dilluns, 4 de març del 2013

COMIENZAN NUESTRAS CELEBRACIONES



I

PREGÓN DE LA SEMANA SANTA DE XÀTIVA
1º DE MARZO DE 2.013
POR EL DR. D. REMIGIO BENEYTO BERENGUER
CATEDRÁTICO DE DERECHO ECLESIÁSTICO DEL ESTADO
EN LA UNIVERSIDAD CEU - CARDENAL HERRERA, DE VALENCIA
                                                                              


              La antigua Iglesia de Santo Domingo fue testigo excepcional de nuestro pregón preparatorio de las próximas celebraciones de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Es la primera vez que se celebró en tan emblemático recinto.
       Temimos por la respuesta. ¿Habíamos acertado en la elección del lugar? Y temimos, francamente, porque la meteorología no nos deparaba precisamente un buen día.
              Sin embargo, a pesar del frío y de la lluvia, la asistencia al acto fue muy numerosa. Más que aceptable, buena. Y de ello nos alegramos por el pregonero, de cuya ilusión e interés somos testigos; nos alegramos por quien nos lo presentó: su mentor y entrañable amigo, D. Manuel Soler; y nos alegramos porque pudimos escuchar un discurso de primer orden, que a nadie dejó indiferente.
           Es de agradecer el esfuerzo de D. Remigio Beneyto Berenguer, pregonero de la Semana Santa Setabense de 2.013, que hubo de desplazarse desde Banyeres de Mariola, desafiando frio y nieve, como lo hicieron también su esposa, su padre político y varios amigos, para estar presentes en ocasión tan singular. Repito, es muy de agradecer y así lo testimoniamos.
         Junto a la mesa presidencial, la cruz procesional gótica de esmaltes, ese tesoro que guarda nuestra Colegiata, trasladado hasta esta antigua iglesia para la ocasión.

            Presidió el M.I. Sr. Abad, D. Arturo Climent; junto a él, el Dr. D. Remigio Beneyto Berenguer y el presidente de la Hermandad de Cofradías, Sr. Segarra Ibáñez. D. Manuel Soler Espí, Canónigo de la Catedral Metropolitana de Valencia, nuestro anterior Abad, con otros sacerdotes, en el lugar a ellos reservado. Asistió la señora Concejala de Cultura, Sra. Pla Casanova a quien acompañó su compañero de consistorio D. Jorge Herrero. Presidentes de todas las asociaciones que integran la Hermandad de Cofradías y numerosos miembros de sus respectivas juntas, quienes, con también numerosos espectadores, llenaron el aforo.
        El acto comenzó puntualmente. Lo introdujo el Secretario de la Hermandad, D. Ramir Moscardó, quien después de las salutaciones de rigor invitó a D. Manuel Soler a tomar la palabra para que presentara al pregonero.
            Con palabra emocionada, pero firme, sintiéndose en su casa como dijo, se refirió a su relación con D. Remigio Beneyto desde la niñez de éste, como párroco que fue en Banyeres. Destacó su gran preparación y sus profundas convicciones religiosas, su carácter y la sencillez de su trato; leyó su extenso currículo; lo presentó, en fin, como la persona idónea para pronunciar el pregón de la Semana Santa de Xàtiva. Y a fe que no se equivocó.
           El Dr. Beneyto, tras agradecer la invitación de la Hermandad, refirió el por qué de haber aceptado pregonar nuestra Semana Santa: primero, recordó las relaciones familiares entre personas de Banyeres y de Xàtiva, y, cómo no, el representativo vínculo de unión en la persona de D. Gregorio Molina Ribera, natural de la misma localidad y tan recordado en nuestra ciudad. Después destacó su interés por ésta: “Xàtiva es  mucho Xàtiva”, de la que ensalzó su historia e importancia, con expresa mención al histórico recinto en que nos encontrábamos, bien de interés cultural desde 1.982; relató su paso casi diario por Xàtiva para dirigirse a sus quehaceres en la Universidad. Y, finalmente, nos aseguró que la razón última de su aceptación no es otra que su convicción firme de haber de dar testimonio como cristiano, ante una sociedad “que parece avergonzarse del cristianismo”.
            El núcleo del pregón estuvo estructurado siguiendo los “pasos” que protagonizan nuestro Viernes Santo, a partir de una reiterativa llamada: ¡Pueblo de Xàtiva! Y cada llamada fue seguida de una vehemente exhortación; y cada exhortación introdujo una reflexión sencilla pero profunda y directa ante el desfilar de cada imagen en el Santo Entierro, descubriendo su significado: el “si no somos como niños…” de la Borriquilla; o la alegría de compartir el pan y el vino, los malos y los buenos momentos, como en la Última Cena; el asombro ante la Flagelación: “¿Por qué le atáis si él no se defiende?”; el amor que inspira como “Rey de espinas coronado” el Ecce Homo; o bien la serenidad de Jesús, camino del calvario, aun machacado bajo el peso de la cruz; el “todo está cumplido” en la Expiración; o ese grito, ese clamor para la meditación en La Buena Muerte… ¡Pueblo mío! ¿Qué te he hecho…? y el Cordero de Dios que nos rescata con su Purísima Sangre; La Piedad, Cristo con su Madre Dolorosa: no hay que temer al dolor; recordó el sentimiento sobrio y profundo de José de Arimatea, al trasladar el Cuerpo de Cristo hasta su tumba; y la meditación ante la profundidad de aquel Sepulcro; todo, para ser recogido con infinito consuelo y Esperanza por María en su Soledad.
           Pero el pregonero no quiso acabar su discurso con el fin trágico y, en apariencia, decepcionante del Viernes Santo. Antes bien, nos invitó a vivir alegres y consecuentes en nuestra fe ante el Cristo Resucitado, porque él es nuestra esperanza.
            Y en una vehemente exhortación final, apeló a nuestro sentido de la responsabilidad, como custodios de una gran tradición, obligados a transmitirla a nuestros hijos, a nuestras familias; nos llamó a ser conscientes de que “los cristianos somos hombres y mujeres alegres, en fiesta, somos hombres de esperanza, somos hombres para la eternidad; que la muerte no pudo con Cristo. Y yo os digo: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado.”
            Pidió a St. Feliu i a la Mare de Deu de la Seu que nos ayudaran a no tener miedo; a ser fieles al misterio de la muerte y resurrección de Jesús.
             Un prolongado aplauso rubricó sus palabras.
            Dr. Beneyto Berenguer, amigo Remigio: por estas reflexiones que –como reiteramos- no han dejado a nadie indiferente, os pedimos que aceptéis nuestra calificación “cum laude”. Tú nos dijiste que para tí era un honor pregonar la Semana Santa de Xàtiva. Y el honor ha sido nuestro. Gracias, sinceramente, gracias.
            El Sr. Abad agradeció al pregonero sus palabras de vida y su excelente alocución.
D. Remigio Beneyto recibió como recuerdo de su pregón un “socarrat” con la vista del conocido grabado de la antigua Xàtiva coronada por su castillo, y especial dedicatoria. El Excmo. Ayuntamiento le obsequió con dos magníficos libros de nuestra historia. También las cofradías del Ecce Homo y la Purísima Sangre le regalaron sus libros históricos.

