dijous, 7 de març del 2024

Me dio motivo para pensar

 

TERCERA MISA ESTACIONAL

 

            Ayer, 6 de marzo, correspondió a la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced y Santa Tecla, a la que asistimos un puñado de fieles que colmamos su aforo.

            Comenzaré esta crónica, comentando algo que me llamó la atención, y es que –si no me falla la memoria- el arreglo del altar mayor sufrió un cambio, un cambio muy acertado para mi gusto. La verdad es que no me agradaba ver cubierto el altar con cortinajes que cubrían la imagen de Nuestra Señora en méritos a su Santísimo Hijo, cuya imagen sobresalía en lo más alto. Seguro que Aquella lo perdonaba, pero no ví nunca la pertinencia del singular montaje. Ayer, los cortinajes rojos, cubriendo los laterales del altar, resaltaban la brillantez del retablo sobredorado en todo su esplendor y dejándonos ver a la Madre sin menoscabo alguno para la veneración del Santísimo Ecce Homo, perfecta y cuidadamente entronizado. 

                                                                          

  

            Si es de algún valor mi humilde testimonio, vaya mi enhorabuena por la decisión.

            Al pie del altar, en el presbiterio, a cada uno de los lados, había sendas cartelas con testimonios de la tremenda persecución de los cristianos en algunos países, mártires a los que se aclamó el celebrante, D. Raul Jiménez, cura-párroco en esta antiquísima iglesia, en tiempos dedicada a San Miguel por la orden mercedaria, como él recordó al dar la bienvenida al comienzo del acto.

            Nos ayudó a rezar un entonado coro, al que acompañó con sus expertas manos al órgano, Marta Gironés.

                                                                            



            Pero no quiero que este breve relato quede reducido a lo puramente ornamental o de acompañamiento, porque la estudiadísima homilía de D. Raul –quizás, un pelín larga- no tuvo desperdicio e interpeló, principalmente, a las asociaciones de fieles, que somos unas cuantas, que, según sus atinadas palabras (ese es mi humilde parecer) deberíamos “oler a evangelio”. Fue crítico a la hora de considerar cuál es la actual situación de algunas cofradías que han ido perdiendo el objetivo por el que nacieron: evangelizar, y, cuando esto sucede, parecen abocadas a desaparecer, al tiempo que crecen otras cuyo pilar fundamental es La Palabra, La Oración  y la Eucaristía. Por ello, llamó a la reconversión, a la autenticidad, al SERVICIO… En esto me recordó la homilía del Sr. Abad en la Estacional de La Sèu, así como la referencia del propio D. Camilo al momento de la renuncia. Y, finalmente, encomendó a la Iglesia Sufriente que intercediera por estas intenciones.

            Materia de reflexión nos dejó una buena carga; pero esto no es nuevo. Ya hace al menos cuarenta años hubo quien ante la Hermandad de Cofradías propuso celebrar a nivel local un congreso para reflexionar precisamente sobre semejantes cuestiones y solo mereció una sonrisa socarrona de la mayoría de asistentes. Con más o menos altibajos, la situación no es mejor. Me perdonaréis si le molesto a alguien. En general, preocupan más los aspectos externos (aun siendo importantes) que el fondo de la cuestión. ¡Tiene toda la razón, D. Raul!

            Lamento mostrar este escepticismo, pero…

            El solemne acto terminó con el rezo de las oraciones del novenario y el canto de los gozos al Santísimo Ecce Homo.

            Me uno a la aclamación que fervorosamente se repite en el canto:

            “Por vuestra sangre preciosa, ¡dadnos Jesús vuestro amor”.

            Las fotos son de Lorenzo Segarra (altar); Rafa Blesa (Coro)           Gracias por leer este blog. Cordiales saludos, Miguel Mira.

            Xàtiva, 7 de marzo de 2024