dissabte, 9 d’abril del 2011

EMPECEMOS POR EL PRINCIPIO: PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE XÀTIVA

Ocho de Abril de dos mil once.
Con asistencia numerosa y aceptable puntualidad dio comienzo el Pregón de la Semana Santa Setabense que, como cada año, organiza la Hermandad de Cofradías. Se recuperó esta costumbre siendo Abad de la Colegiata D. Francico Vicedo, q.e.p.d., de grata recordación. El primero de la reanudación se impartió en la Iglesia de la Ntra. Señora de la Merced por el también recordado D. Antonio Pérez Lozano. Desde entonces, se ha venido celebrando sin interrupción. Quien esto escribe puede presumir de haber pregonado la Semana Santa de Xàtiva en 1.983 (salvo error de mi memoria) y fue en San Agustín, con muy escasa asistencia. Era entonces Abad D. Manuel Soler. Al finalizar, actuó la Coral Sant Feliu.
Recuerdos aparte, ciñámonos al acto de hoy. Presidieron el Sr. Abad D. Arturo Climent y el Presidente de la Hermandad de Cofradías, Sr. Esparza, que compañaban al Señor Obispo Auxiliar de Valencia D. Enrique Benavent. Introdujo el acto D. Amado Gorba, quien cedió la palabra al Sr. Abad para que presentara al Pregonero. Hizo una presentación simpática, recordando la estancia en el Seminario Menor del Dr. Benavent y exponiendo su curriculum, lo que éste agradeció también de un modo agradablemente distendido, para iniciar su parlamento en valenciano. Luego, alternó con el castellano. Algo a destacar desde el principio: su estilo claro y sencillo, llano y que llegaba a los concurrentes captando nuestra atención. Vamos, que se le entendió todo.
Destacando la singularidad de algunos de los actos procesionales de nuestra Semana Santa, ya de entrada proclamó que el objetivo de éstos no es otro que despertar en los cristianos el afecto hacia la persona de Nuestro Señor. Desde la imaginería representativa de Cristo, porque debemos mirar esos pasos con ojos de fe y amor a Jesús. Desde la imaginería representativa de la Virgen María, para que aprendamos a compartir con ella tanto el dolor de su Hijo en la Pasión como la alegría de la resurrección...
La Pasión... ¡Ese misterio de amor insondable! La Pasión... ese misterio que desde la vida de fe de los creyentes hizo nacer un cúmulo de costumbres y tradiciones, sacando a la calle la expresión de esa creencia, para provocar un gran sentimiento hacia la persona ded Cristo. Es decir, el marco dentro del cual se han de celebrar esas tradiciones no es otro que el de la fe, en comunión íntima y viva con la Iglesia.
Sin embargo, recordó nuestro Pregonero, vivimos en un mundo de tremendas y graves contradicciones, puesto que hemos llegado a un punto en que se valoran y resaltan más aquellas tradiciones como una parte de la cultura despreciando incluso su significado religioso que, en realidad es el que importa, puesto que la tradición ha de sostener un mensaje que ha de llenarnos de vida.
Mirando esas denunciadas contradicciones, el Pregonero reflexionó sobre por qué si Cristo pasó por la vida haciendo el bien, en vez de ser admirado, fue envidiado y odiado. Es el misterio de la iniquidad aun en nuestros días ¿por qué al bien se le responde con el mal...? Si el Señor murió sirviendo y perdonando (Padre: perdónalos porque no saben lo que hacen), dando la vida por todos, ¿por qué el mundo lo desprecia?
Destacó después la figura de María junto a la Cruz, como partícipe de la pasión. María ama tanto a su hijo que está dispuesta a sufrir la muerte por él; está dispuesta a sustituirle en el suplicio. Y María sufre y cree. Para ella la fe es su esperanza, segura de que Dios no abandonará a su Hijo al poder de la muerte, porque nuestro Dios lo es de vivos que no de muertos.
Así pues, partiendo del esquema trazado: fe y actos externos tradicionales, incidió D. Enrique Benavent en la necesidad de recordar que el nucleo de la celebración no es lo que sucede fuera sino dentro de los templos en el Tríduo Pascual. Un cristiano no es quien solo conserva la tradición; es alguien que vive desde la Pascua del Señor. Dejó muy claro que no se trata de que solo transmitamos tradiciones. Se trata de que esos actos, si lo son de fe, nos han de llevar a la Vida, a la resurrección del Señor, porque el cristiano está llamado a vivir desde la Pascua y no es posible que prime la tristeza frente a la alegría de la resurrección. Para un cristiano, todo el año es PASCUA, porque la muerte del Señor no ha sido virtual; antes al contrario, nos ha abierto la puerta de la salvación. Finalmente, el Sr. Obispo nos exhortó a vivir una vida de fe, muriendo al pecado para resucitar con Él.
Extraordinaria lección sin estrépitos ni alharacas..., con sencillez: "suaviter in modo, fortiter in re", suave en las formas, fuerte en el fondo de la doctrina. Para meditar.
La Hermandad de Cofradías obsequió al Pregonero con una reproducción de la imagen de la Virgen de la Seo, que agradeció cordialmente.
El acto acabó con un corto concierto de la Orquestra de la Musica Nova de Xàtiva, en el que primaron las marchas fúnebres tradicionales en nuestros desfiles procesionales, adaptadas por el director, D. Julio Juan García, para ser interpretadas por orquesta de cuerda. Muchos aplausos.
Vuestro, MIGUEL MIRA.