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            La rúbrica a este acto corrió a cargo de la Orquesta de la Sociedad Musical La Nova, de Xàtiva, que, dirigida por D. Julio Juan García, nos deleitó con sus excelentes interpretaciones, según nos tiene acostumbrados, finalizando con la siempre esperada marcha “Mater Mea”, que a tantos cofrades les hace vibrar y sentir especial emoción cuando se escucha bajo el peso de las andas.

II
PEREGRINACIÓN DE LA HERMANDAD DE COFRADÍAS A LA COLEGIATA, TEMPLO JUBILAR
            El domingo, tres de Marzo de 2.013, la Hermandad de Cofradías ha peregrinado hasta la Iglesia Colegial Basílica de Santa María para lucrar las indulgencias que la Iglesia concede con motivo del Año Santo Jubilar, en la celebración del Seiscientos Aniversario de su erección. Han asistido los presidentes de las distintas hermandades, congregaciones y cofradías y sus directivos y cofrades. Un par de ausencias hemos detectado, a pesar de lo cual nos hemos reunido un grupo significativo. No obstante ello, pensamos que la respuesta ha debido ser mayor.
            Ha celebrado la Santa Misa el Sr. Abad, quien en la homilía ha recordado los beneficios de la indulgencia plenaria y las condiciones para lucrarla. También ha tenido palabras dirigidas a la Hermandad, exhortando a la fraternidad y a evitar personalismos. Al finalizar, todos en grupo, hemos recorrido el itinerario previsto para el caso, comenzando por la Pila Bautismal, donde hemos tomado el agua bendita para santiguarnos; en la Capilla de la Comunión  hemos adorado al Santísimo y hemos rezado el Padre Nuestro; en la capilla de los mártires, hemos hecho profesión de nuestra fe con el rezo del credo; y, para finalizar, hemos cantado ante el altar mayor la Salve Regina.
            Con todo afecto, Miguel Mira.