dijous, 1 d’abril del 2010

CRISTO DE LA PALMA

Día 1º de Abril de 2.010. Jueves Santo.

13 horas. Todo preparado en casa de la Señora Clavariesa, la Cofradía de la Purísima Sangre de Cristo se dispone a trasladar hasta la Colegiata la imagen del Cristo de la Palma. La corona y el “I.N.R.I.” de plata han sido bruñidos con todo cariño, el ramo que nos señala hacia el cielo luce la palma blanca que le da su tradicional nombre; y el velo, que tantas veces anudó el querido Antonio Mollá al pie de la cruz, lo anudó hoy el Síndico Presidente. Y salimos a la calle de Ausias March. Canta el motete: Velum templi scisum est, et omnis terra trumuit…, el velo del templo se rasgó y tembló la tierra toda… No se canta completo, y nos consta que las partituras existen porque las restauró Félix Vela, que fuera director del Còr Polifònic. La procesión discurre como es costumbre con las velas encendidas de un buen número de cofrades y acompañantes, y se suceden los relevos para transportar el dulce peso de este secular crucifijo, historia viva en nuestras manos. Últimamente, se cuelan en las procesiones por donde menos te lo esperas los captores digitales, que pretenden fotogramas para el próximo concurso…; anoche había una turba de ellos, y aquí no podían faltar; y es que adoptan las posturas mas inverosímiles para obtener el ángulo de visión perfecto. Está bien, de algún modo están siguiendo a Cristo o a la Virgen, según el paso. La entrada del Santísimo Cristo en la Colegiata siempre es muy solemne. Le espera el coro ya dentro del templo y canta esas tres partes del Velum Templi, Omnis terra, Latro de cruce… Y el Abad Párroco, al pie del altar mayor, en el crucero, recibe a Jesús muerto en la cruz, árbol de la vida, y reza una oración: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos… Ya está dispuesto el Salvador para presidir las celebraciones litúrgicas del Jueves y del Viernes Santos.
¿Y nosotros?
M.Mira