divendres, 30 de març del 2012


JUEVES DE PASIÓN
29 de Marzo de 2.012
COFRADÍA DEL CRISTO DE LA EXPIRACIÓN
“EL CACHORRO”

            Antes de entrar a comentar la procesión, se me ocurre que podría dar razón –de ciencia propia- de algunos detalles de la pequeña historia de esta cofradía que, a lo mejor, no son conocidos. Si lo son, pues nada, servirán de recordatorio.
            Su fundación se gestó en mi casa. A la sazón, mis padres vivían en el conocido “Mirabar”, donde también radicaba la Música Nueva (Calle de Tetuán). Las veladas en la llamémosle trastienda en invierno o “a la fresca” en verano, reunían a algunos clientes y amigos y en aquél mentidero se comentaba todo lo divino y lo humano, se hablaba de fallas, de teatro, de música, de trivialidades y de cosas de la vida local. En una de esas veladas, presente D. Emilio Escudero, nuestro recordado y estimado Emilio, a mi padre se ocurrió retarle a que no sería capaz de organizar una cofradía en la que hacer partícipes a gitanos y Guardia Civil. Lógicas bromas, en principio, comentarios más o menos jocosos…, pero la cosa fue tomando cuerpo, ya que a la idea lanzada por Pepe Mira se unió entusiásticamente Chimo Esplugues y, poco a poco, cuajó un proyecto que involucró desde la familia gitana, pasando por Da. Vicenta Balbastre, Da. Carmen Maravall y otras señoras, al entonces Coronel de la Guardia Civil D. Isabelino Cáceres y un buen número de payos. Por supuesto, la aceptación de Emilio Escudero y de Juanita, su esposa, y la totalidad de esta rama de gitanos de Xàtiva fue incondicional. Lógicamente, una vez que tuvieron que ejecutar el plan, había que encargar la imagen, que no podía ser otra que la del Cachorro y que modeló nuestro recordado Paco Bolinches. Había que diseñar la vesta y se convino que fuera con túnica y capirote morados; capa y fajín blancos; y había que decidir la sede. A mi padre se le ocurrió que podría ser la iglesia de St. Feliu, pensando en que en otro tiempo la ermita de San José albergó la imagen de la Oración en el Huerto, destruida en el 36 y, en consecuencia, él también dibujó el escudo distintivo de la asociación: escudo de Xàtiva y, sobre él, en la parte inferior derecha según se mira, una rueda de molino y una palma, recordando el martirio de San Félix.
La idea de esa sede no prosperó, dadas las dificultades que suponía el trasladar la imagen, aparte de que el Señor Abad de la Colegiata convenció a los promotores de que el lugar idóneo para depositarla era La Sèu. 1.966 fue el año de nacimiento de la cofradía (Octubre). Y vinieron los fastos. Los primeros desfiles son de recordar: un buen número de cofrades, ya digo, payos y gitanos, con vestas confeccionadas por mi madre, mi tía Nieves y otra señora que ayudaba, Antonia, y que se les facilitaban gratuitamente a los penitentes. Y con los penitentes, abriendo paso, la banda de cornetas de la Guardia Civil a caballo; como jefe de anda, el Sr. Esplugues; presidiendo, señoras payas y gitanas con su mantilla española; la junta de la cofradía con D. Isabelino en  la presidencia de honor y, por supuesto, la Hermandad de Cofradías e indefectiblemente la Música Nova. Pueden ustedes pensar cuál era la cara de satisfacción de mi padre; también mi hermano menor fue clavario del Cachorro. Yo, la verdad, siempre miré expectante y más bien con ojo crítico. Pero ahí está la “gesta” y el resultado.
            Después de estos recortes de mi memoria, la evolución de esta asociación, sus problemas cuando desaparecieron aquellos copartícipes, su revitalización, básicamente y con gran esfuerzo conseguida por Antonio Escudero y sus colaboradores, queda para otro relato de la particular historia de nuestra Semana Santa.
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TRASLADO 2012

           Comencemos con un breve anecdotario: Una hora exacta tardó en recorrerse el kilómetro que mide nuestra Alameda. Eso sí, este año la rotura de farol quedó para más tarde y no se produjo hasta llegar a l’Hòrt de Mora. Ese incidente ya viene siendo un clásico. Música a cargo de la banda de Confrides. Entre las marchas, Cristo del Cachorro, compuesta a propósito por D. Rafael Sanz Mayor, que fuera clarinetista en la Música Nova y que se estrenó por esta banda el 28 de Marzo de 1.999, siendo director D. Julio Juan García, en la procesión de traslado de Jesús Nazareno. Adivinen quién fue clavario ese año. Disculparán ustedes que hoy me salga la vena histórica ¿Será que me estoy haciendo viejo? Seguro, eso ha de ser. Perdón, pues, por estas licencias.
            Nuevamente, nos llamó la atención el contínuo aumento de miembros de la banda de cornetas y tambores; también en ésta chiquillos que no levantan dos palmos del suelo. Parece una tendencia actual a tratar de nutrir el número de cofrades con la promoción de las bandas de tambores. Y está bien. Pero siempre me hago la misma pregunta: ¿No estamos pensando más en dar una buena apariencia que en los fines de espiritualidad que deben regir las asociaciones de fieles? No es que estén reñidas las dos cosas; pero da la impresión que van en paralelo antes que en sentido convergente, y ustedes me entienden.
            Hasta anoche, este ha sido el traslado con mayor número de acompañantes y de penitentes con vesta, seis de ellos, concretamente, con el originario capirote. Aparte, claro es, de los portadores con su específica indumentaria. Presidencia de la cofradía lucida, y Hermandad de Cofradías.
         Ya observamos que desde el pasado año no es imprescindible la interpretación de la marcha Mater Mea para incitar a los portadores al zarandeo del anda. Y, como enfaticé en la crónica de la Camilla, expectación desde el principio hasta el fin. Sobre todo en la Alameda se podía ver cómo a medida que iba avanzando la imagen los grupos de espectadores anduvieron, en bloque, por ambos lados, tratando de adelantarla para poder contemplar una y otra vez el ya clásico baile del anda. 
                     Siempre pienso y me pregunto: ¿sólo nos quedamos con eso…?
            Vuestro, Miguel Mira