dilluns, 2 d’abril del 2012


SÁBADO DE PASIÓN
Y
DOMINGO DE RAMOS

I
SANTÍSIMO CRISTO DE LA FLAGELACIÓN
Sábado, 31 de Marzo de 2.012


           Como cada año, la cofradía del Señor de la Columna traslada la imagen de clavario y lo hace con el mismo rigor, disciplina y silencio penitencial ejemplares que ha adoptado desde hace unos años, en cuya procesión participa como cofradía invitada la de La Flagelación de la ciudad de Gandía, además de una banda de trompetas, tambores y gaitas abriendo el desfile.
                  Buen acompañamiento.
         En esta ocasión me pareció incluso que participó mayor número de cofrades.
        Algo que impresiona, aparte del ruido del arrastrar mortificante de cadenas y cruces, es ese toque de campana, espaciado, que parece llamar a la oración en el silencio de un claustro, esta vez, itinerante. Y un incensario del que procede  una nube de perfume, como recogiendo el resumen de esa penitencia, haciéndola grata a los ojos del Cordero de Dios Paciente, atado a la columna y sangrante por causa de nuestros pecados, esos azotes inmisericordes, envolviendo en tan aromática nube el sacrificio que cariñosamente se le ofrece. Así, el cuerpo lacerado de Jesús recibe como un bálsamo esa ofrenda de gratitud que envuelve el ejercicio penitencial voluntaria y conscientemente asumido.
            Al final, la acostumbrada doble presidencia; y, cerrando el desfile, La Nova, por primera vez en los traslados del presente ejercicio. Una gozada volver a oir ese Cristo del Cachorro de Rafael Sanz o Memoria Eterna, de Sanchis Morell, ambos músicos que fueron de la propia sociedad.

II
ENTRADA DE JESÚS EN JERUSALÉN
“LA BURRETA”

         Impresionante la participación de fieles. Impresionante. Abría paso la banda de tambores de la Academia Rytmus y cuando ésta se hallaba frente a Correos, en la Alameda, todavía no había salido la imagen de la Colegiata. Mayores, jóvenes, niños y niñas, palmas y ramos (este año, más ramos de olivo que palmas; la crisis…) y una cofradía ya bien nutrida con esa mini banda de tambores propia, con la gracia de esos pequeñajos percusionistas. Y ese grupo entusiasta de portadores, conformando un conjunto que supo salir con esfuerzo de aquella crítica situación de hace unos cuantos años, gracias a una junta con ganas de trabajar y sin cejar en el empeño.
           En cuanto al orden, ni un solo corte.
           Lo que sigue puede que ya lo haya dicho en otras ocasiones; pero siendo como fui uno de los primeros portadores (6º de Bachiller) cuando se creo la cofradía, no he de negar que me tira; y abusando quizá de la confianza de sus actuales rectores, creo que me puedo permitir esta pequeña licencia:
   Ya sé que se trata de una procesión; pero si recordamos la espontánea manifestación de aquel pueblo que recibió con palmas al  Mesías, no lo haremos viendo a la gente en dos hileras bien formadas y en silencio aunque sea relativo… Aquello debió ser algo bien distinto, y me comprendéis perfectamente. ¿No sería –pregunto- más propio que el orden fuera un tanto más informal? ¿No sería deseable que se intercalara algún grupo que entonara algún cántico? ¡Hosanna filio Davis…! Al principio sí que se hacía, claro que entonces participaban los colegios y tal vez fuera más fácil, pero… ¿cabría pensarlo?

III
JESÚS NAZARENO

Por primera vez en la historia de la Hermandad de Portadores, como ya dijimos en otro lugar, la imagen de traslado había de ser acogida, como así fue, en casa de una hermana portadora: Da. Elena Pascual Bataller. Y no solo debo reseñar su evidente y sincera emoción por este hecho, sino porque, al propio tiempo, nuestro Hermano Mayor Honorario, al ser el portador más antiguo de nuestro censo, a la sazón, es su padre, D. Emilio Pascual Bellver. Por su edad, ya hace algún tiempo que no participa en las procesiones; pero anoche la esperó y, al pasar frente a su casa, se incorporó a la presidencia para acompañar junto al Sr. Abad y a la clavariesa, su hija, la imagen de Jesús Nazareno hasta el domicilio de ésta. Estuvimos de enhorabuena.
Hecha esta introducción obligada, además de sentida, referiremos que el traslado comenzó puntual con la participación de la banda de Rytmus abriendo paso, como ya viene siendo habitual; y de la Música Nova, que turnaba, cerrando el desfile. Buena asistencia de acompañantes y –tras la cruz de guía- los penitentes. También debemos reseñar que concurrió un número aceptable de ellos. Sin embargo, no podemos ocultar que seguimos pendientes de obtener cum laude en cuanto al orden, silencio y uniformidad. Lo siento, pero es así. Por el contrario, la llevanza del anda precisamente anoche fue casi ejemplar; notable alto para los portadores.
Tendremos que insistir en la solución de nuestra asignatura pendiente.

Vuestro, Miguel Mira.