divendres, 5 d’abril del 2019

CUARTA MISA ESTACIONAL


“Pues sois mi Padre y Señor,

aunque en pasión dolorosa,

por vuestra Sangre Preciosa,

dadnos, Jesús, vuestro amor…”



            Quinto día del novenario que la Congregación del Santísimo Ecce Homo ofrece a su titular, y Cuarta Misa Estacional de Cuaresma, celebrada en la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced y Santa Tecla. En un día casi  veraniego nos reunimos en comunión un buen número de fieles de las distintas parroquias de la ciudad. Se me hace cuesta arriba volver a decir aquello de “y unos pocos cofrades de las distintas asociaciones que integran l Hermandad de Cofradías”; y si me da cierto reparo es por tener que constatar de nuevo el desinterés de quienes más implicados deberíamos estar en estas ocasiones especiales; pero no sé si por falta de información desde nuestras propias asociaciones,  por indiferencia o por indolencia, lo cierto es que venimos dando la nota. Lo siento; perdonad si estoy equivocado.

            Desde otro ángulo, ciertamente, La Merced tiene mayor aforo que San Pedro o Santos Juanes, y el templo estuvo lleno; hubo poquísimos huecos. El Consejo Parroquial preparó y se repartieron unos cuadernillos impresos con los cánticos a interpretar durante la celebración y el texto del ejercicio dedicado al Santísimo Ecce Homo.

            Hoy ofició la misa con los demás sacerdotes concurrentes  el vicario parroquial, D. Juan Huguet, en ausencia de D. Raul Jiménez, de camino a Santiago con un puñado de jóvenes. Destacaré la idea que nos hizo reflexionar cuando en la homilía, refiriéndose al Ecce Homo, llamó la atención de que está con las manos atadas para que nosotros quedáramos libres de las ataduras del pecado…

            La misa fue muy participativa; la gente de la parroquia trabajó en la preparación y en el desarrollo del acto y lo hizo bien. En el coro, destacar que el organista no fue otro, ni más ni menos, que nuestro amigo Paco Perales. Como conocíamos los cantos, los asistentes respondieron mejor que otras veces. Al terminar la eucaristía, después de una hermosa acción de gracias, se rezó por D. Juan Aguilar (cuántas veces lo hizo durante tantos años de cura…) el ejercicio de la novena y se cantó el conocido himno a Jesús, a ese Ecce Homo de las manos atadas, a ese Jesús del real cetro, a quien tan fervorosamente imploramos su amor.

            Tenemos ya en puertas la Semana de Pasión. Comienzan los traslados. Y la próxima y última Misa Estacional la celebraremos, Dios Mediante, en la Colegiata.

            ¿Seremos capaces de llenar el templo?

            Vuestro, Miguel Mira