas, donde seguirá mirando a sus plantas rendidos, a los hijos de su amor.                                                                                                       
    María Luisa Ramón Pérez