dimecres, 13 de març del 2013

LA CAMILLA

    Día 13 de Marzo de 2.013.
   Alterado el orden habitual de los traslados, a causa de la proximidad de las fiestas de San José, anoche tuvo lugar el de la Cofradía del Traslado del Cuerpo de Cristo al Sepulcro desde la Iglesia de los Santos Juanes hasta el Ayuntamiento, con el ritual de costubre: acompaña la imagen parte de la corporación, y el Señor Alcalde y el resto de concejales la esperan en la puerta del consistorio. La Hermandad de Cofradías, presidiendo. Tal vez con esto estaría dicho todo, porque el hecho -desde hace muchos años- se repite tradicionalmente; pero, en cada traslado, siempre se encuentra alguna novedad. Anoche, en particular, vimos una banda de tambores y bombos muy nutrida, con algunos niños muy pequeños; el "cabo" había cedido su puesto a gente nueva y él capitaneaba la sección más estruendosa de la formación. Nos conocemos hace tiempo; y cuando pasó por donde yo estaba, me miró de reojo con una tremenda cara de satisfacción, como diciendo: ¿qué te parece, amigo? Pues me parece bien. Lo que ya no sé (y me refiero a ésta y a las otras bandas de percusión de la ciudad) es qué frutos se derivan de estas gracias: ¿Hacer cuanto más ruido mejor? ¿Tratar de emular lo que hacen los demás? Llamar la atención de la gente ante el paso de la procesión, lo conseguimos sobradamente, eso es cierto; solo que unos lo consiguen con su esfuerzo personal y sus propios medios, y otros hemos de pasar por caja. Sí, sí, me estoy echando piedras a mi tejado, porque yo me reconozco ser co-promotor de algo parecido. 
    Pues bien, el traslado de La Camilla fue solemne como el año anterior. Un buen acompañamiento,  numeroso, y una impecable formación de los cofrades, precedidos por una cruz de guía acompañada de dos miembros de una asociación de fieles de Carcaixent: la Cofradía del Santo Sepulclro y Cristo Resucitado. Se lamenta la señora presidenta de que el frio y el fútbol redujeron la participación; pero es claro que cada día tiene su afán y está bien desear que no solo aumentemos sino que mejoremos. Paso a paso. Para mí, la cofradía cumplió muy dignamente. 
    Cerrando el desfile, La Nova. Y para rubricarlo, esas dos emblemáticas marchas: Mektub y Mater Mea. Entrada tremendamente expresiva, brillante. Tambores a todo parche y la música sobre ellos. Combinación que más que de tienieblas parecía de gloria. 
    Hasta el año próximo, si Dios lo quiere. Vuestro, Miguel Mira.