dimarts, 22 d’abril del 2014

RESURREXIT



EMAÚS

            Después del anuncio que nos relata Lucas: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? ¡No está aquí, ha resucitado! (24; 5), siempre me ha gustado recrearme en la reflexión que brota de los versículos 13 y siguientes del propio Cap. 24 del mismo evangelio de San Lucas.
            Aquellos discípulos, decepcionados, cariacontecidos, tristes, camino de Emaús, fueron incapaces de reconocer a Jesús, a ese al que amaban y en el que confiaban, a pesar de hallarse caminando junto a ellos. No habían entendido nada; pero la compañía les era grata e invitaron a ese caminante a quedarse con ellos; y tan sólo cayeron en la cuenta de quién era al partir el pan… “Y se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las escrituras?” (24; 32). Y salieron corriendo…
            Nosotros hemos estado muy ocupados de camino. Nuestro particular Emaús parece ser el dar cumplimiento a nuestras tradiciones. Hemos recorrido kilómetros con el cirio encendido; y a nuestro lado estaba Jesús. También, algunos (no todos) hemos asistido a las celebraciones litúrgicas, a la predicación cuaresmal, porque nos consideramos creyentes y algunos (no todos) practicantes. Pero, comenzando por mí, ¿cuándo he sentido ardor alguno en mi corazón? ¿He salido corriendo para anunciar a los demás que Cristo ha resucitado?
            Entiéndaseme. No se trata de salir a la calle y pregonarlo por las esquinas vestido de saco y los pies descalzos. Pero ¿se me nota que, aparte de pasearme varios kilómetros con o sin vesta durante quince días, soy consecuente con aquello que aparentemente estoy testimoniando? Lo más que puedo pedir es que me concedáis el beneficio de la duda.
            ¿A que podríamos generalizar?
            ¿Y el resto del año?
**
            ¡Resucitó! ¡Aleluya! La todavía joven Cofradía de Jesús Resucitado y María Inmaculada, radicada en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, organizó la procesión del Encuentro Glorioso en la espléndida mañana del Domingo de Pascua, 20 de Abril de 2.014. Lo vi un tanto frío, con poco acompañamiento y casi ninguna expectación. Este año Jesús fue sobre ruedas…, y quien esto escribe y otros dos compañeros de junta estuvimos escudriñando el carro… No sé por qué sería (sí que lo sé y otros también lo sabéis; pero seamos discretos).
            Y terminó la solemnidad con el sonar de docenas de campanillas, con la suelta de palomas, con el cántico del resurrexit y, después, la Santa Misa. Y me dio la sensación de un dejà vu…: “Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?” (Hechos, 1; 11). Pues eso, que espabilemos.
            Todos, y yo el primero. Vuestro, Miguel Mira.

7 comentaris:

llinamarti@gmail.com ha dit...

Un bienintencionado consejo sobre la anécdota de "escuadriñamiento" sobre el carro del Cristo Resucitado. Dadas las dificultades de este tipo de carro para dejar el anda sobre el mismo y para levantar la imagen desde el mismo, durante el acto, como pudieron comprobar, mejor buscar otros modelos que no precisen de tantas maniobras ni costosas rectificaciones...

Hermandad Portadores Nazareno Xàtiva ha dit...
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Hermandad Portadores Nazareno Xàtiva ha dit...
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Hermandad Portadores Nazareno Xàtiva ha dit...

El "escudriñamiento" no se centraba en el sistema propiamente dicho. Mas bien se trata de una ironía de régimen interno. El Nazareno ya tiene carro y sobre el se guardan las andas en el Museo Parroquial durante el año y se usa para su trasiego doméstico. Lo anecdótico radica en las perspectivas de futuro. Gracias por la observación. M. Mira

24 abril de 2014 3.48
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llinamarti@gmail.com ha dit...

Si, he visto el carro. El tema de las perspectivas de futuro también requiere un análisis. Mucha gente cree que el carro puede ser la solución, pero hay que tener en cuenta que para empujar un carro con este peso y dimensiones por las calles y cuestas de la volta general se precisan, medidas suplementarias de seguridad y bastantes portadores (no bastan tres o cuatro como a primera vista puede parecer, al margen de los necesarios para las maniobras delicadas de subir la imagen al carro y quitarla luego) y, además, muchos de ellos, seguramente, no estarán por la labor de empujar, si se dejan de llevar las imágenes a hombros, como es tradición.

Por otra parte, una posible solución podría ser contar con una base de datos (telefóno móvil y email, como mínimo) de un número mínimo de portadores fijos para que la imagen vaya bien, y otro grupo de portadores ocasionales que puedan realizar relevos un tiempo de la procesión, en puntos del recorrido acordados de antemano.
Se trataría de mantener el contacto con estos portadores durante todo el año, solicitándoles un compromiso expreso (a través, por ejemplo, de un grupo específico de portadores, para este cometido, utilizando herramientas tecnológicas de fácil uso y mayoritarias como whatsapp)para que confirmen la participación en la procesión de cada año. Y al mismo tiempo dos o tres de los propios portadores podrian, desde dentro, dinamizar este grupo, actualizar datos y tratar de incorporar, por medio de contactos y conocidos el número de portadores fijos, cada año. Es tan sólo una idea...pero si no hay movimiento, dinamización y participación, coincido en que la cosa no pinta bien, se va deteriorando año a año y cuando la gente se haga mayor, sino hay relevo organizado, trabajado y preparado, esto se acabará, lamentablemente....

Hermandad Portadores Nazareno Xàtiva ha dit...

Parte de la labor está hecha. Incluso a los portadores comprometidos, previa convocatoria, se les dota de un distintivo; y aun así la palabra "compromiso" asusta (por ser suave en el decir). Observamos que hay evidente descompensación de edades; estamos faltos de generación intermedia, de escaso número, O somos mayores o muy jóvenes y éstos, a medida que cumplen años, parece que van perdiendo interés. Y nos preocupa. Gracias por tu colaboración. M. Mira

Hermandad Portadores Nazareno Xàtiva ha dit...

Parte de la labor está hecha. Incluso a los portadores comprometidos, previa convocatoria, se les dota de un distintivo; y aun así la palabra "compromiso" asusta (por ser suave en el decir). Observamos que hay evidente descompensación de edades; estamos faltos de generación intermedia, de escaso número, O somos mayores o muy jóvenes y éstos, a medida que cumplen años, parece que van perdiendo interés. Y nos preocupa. Gracias por tu colaboración. M. Mira